¿Qué está pasando?: Callejas, el costo político para Veracruz


Juan-Nicolas-Callejas-Arroyo
Si el presidente EPN pudo sacudirse a la Gordillo, ¿por qué el gobierno de Javier Duarte no lo hace con Nicolás Callejas? Este enredo nos hace pensar que tal vez haya un mar de fondo en esta perversa alianza que favorece a uno y perjudica a millones de veracruzanos

Por Gonzalo López Barradas

 

  Por Gonzalo López Barradas, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Gonzalo López Barradas, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Ya lo hemos escrito, que muerto el cacique Alfonso Arroyo Flores, a quien nunca se le descubrió si tenía vocación por la docencia porque jamás, nadie le escuchó una disertación docente o el desarrollo de un tema pedagógico y que murió en circunstancias extrañas y sospechosas porque según dijeron algunos tenía las uñas moradas,  síntomas de envenenamiento, dentro de un motel en Jalapa, se reforzó el caciquismo incipiente de Juan Nicolás Callejas Arroyo, supuesto sobrino del difundo, cuyo apellido Callejas viene de aquel general sanguinario, José María Callejas, que logró la derrota y captura del prócer José María Morelos.

Lo cierto, y para mala fortuna de los maestros veracruzanos, con Juan Nicolás Callejas se instauró otro cacicazgo que ha durado más de 30 años. La estafeta se la entregó el maestro Joel Vargas Cruz, primer diputado local del SNTE Sección 32 y desde entonces, Callejas ha dispuesto de esa Sección como si fuera patrimonio privado. Hubieron dos trienios de cierta dignidad, la de los profesores Primo Rivera Torres y Everardo Páiz Morales, pero éstos, fueron más intelectuales que políticos, porque nunca supieron ser visionarios y dejaron intacta la vieja maquinaria del callejismo que le dieron por llamar “gran equipo político” permitiendo el resurgimiento del cacicazgo tan indeseable en estos días.

Esta maquinaria  enmohecida  se integra por viejos inspectores de escuelas primarias que rebasan con mucho los treinta años de servicio, por directores de secundarias rezagados en el tiempo, con más de cuarenta o cincuenta años de servicio; esto es, toda la estructura de supervisión y de manejo escalafonario, independientemente  de  los amigos, familiares y beneficiados con plazas, comisiones y otras canonjías, todos ellos están controlados por el ‘gurú’ Callejas a través de un secretario general que es su hijo, que tiene el cargo pero no el poder.

El costo político

 

El gobierno de Veracruz nombró al cacique Callejas -seis veces diputado local y federal por la vía plurinominal- coordinador de la bancada priista en la LXIII Legislatura local a sabiendas del peligroso riesgo político. Pastoreará a 36 diputados, de los 50 que conforman el poder legislativo. Se reproduce así el modelo político priista de sostener el poder con los caciques. Viejos que pertenecen al club de la eternidad en su relación perversa con el poder.

El éxito de estos corruptos está en la docilidad con el gobierno. Complacer  a los funcionarios en turno y contener las demandas de los sindicalizados. Se adaptan a cualquier circunstancia y aceptan en sus demandas lo que les quieran dar. Se reeligen las veces que quieran y sólo la prisión o la muerte les quitará el liderazgo. Ejemplos: la Gordillo y Fidel Velázquez. Son sus sindicatos los que les permiten satisfacer todo tipo de aspiraciones personales. Llegan a alcanzar un gran poder económico que les da una vida de ensueño que no se acaba con sus descendientes.

Estos caciques son un fenómeno que se repite con los ferrocarrileros en el veracruzano  Víctor Flores, los petroleros con Carlos Romero Deschamps, los mineros de Napoleón Gómez, los obreros de Joaquín Gamboa, burócratas de Joel Ayala, electricistas con Víctor Fuentes y después de Callejas en Veracruz: Acela Servín del SETSE, Ricardo Díz Herlindo, SUTSEM  y en Tamsa, Pascual Lagunes y otros.

Callejas, viejo y enfermo de la vista y otras partes de su cuerpo, el ‘guía moral’ del SNTE jalará con sus problemas magisteriales al gobierno de Javier Duarte.

Mientras su hijo, secretario general, despacha en la Secretaría de Educación, porque el edificio del sindicato permanece tomado por los disidentes  quienes, al parecer, comienzan a despertar y darse cuenta del error en que han vivido.

 

Pero, ¿cuál es el misterio de Callejas?

Todos pensamos que es un capricho porque no hay una justificación lógica el nombrar a un repudiado maestro que nunca ha impartido clases. Egresado de una escuela normal rural desconocida, como coordinador del grupo de diputados priistas. Nadie  entiende esto. Nadie conoce el fondo ni lo que hay detrás de Nicolás Callejas. Seguramente son intereses muy poderosos que permiten abonar la absurda demostración de ejercer el poder ante el rechazo de miles de maestros y veracruzanos.

Si el presidente EPN pudo sacudirse a la Gordillo, ¿por qué el gobierno de Javier Duarte no lo hace con Nicolás Callejas? Este enredo nos hace pensar que tal vez haya un mar de fondo en esta perversa alianza que favorece a uno y perjudica a millones de veracruzanos.

Al ser cuestionado el maestro Joel Vargas, exsecretario general del SNTE, sobre la situación que viven los maestros, contesta con esta reflexión: “¿Cómo entender que en Veracruz, más de 80 mil maestros estén bajo la férula del cacique Callejas, y durante más de 30 años?  Un cacique tiene las mismas dotaciones anatómicas que cualquier maestro mundano: un cerebro, dos brazos, dos testículos, etcétera. Resulta imposible pensar que cuarenta mil maestros varones que sumarían ochenta mil testículos y cuarenta mil maestras riñonudas,  estén dominados, vergonzosamente, por únicamente los dos huevos de Juan Nicolás Callejas”. ¡Increíble  que eso ocurra en Veracruz!

rresumen@hotmail.com

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