Crónicas: Se arrugó Junta de Gobierno de U.V.


•Unos cuantos enmascarados que tomaron la U.S.B.I. doblegaron a elite de académicos que eligieron al rector de la Universidad Veracruzana

•El regreso del porrismo llevó a una decisión política

•Con todo y autonomía decapitaron a Víctor Arredondo y Porfirio Carrillo en un ajuste de cuentas

•La Santa Inquisición en Veracruz

Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (Desde el puerto de Veracruz)

(Por Luis Velázquez Rivera) Hacia el mediodía del viernes 23 de agosto, la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana tomó la decisión de elegir al nuevo rector en base a coyunturas políticas, lejos, muy lejos, primero, de la autonomía, y segundo, de la cuestión académica.

El vendaval que cambió el rumbo fueron los entre 25 y 30 muchachos que enmascarados mantenían tomadas las instalaciones de la USBI, en Xalapa, donde el doctor Raúl Arias Lovillo rendiría el octavo y último informe de su rectorado.
Y aun cuando la U.V. está integrada por más de 60 mil estudiantes y unos 6 mil profesores, la treinta de enmascarados, salvo dos o tres que mostraron la cara y el rostro, fue suficiente para acabar con la autonomía de la U.V. otorgada en el sexenio del gobernador Patricio Chirinos Calero.

Unas horas, minutos quizá, bastaron para que los 8 miembros de la Junta de Gobierno (tres de la ciudad de México y cinco locales) descubrieran, atónitos, el regreso del porrismo a la U.V., tiempos revueltos y turbulentos aquellos (sexenios de Rafael Murillo Vidal, Rafael Hernández Ochoa y Agustín Acosta Lagunes) cuando la máxima casa de estudios era rehén de estudiantes perpetuados en las aulas, que con guaruras y armas, alcohol y drogas, madrizas y putizas mantenían el terror y el miedo, la zozobra y la incertidumbre en la comunidad universitaria.

Para entonces habían dado a conocer la lista de los candidatos elegidos para contender por la rectoría en la recta final, y en donde el doctor en Psicología, Víctor Arredondo Álvarez, fuera eliminado.

Y en protesta, la treintena de jóvenes enmascarados cuestionaba a la Junta de Gobierno, y todavía de paso inculpaba al exrector de la U.N.A.M., doctor José Sarukhán Kermez, como el autor del Muro de Berlín al exrector para frustrar su regreso a las Lomas del Estadio.

Incluso, y por eso mismo, los jóvenes bloquearon la USBI con máscaras de Sarukhán y de Arias Lovillo.

FUE CUANDO A PORFIRIO CARRILLO SE LE CAYÓ LA RECTORÍA…

La fama pública consignaba un hecho: si Víctor Arredondo era el candidato del gobierno del estado a la rectoría, el doctor Porfirio Carrillo era el candidato de Arias Lovillo.

Y si Arredondo había sido eliminado, entonces, los porros de palacio (dependientes, se afirmó, del secretario General de Gobierno Érick Lagos) se encargarían de que Porfirio Carrillo también quedara en la recta final.

Por eso el reality show de los enmascarados, a quienes una académica mostró su credencial de la U.V., reclamando, exigiendo, que ellos también exhibieran su credencial de estudiantes.

Todos contestaron con el silencio, la evasiva, la indiferencia.

Pero más aún. Desde horas y días anteriores el regreso del porrismo, digamos, a la U.V., y/o, a propósito de la elección del rector, merodeaba en la U.V., abogando por Arredondo Álvarez.

En tales hechos y circunstancias, Arias Lovillo traslapó su último informe al auditorio de otra facultad, en tanto los enmascarados bloquearon la USBI hasta la tarde, incluso, con un montón de académicos e invitados como rehenes en sus instalaciones, pues habían llegado temprano para alcanzar un buen lugar y cuando lo advirtieron… los porros ya eran dueños del escenario.

Por eso mismo, la Junta de Gobierno terminó convencida de que si Porfirio Carrillo era nombrado rector, el porrismo se instauraría en la U.V. durante los próximos cuatro años.

Y ahí mismo… se le cayó la rectoría.

La Junta de Gobierno, con todo y la autonomía, se arrugó.

Los herederos del Mosh jalapeño habían triunfado.

Si José Sarukhán habría decapitado a Víctor Arredondo, los enmascarados… a Porfirio Carrillo.

LA SANTA INQUISICIÓN CONTRA PORFIRIO CARRILLO

De acuerdo con las versiones, los cinco miembros locales de la Junta de Gobierno (Alberto Javier Olvera, Ricardo Corzo Ramírez, Adalberto Tejeda Martínez, Elena Rustrián Portilla y Carlos Octavio Rivera Blanco) fueron los primeros en arrugarse con los enmascarados de la USBI.

Es más, desde ahí habría sido ventilado el retorno del porrismo a la Universidad Veracruzana.

Y en nombre del futuro del que nadie es dueño, ni siquiera, vaya, los médiums de Francisco I. Madero y Plutarco Elías Calles, fueron los primeros en bloquear a Porfirio Carrillo como sucesor de Raúl Arias.

Incluso, hasta soltaron como versión que Porfirio Carrillo había flaqueado en su exposición de la U.V. que soñaba para los próximos cuatro años, y ni modo, y no obstante que los académicos nacionales (Sarukhán, Rolando Cordero y Adolfo Martínez Palomo) miraban de otra forma la realidad, la Junta de Gobierno, en votación mayoritaria, lo reprobó en el examen estelar de su vida.

Desde luego, el dato era inverosímil, porque mientras, y por ejemplo, la doctora Sara Ladrón pasara los últimos ocho años de su vida como directora del Instituto de Antropología, lejos del palpitar universitario, Porfirio Carrillo tuvo un curso intenso e intensivo de cuatro años como secretario Académico.

SORPRESAS QUE DA LA VIDA…

El caso es que los académicos locales, transfigurados en la Santa Inquisición, le cortaron la cabeza, y algunos se plegaron (con sorpresa para el mundo académico de la U.V.) a las circunstancias, como por ejemplo, el investigador y economista Alberto Olvera, el articulista que renunciara a la página editorial de La jornada-México cuando le censuran un texto, y quien el 18 de septiembre declarara a la prensa:

Uno: en el rectorado de Arias Lovillo fallaron los puentes de comunicación con el gobierno estatal.

Dos: “Tiene razón la rectora… con apuntalar una relación constructiva” con el gobernador.

Se refería así, quizá, a cuando el gobernador confesara a unos reporteros de Xalapa su nostalgia de la luna de miel vivida entre Miguel Alemán Velasco y Víctor Arredondo Álvarez.

Pero al mismo tiempo, olvidaba, por ejemplo, los años difíciles y ríspidos del fidelato, cuando cada año, durante los seis años, el góber fogoso ordeñara 200 millones de pesos de su presupuesto a la U.V. y cuando el modelito se prolongara en los dos primeros años del duartismo, sumando 1,800 millones de pesos menos para la U.V. en el rectorado de Arias Lovillo.

Y, por supuesto, también olvidaba los días revueltos y turbulentos de los carteles cuando dos académicos de la U.V. fuera asesinados y el rector convocara a una manifestación en protesta, incluso con un desplegado de una plana en la prensa escrita… y que tanto recelo despertara en palacio porque habían calentado la cabeza al gobernador asegurando que el poeta Javier Sicilia marcharía al lado del rector.

Horas después de que el doctor Alberto Javier Olvera hablara con la prensa para fijar su nueva postura, le llegaron tuits a su celular, preguntándole las razones de su cambio de actitud…

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