Por Héctor Saldierna

Desde el lejano año 1968, que incubó la rebelión estudiantil en la demanda de espacios de expresión y combate al autoritarismo presidencial, no había sucedido en México ningún otro movimiento de carácter social de gran relevancia. Ahora, el movimiento magisterial de 2013 ha cimbrado ya las estructuras gubernamentales en la demanda de revocación de la Ley de Educación.
La nación mexicana no había visto en los últimos años cómo ha emergido un grupo sólido y bien cohesionado para pronunciarse en contra de una serie de disposiciones que consideran afectan sus intereses laborales y que no cederán ni siquiera un centímetro para renunciar a lo que consideran justas conquistas.
El gobierno de Enrique Peña Nieto, en su primer año de Gobierno, ha tenido la audacia de proponer una serie de reformas estructurales que tienen como objetivo hacer un conjunto de reordenamientos a los que considera es lo más adecuado para el país y que ello levantará el nivel de educación de la población en general.
Los reformistas en materia educativa se han inspirado en modelos extranjeros que recomiendan haya un cambio sustancial en la manera de educar a los niños y a los jóvenes y muchas de esas teorías han sido contenidas en el ideario manejado por la institución de carácter privado, Mexicanos Primero, presidida por Claudio X. González.
Inclusive hicieron una fuerte y sólida campaña de desprestigio hacia el poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que culminó con la detención de la lideresa Elba Esther Gordillo, actualmente confinada en el penal de Santa Martha Acatitla y ahora olvidada por sus cercanos seguidores.
La batalla que ahora se libra en las calles ha puesto a miles de maestros, adheridos a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, a protestar por la ley aprobada por los legisladores y demandan su abrogación en virtud que nunca los tomaron en cuenta y porque se trata de una ley con una esencia laboral que pone en riesgo el empleo en el futuro inmediato.
Pero, sobre todo, desconfían de las argucias gubernamentales que suelen colocar letras chiquitas en las que se incorporan cláusulas y artículos que dañan sus derechos y libertades.
Este movimiento magisterial corre el riesgo de escalar y convertirse en un movimiento popular de gran envergadura y multiplicar el número de organizaciones y asociaciones obreras y estudiantiles que podrían poner al gobierno en contra de las cuerdas. A nivel latinoamericano ya recibieron el respaldo de una organización de maestros de la república de Argentina.
El Grito del 15 de Septiembre en Palacio Nacional es ya una prueba evidente de la profunda irritación social del pueblo mexicano en contra del todavía nuevo gobierno que aún no cumple con su primer año de gestiones, pero que enfrenta ya una serie de rechazos y de prematuro desgaste social.
LA REFORMA
FISCAL
La Reforma Fiscal emitida por el jefe del ejecutivo ha encontrado una serie de barreras por estimar que no es justa, equitativa ni distributiva, que es la esencia básica que se busca en los impuestos que establece un gobierno hacia sus gobernados.
El gobierno peñanietista ha unificado en esta ocasión a todos los sectores sociales y algunos empresariales en su contra. Se han esgrimido una serie de impuestos que sólo han provocado el rechazo total. En la teoría, como siempre, se habla de beneficiar a las clases marginales, pero en la realidad son las más afectadas.
Se pretende ponerle un impuesto a los refrescos, a los alimentos de las mascotas, nulificar el régimen de pequeños contribuyentes, pero en lo esencial no se observa un beneficio hacia las grandes mayorías. Incluso, los empresarios han manifestado el rechazo a la reforma, toda vez que el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, que aglutina a líderes empresariales, subraya que es una reforma injusta.
Luego entonces, la reforma en materia fiscal se encuentra de antemano y antes de ser lanzada hacia el Congreso en proceso de extinción. Quiere decir que los operadores del gobierno no están atentos a lo que está sucediendo en el país, no hacen las lecturas adecuadas y lo único que están cometiendo con frecuencia es una serie de pifias.
Habla, lógicamente, de un gobierno que carece de operadores eficientes, no está interpretando adecuadamente el sentir del pueblo y, lo que es verdad, que no se pueden emitir leyes que vayan en perjuicio de los habitantes de una nación. Existen diversos ejemplos de gobiernos que no están haciendo buen papel
Está el caso de la república de Polonia, donde más de 100 mil polacos salieron a las calles hace unos días para pedir la remoción del primer Ministro Donald Tusk, quien pretende imponer una reforma laboral, ojo ¡laboral!. Que consiste en incrementar la edad para la jubilación y aumentar también horas de trabajo.
Los polacos están molestos por estas disposiciones que estiman son injustas y recuerdan que podría pasar lo de 1980 cuando el líder obrero Lech Walesa salió a las calles, derrumbó al gobierno y de ahí se establecieron diversas reformas de carácter democrático.
La actual administración federal no está escuchando el clamor de las inmensas mayorías. Olvida que cuando el pueblo dice que es de noche, aún siendo de día, es tiempo de sacar las farolas. Sí no escucha a tiempo, entonces podría originarse un grave conflicto de grandes consecuencias sociales.
CODICIOSOS
TIBURONES ROJOS
Aprovechando que en 15 días estará aquí el América para disputar un partido más de la Liga de Fut Bol, los directivos de los Tiburones Rojos se les ha hecho muy fácil incrementar el costo de los boletos. El más caro costará 2 mil 600 pesos y el más barato, que es sol, será de 580 pesos.
Y, además, estarán supeditados a que los aficionados vayan al partido contra el Pachuca, en el torneo de Copa, a fin que los obtengan a un menor precio, pero aún así seguirá siendo caro. Habría qué preguntarle a la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor (PROFECO) qué procede sobre el particular, ahora precisamente que esta dependencia sí está funcionando y que tiene unos buenos y aceitados colmillos para multar.
La realidad es que la directiva no está procediendo correctamente con los aficionados. Porque, además, ¿qué pasará con los revendedores?. ¿Hasta cuánto llegará a costar un boleto?. ¿En verdad vale la pena ver ese partido? El ciudadano tiene el poder y es el momento de ejercerlo.
Y hasta la próxima.
