¿Qué está pasando?: Jalapa con Américo, ¿otro viaje, otro espejismo?

“A ver, pásenme los machetes para empezar a proceder”:

Película El Infierno de Luis Estrada

Por Gonzalo López Barradas

A unos cuantos días de que concluya el trienio de las ocurrencias en la administración municipal jalapeña, sobre todo en obra pública y social, llega Américo Zúñiga para montarse en la silla presidencial durante cuatro años. Sabe el joven edil  electo de cómo anda el municipio en infraestructura económica, política y social.

Conoce, seguramente,  el nuevo alcalde que el slogan “La bella Xalapa”, no funcionó, que fueron palabras que se las llevó el viento y que se perdieron en el polvoriento archivo de la historia porque desde un principio no hubo un programa serio de gobierno. Las autoridades municipales que terminan, tomaron como un capricho la responsabilidad de gobernar la capital del Estado  con el cajón de las arcas municipales siempre abierto para meter la mano y gastar los dineros del pueblo en liviandades e inmoralidades, en proyectos recurrentes artificios del engaño; se vivió un mundo de ficción –una charada-.

Recibe, Américo, un municipio destrozado en vialidad, desprestigiado  nacional e internacionalmente; sin obra pública de infraestructura  seria, sólo de relumbrón y ocurrencias para la foto en los medios. Con gente que hasta los últimos días abrigó la esperanza de que todo cambiaría en el último año. No fue así y la ilusión dejó a los jalapeños hundidos en el más dolorido recuerdo al ver su municipio como nunca se había visto en muchísimos años.

 

¿Qué esperan los jalapeños del nuevo presidente municipal?    

 

El equipo de trabajo que acompañará al nuevo alcalde ya preparó el programa de gobierno que tal vez contenga acciones serias de trabajo, con credibilidad y profesionalismo porque hay mucho qué hacer por la ciudad capital.

Sin embargo, a principios de mes, el nuevo alcalde declaró a los medios que Jalapa se convertirá en la segunda metrópoli  mexicana en recibir asesoría y recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de su Iniciativa de Ciudades Emergentes Sustentables. “Nos van a ayudar en cerca de 150 indicadores, nos van a dar una hoja de ruta, no para el próximo cuatrienio, sino para el desarrollo de la ciudad, los rubros prioritarios que tiene la capital en cuanto a muchos aspectos”. Información nada entendible para muchos.  Otra frase: “De tal modo que entre los indicadores que evaluará el BID, están los relacionados con la sustentabilidad y movilidad, además de ofrecerles un proyecto a seguir.…  Esto implica el acceso a recursos, pero ahora respaldados por el banco, no ocurrencias, ni proyectos” (¿?)…  Así lo dijo.

El BID no tiene nada de malo. Si se le critica mucho es porque cuando presta dinero, también emite recomendaciones que de una u otra manera molestan a muchos que ven en ellas una intromisión a las políticas internas de los municipios. El BID es un banco y como tal pretende que el dinero prestado en tasa de interés al  0,25%, con gracia de diez años si se pide préstamo a 40 años, le sea devuelto, como a cualquier banco, es por eso que se meten a evaluar a los solicitantes y sacan a relucir los problemas que se padecen y eso causa molestias a la ciudadanía. También es cierto que  algunos de sus comentarios  omiten o ignoran las necesidades sociales que algunos solicitantes tienen, pero ellos se caracterizan por tener muy en cuenta las realidades económicas y no tanto las realidades sociales.

   ¿Pretenderá, entonces, el nuevo alcalde, hipotecar el municipio? ¿Por cuántos años?

Hay, por otra parte, la confianza y las expectativas, sobre todo de quienes votaron por él, de ver si su política social será de puertas abiertas para la ciudadanía. Hay la esperanza de que derrumbe el muro que se construyó entre el pueblo y las autoridades. Y que las  audiencias al pueblo no vayan a ser  a partir de las 21 horas y hasta altas horas de la noche cuando ya no circulan los camiones que prestan el servicio urbano.

Hay, en Américo, la esperanza de que abra, de par en par, las puertas de su oficina, como lo hizo su padre el maestro Guillermo Zúñiga en los tiempos que fue presidente municipal, para atender en audiencia a quienes querían   saludar y solicitar algún servicio a su presidente. Es de familia la caballerosidad, el buen trato humano y político. ¿Lo pondrá en práctica Américo?, o, ¿Será otro viaje, otro espejismo que vivirán los jalapeños  durante cuatro años?

 

No se demoraron mucho

 

Los comentarios en los medios no se han hecho esperar sobre el  extrañó  nombramiento de dos personales: uno vividor del sistema desde los tiempos del gobernador Rafael Hernández Ochoa y el otro forjado en el taller de la fidelidad. El primero como director del ISSSTE y el segundo como delegado del IMSS, zona norte. El CP Gonzalo Morgado Huesca ya enseñó el cobre, dicen, hace algunos días cuando pretendió vender  un terreno que es propiedad  de los pensionados del  ISSSTE en Boca del Río. El gozo se le fue al pozo cuando desde las oficinas centrales le ordenaron que cancelara esa operación que, según cuentan sus mal querientes, se iba a concertar en 100 millones de pesos de común acuerdo con un importante empresario y con el aval de la hija de Morgado que fue agraciada por la fidelidad con una notaría. Que todavía no se olvida el paso de Gonzalo por la dirección del Instituto de Pensiones quien dejó en la peor de las crisis financieras al Instituto. Los jubilados y pensionados lo recuerdan mucho, aseguran.

El otro es Antonio Benítez Lucho, fidelista de hueso colorado y de primera fila. Ciertos columnistas políticos dan por hecho que aún no enseña el cobre. Pero ya está en esas. Analiza y sopesa. Ya calculó, o lo está haciendo, cuándo meterá la mano al cajón de las finanzas del Seguro. Anunció hace algunos días, que hace falta otro hospital al IMSS porque la Clínica 11 ya no es autosuficiente porque rebasa el número de pacientes. Ya empezó. Por lo pronto  corrió cinco kilómetros con los viejitos jubilados y los empleados para ganarse su confianza, tal como hizo, también, en el Instituto de Pensiones y en la Subsecretaría de Gobierno de donde renunció porque dijo que “ahí no había dinero”. Se lo reclamó ‘a grito abierto’ a Fidel, en los pasillos del Palacio de Gobierno ante los periodistas. Ya los veremos después, si es que los dejan…

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