Pocas Palabras: Las Siete Palabras


Tiene que haber trabajo de inteligencia para detener a los verdaderos delincuentes y no tener a la policía naval atrapando sólo a golpeadores y raterillos; cerrando cuadras del malecón para que no tomen bebidas embriagantes en la vía pública o pidiendo documentos a cuanto pobre diablo con una mochila ven en la calle

 

Por María Elvira Santamaría Hernández, egresada de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por María Elvira Santamaría Hernández, egresada de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, desde Coatzacoalcos, Veracruz

Frente a la ola de crímenes y de intentos de secuestro ocurridos a últimas fechas, los focos rojos vuelven a encenderse en Coatzacoalcos.
Por ello resulta impensable que el alcalde Marcos Theurel, se haya reunido ayer con las autoridades encargadas de brindar seguridad, únicamente «con el fin de poder tener más detalles de estos sucesos delictivos», como reza su declaración del domingo a los reporteros.

Con la creación del «Mando Único» a la Veracruzana, que se aleja mucho de la pretencion federal y que sólo muestra una policía disminuida en elementos y en recursos, tenemos que imaginar que el presidente municipal no hablaba en serio, que no quería morbosamente conocer pormenores de la última ‘tirotiza’ con saldo de un muerto y un secuestrado.

Que lo que dijo fue una expresión retórica y que lo que ayer por la tarde fue a tratar con los mandos de la Semar, de la Subprocuraduría y de quien sabe que más, es el exigirles un combate efectivo a la delincuencia que no sólo por la vía violenta sino también soterradamente esta dañando a los ciudadanos de Coatzacoalcos, ciudad que aún está bajo su gobierno y a la cual debe garantizar condiciones de paz, libertad de tránsito y de reunión, servicios públicos y vialidades adecuadas.

HARTAZGO CIUDADANO

Los pobladores están agobiados por bloqueos de carreteras, por cierres del puente Coatza I, por un solo transbordador, por obras no terminadas como el túnel sumergido, por días sin agua potable, por interrupción de las clases en escuelas públicas y por las ejecuciones.

Además hay que agregar otros males de los que se sabe a base de rumores y de temerosos comentarios, más que de denuncias formales: la extorsión sistematizada y el secuestro. De eso nadie habla abiertamente pero igualmente afecta la vida y actividad económica de los porteños.

Entonces, con este rosario de calamidades, cabe suponer que el clamor de Marcos Theurel seguramente no se quedará en el Mando Unico, sino que tocará la puerta principal del Palacio de Gobierno en Xalapa.

Uno de los argumentos que pueden pesar y conseguir captar la atención del gobernador Javier Duarte, más allá del de dar tranquilidad a la gente, es que no se quiere espantar a los inversionistas del nuevo complejo en construcción.
Eso sin mencionar que existe también hacia Coatzacoalcos por parte de Javier Duarte, el fuerte nexo afectivo que le da el hecho de que la familia de su esposa, con profundo arraigo, radica en esta ciudad.

Las posibles acciones que anuncien las autoridades, llámense estatales, municipales o policiales, tiene que pasar por el incremento de las fuerzas de seguridad. Tiene que haber más policías bien entrenados y equipados en Coatzacoalcos. Tiene que haber módulos estratégicamente ubicados, con elementos, equipo de radiocomunicación y vehículos capaces de dar respuesta rápida ante acciones delictivas y no las casetas abandonadas que vemos en algunas colonias.

Tiene que haber trabajo de inteligencia para detener a los verdaderos delincuentes y no tener a la policía naval atrapando sólo a golpeadores y raterillos; cerrando cuadras del malecón para que no tomen bebidas embriagantes en la vía pública o pidiendo documentos a cuanto pobre diablo con una mochila ven en la calle.
La policía naval, se presume, tendría que ser una policía de segundo piso, una fuerza de investigación del crimen organizado y no una corporación que recauda multas y llena el Cereso de gente que va a salir comprometida o aleccionada para ser peor.

En fin, como dijimos, con todo este panorama, no creemos que el alcalde busque sólo «más detalles» de los asesinatos recientes, en su reunión con el Mando Único, sino acción efectiva y respuestas. Por cierto, ¿Y los recursos del Subsemun? ¿Se recibieron? ¿Cuánto, cómo y en dónde se han aplicado?.

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