
•Reporteros, “¡hijos de puta!”
•Agreden profes a colegas

(Por Luis Velázquez Rivera) PASAMANO: el viernes 27 de septiembre, dos hechos y circunstancias dejaron constancia de que Veracruz se ha convertido en uno de los peores rincones del mundo para el ejercicio reporteril… El primero, en el puerto jarocho, donde elementos de la Procuraduría General de la República se lanzaron en contra del reportero policiaco, Luis Miguel Quintana, por el simple delito de estar tomando fotografías de un operativo contra la piratería en los mercados…
Los agentes federales lo jalonearon y “obligaron a borrar las fotos de la cámara” y, bueno, fue la única alternativa, de lo contrario, quizá, en el menor de los casos, le hubieran despojado de la cámara, y/o si hubiera deseado defender su trabajo del día, entonces quizá estaría hoy desaparecido, sumándose a los tres reporteros policiacos que a la fecha, y desde el año 2011, siguen desaparecidos, como son Gabriel Manuel Fonseca Hernández (de Acayucan), Cecilio Rodríguez Domínguez (de Chinameca) y Sergio Landa Rosado (de Cardel)… El argumento, digamos, de los elementos de la P.G.R. fue que el reportero tomó una gráfica de la cara de uno de ellos, cuando el mismo Luis Miguel Quintana Andrade precisó que con tantos años de experiencia ha descubierto que una “regla de oro que respetamos” es que nunca, jamás, deben tomarse fotos de los rostros de los “elementos de la ley”… No obstante, y en nombre de la ley, el colega fue obligado a borrar la huella de su trabajo cotidiano, temeroso, consciente, seguro, de un peor fin de semana, recordando quizá los difíciles años de inicio del sexenio próspero cuando nueve colegas, entre fotógrafos y reporteros fueron secuestrados, desmembrados, decapitados y tirados en la vía pública y en un canal de aguas negras…
BALAUSTRADAS: la segunda agresión contra reporteros ocurrió en Xalapa el viernes 27 de septiembre, cuando en una marcha de profesores algunos maestros de educación primaria gritaron “¡hijos de puta!” a los trabajadores de la información, los amenazaron, insultaron y hasta desafiaron a madrazos… En tanto, una pedagoga entró en estado de cólera, perdió los estribos y se avalanchó en contra del fotógrafo Miguel Carmona y le tiró una botella de agua en su cuerpo y en la cámara… Y, bueno, con tantos días y semanas de inconformidad social pudiera entenderse, en ningún momento, justificarse, la crisis explosiva de la serenidad, el reposo y la tolerancia… Pero, al mismo tiempo, manifiesta los niveles de cólera a las que hemos llegado, con riesgo, claro, de que los hechos y circunstancias pudieran agravarse… Podrán, incluso, algunos profes argumentar, con razón, que hay un linchamiento mediático en contra de su movimiento; pero al mismo tiempo, con serenidad habrían de entender que en ningún momento proviene de los diaristas, sino, en todo caso, de los dueños de los medios que han tomado partido… De cualquier manera los momentos son álgidos, y más, mucho más que podrán multiplicarse como el sábado en Xalapa, donde fueron bloqueados todos los accesos, pues la noche polvorienta está resultando demasiado larga y por ningún lado brota un rayito de esperanza para que la cúpula gobernante una los polos opuestos… Y, de paso, los hechos repercuten en otros territorios de la vida cotidiana, entre ellos, el trabajo reporteril…
ESCALERAS: un dicho popular lo establece con claridad: si no quieres ver fantasmas, no salgas de noche… Así, pues, en los días revueltos y turbulentos de hoy en Veracruz y en el resto del país, con todo y riesgos, los diaristas de información general y policiaca habrán de estar en el frente de batalla, aun cuando en contraparte podrán refugiarse en la sección de sociales y espectáculos, donde la vida es, dicen, color de rosa… Y más, por lo siguiente: está visto y comprobado que a pesar del asesinato de los nueve reporteros en los años 2011 y 2012 en la tierra jarocha todavía hoy el medio sigue preguntándose el nombre de los homicidas, en tanto el crimen de la corresponsal de Proceso, Regina Martínez, se ha vuelto una torre de Babel desde que un trío de magistrados absolviera al “Silva”, a quien el Poder Judicial había dictado sentencia de 38 años y dos meses de cárcel… Y, bueno, si aún priva la impunidad en el caso de las ejecuciones de los nueve colegas, más los tres desaparecidos, el hecho de algunos profes hayan gritado “¡hijos de puta!” a unos reporteros y a un fotógrafo le hayan borrado el trabajo diario con su cámara, sonaría a una expresión musical de la democracia, donde, ni hablar, la libertad se ha convertido en libertinaje… Nadie, claro, está llamando a hacerse justicia por su propia mano, sino al contrario, a trabajar con mucho cuidado en el frente reporteril, pues el gobierno local está demasiado ocupado con los pleitos entre el llamado Movimiento Popular Magisterial de Veracruz y el Consejo Magisterial Veracruzano (divide para vencer) y ni modo que asigne a un policía por cada trabajador de la información…
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