
(Por Moisés Limón Peña)Variados, pero positivos, los comentarios, puntos de vista, observaciones y –hasta- recomendaciones que han hecho analistas, críticos, docentes y estudiantes de la UV.
En contrapartida, esperanzadoras, pero congruentes, las palabras contenidas y puestas de manifiesto en el discurso de la Dra. Sara Ladrón de Guevara.
En ambos casos, el elemento común: el cambio
De los primeros, el deseo ferviente porque así suceda. En el caso de la nueva rectora de la UV, el firme propósito, transformado en objetivos institucionales reales.
Coinciden los unos con todos, que de por medio hay retos que superar, problemas que resolver, pendientes que atender, cultura que promover, grupos de poder que escuchar, modelo educativo que ajustar, etc., etc.
Ya lo dijo, la Dra. Ladrón de Guevara González, “ …Mi propuesta se llama Tradición e Innovación, porque lo primero es reconocer quienes somos, esa tradición que ha dado la Universidad Veracruzana. Se trata de reconocer donde hay problemas, donde hay retos para superarlos y para mejorar la calidad…”
Todo ello en un esquema de trabajo enmarcado por la imperiosa e insoslayable necesidad de restauración, rescate, recuperación (como usted le quiera llamar, a fin de cuentas que sinónimos son), de la disciplina, del orden de gobierno, del cumplimiento de las reglas, de los procedimientos, de la transparencia, del trabajo y resultados, en consecuencia, reales y efectivos.
En fin, enderezar las cosas, obvio, las que estén “chuecas”
Reconocer, revisar, restaurar y rectificar constituyen fundamentalmente las cuatro grandes tareas, ejes, de su administración, los cuales ha subrayado, y en los que hará hincapié y énfasis a lo largo de su gestión.
