

(Por Raúl González Rivera) Ya corrió tiempo que el «trabajo» que encabeza la peruana Laura Bozzo, experta en hacer trizas la vida mundana y de mil desventuras que experimentan sobre todo los mexicanos pertenecientes a los estratos menos socorridos por la fortuna y el dinero –porque efectivamente de los poderosos nada alude, salvo aquella ocasión en que dio espacio a una denuncia contra un magistrado veracruzano, pero sin citar su nombre–.
Como se sabe, la comediante, actriz o conductora de programas para destacar más las miserias humanas, que hacer un trabajo que coadyuve a construir condiciones mejores de vida de quienes forman parte del elenco de sus programas, vino de Perú, en donde la justicia la habría perseguido y confinado en la cárcel debido a sus relaciones gansteriles y amorosas con el señor Vladimiro Montesinos, el colaborador rata del entonces presidente Alberto Fujimori Fujimori.
Evidentemente no puede ser periodista, porque la objetividad e imparcialidad en sus juicios distan de presentarla como tal.
Tampoco puede ser considerada actriz, porque en sus programas se significan las miserias que acompañan a los empobrecidos de este país, que abrió las puertas a la extranjera, que igual había sido emigrada de Miami, en donde calificaron de chiste malo el tipo de presentaciones que hacía a través de las cámaras televisivas.
Sin embargo, en México logró colarse y hacer de su programa una afrenta y ofensa de las cuestiones más sentidas de los seres humanos, como son las deslealtades, el engaño, el abuso, la prepotencia, la explotación sexual, el morbo que despierta el abandono de familiares, el divorcio y los odios y rencores, así como las traiciones de pareja.
«¡Que pase el desgraciado!», se afianzó como frase de entrada a los acusados de cada uno de sus programas auténticos o escenificados, como también ha ocurrido y repetido en diversas ocasiones y aplicó en la persona de un connotado magistrado del tribunal superior de justicia, académico en la facultad de derecho, debido a la pensión que no pagó a su menor hijita, según la madre que se apersonó ante Laura Bozzo, y poder así difundir su denuncia pública.
La conclusión: el abogado famoso pagó la pensión y así lo anunció telefónicamente a Bozzo, quien así dejó de citarlo en su show.
Sin embargo, con objetiva equivocación de su parte o de quienes la manejan, desde uno de sus recorridos en los lugares de la tragedia de estos días en el país, provocada por las lluvias y las inundaciones, desde los helicópteros del gobierno, en los que viaja, para retar a la periodista Carmen Aristegui –ella sí con los galardones de la credibilidad y la seriedad y ética en su cometido de comunicadora aquí y en el resto del mundo–, para ir ante los damnificados y demostrarle quién es más conocida.
Por favor, que la peruana empobrece aun más el de por sí depauperadooficio periodístico.
O Televisa la apadrina para atacar a la periodista Aristegui o ésta se siente diosa que lo puede todo, hasta insultar cuando se le ocurra, en el único país que le dio cobijo para exhibir las mediocridades de los mexicanos.
*OFICIO PERIODISTICO
EN MEXICO, BAJO PELIGRO
Finalmente, el ejercicio periodístico en este país se convirtió, en la última década, en el oficio, que no profesión, mientras no se colegialice su función de informar y generar la opinión pública, como se dice en los planes y programas de estudio que imparten las escuelas y facultades de periodismo o comunicación, respectivamente, cuya misión en los últimos días queda en entredicho, porque por un lado los policías y por el otro los maestros –o algunos de ellos de la CNTE– agreden y reprochan su cometido de orientar a los lectores acerca de lo que está ocurriendo en esos mentideros.
Mientras la hegemonía del poder estuvo en manos del uni-partido PNR y luego el PRI, que regenteó las tareas públicas en los sexenios de Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y los primeros cuatro años del régimen de Gustavo Díaz Ordaz, el sometimiento al poder fue prácticamente absoluto, incluida la tarea de la prensa, abyecta por necesidad al sistema gobernante, porque de lo contrario, ejercer con libertad, al medio que lo hacía le cortaban la publicidad oficial y dejaban de venderle el papel para la impresión de sus periódicos.
Famosa se volvió la declaración acuñada por el presidente López Portillo, cuando condenó a los periódicos diciéndoles: «no pago para que me peguen».
Con el estallido del movimiento estudiantil, surgió igualmente la expectativa para que los periodistas pudieran rendir un cometido con los márgenes de la libertad que, aunque restringida, está consagrada y amparada en la ley de imprenta del año de 1917, vigente como es a la fecha, y así ocurrió hasta que en el sexenio del economista Carlos Salinas se dio el asesinato del columnista de lujo Manuel Buendía Tellezgirón y desde entonces los canales de la pluralidad se medio abrieron, como también los acosos a la prensa que intentó, y lo sigue haciendo, informandocon objetividad, veracidad y dando voz a los que no la tienen.
Empero, la muerte, las represalias y las persecuciones las padecen los medios de todo el país, por más que se insista desde las trincheras del poder, que la libre expresión es amplia, sin cortapisas y con respaldo de las instituciones públicas. Veracruz, estado, registra inclusive la cifra más alarmante de ejecuciones y corridos del país por el hecho –se supone– de ejercer el oficio periodístico.
Y ahora peor: con el movimiento magisterial viene registrándose un insólito doble hecho, en que los periodistas se muestran con recelo e incertidumbre al realizar su cometido, porque si acuden a los plantones, mítines y marchas, pueden –como está pasando en el DF–, enfrentar las agresiones, empujones y golpes de parte de los irritados docentes del magisterio.
Y si los comunicadores aparecen cuando los hombres de las fuerzas policiales amagan con golpear a los maestros, también incluyen en su listado de los objetivos para atacar a los reporteros y fotógrafos, a los cuales los sabuesos persiguen, golpean y amenazan.
Lo que hace necesariamente que el periodismo sea hoy día, sin duda, el oficio más expuesto y peligroso de cuantos nos digan que existen. ¿No le parece?
*XALAPA, METIDA EN UN
CRÁTER SIN NINGÚN ORDEN
Sin un plano regulador, la ciudad estaría condenada a sobrevivir en la anarquía, el crecimiento explosivo y sin controles, lo que acarreará crisis de todo, incluida la falta de agua, pavimentos y asfaltos expuestos a la constante destrucción, las colonias abrumadas por habitantes y los cerros desgajándose, además de que las inmundicias atascarán atarjeas, calles, avenidas y colonias y fraccionamientos habitacionales completos.
Esta apreciación la haría el ingeniero Rafael Téllez Muñoz, experto urbanista y creador o constructor del fraccionamiento residencial, entonces,que lleva el nombre de Veracruz, el único que después de 50 años sigue intacto, su red de agua potable funcionando exitosamente, sus calles con pavimento hidráulico, sin baches, su pulmón identificado por el parque en el corazón de la zona y el alumbrado público de siempre, operando con alguna eficiencia pese al paso del tiempo,haciendo un rumbo muchas veces añorado por las familias viejas de la ciudad.
Funcionario público en los sexenios de Fernando López Arias y Antonio M. Quirasco y Rafael Murillo Vidal, el ingeniero civil, pero especialista en materia de urbanismo, propuso la generación de un plano que regulara el crecimiento que comenzaba de la ciudad, porque de lo contrario –alertaba Téllez Muñoz–, las cosas se pondrán color de hormiga.
Es decir –arengaba el ingeniero Téllez Muñoz–, se abrirán colonias atendiendo al reclamo de las organizaciones fantasmas que representan a supuestos campesinos, obreros y cuantos colonos quieran y lleguen a la ciudad para apropiarse por las buenas y las malas de los espacios, que hoy –hace 35 años– eran ejidales, amplias propiedades privadas de contados apellidos, pero los trazos elementales del centro histórico seguirán siendo los mismos, es decir, calles angostas, sin posibilidades de crecimiento.
A casi 40 años de producir aquellas declaraciones el ingeniero Téllez Muñoz, la razón le habría de asistir. El clima cambió del frío, templado y ligero calorcito de la temporada de primavera-verano, al desordenado «cambio climático» –se dice– con calores infernales, fríos gélidos, lluvias copiosas, inundaciones nunca vistas, el crecimiento anárquico de la población, sin un futuro asegurado y 40 bandas juveniles que se adueñan de los espacios y la vida misma de los más débiles. Entonces había 30 mil habitantes en la ciudad, hoy se acerca al millón.
Sin embargo, la voz de alerta rendida por el ingeniero Téllez Muñoz, no se escuchó.
Los fraccionamientos residenciales, sin excusas, todos tienen serios problemas de suelo, agua, cañerías abiertas a cielo abierto, escasez de alumbrado público o el existente siempre está padeciendo apagones, y con las lluvias de estos días, a diferencia del residencial de Veracruz, con calles impecables, en Las Ánimas, Valle Rubí y el que usted quiera, con sus suelos rotos, los pavimentos derruidos y asfaltados y la pedacería de sus calles adoquinadas, abortando como fuentes del Paseo de los Lagos de El Dique, al que cruza desde hace unas semanas un antiestético puente, con que se sustituye al legendario e histórico Puente Atenas.
Esta es tan sólo una muestra de «Bachilandia», como se ha dado en calificar a Xalapa, otrora la Atenas veracruzana. ¿Usted lo cree?
