Escenarios: Gudiño, millonaria


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Si Peperra Gutiérrez se habría beneficiado con 150 millones de pesos, y Jon Rementería Sempé con cien millones, las malas entrañas aseguran que Carolina Gudiño quedaría con 400 millones de pesos como recuerdo de su paso por la alcaldía jarocha

Por Luis Velázquez Rivera

Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (Desde el puerto de Veracruz)

•Se llevaría $400 millones

•Ayuntamiento saqueado

I

En aquellos años como presidente municipal jarocho significó un escándalo público que José Ramón (el Peperra) Gutiérrez haya dejado el puesto edilicio, quedándose, según la fama pública, con unos 150 millones de pesos de fortuna.

Incluso, las versiones fueron tan duras y ríspidas que la misma militancia priista aseguraba que al lado del Peperra, el exalcalde Efrén López Meza quedaba como un ángel de la pureza.

Después, el hecho y la circunstancia se reprodujo con el doctor Jon Rementería Sempé cuando su paso por la alcaldía habría significado un premio de cien millones de pesos por los tres años de trabajo ininterrumpido, frenético y patriótico por los jarochos.

Ahora, no obstante, la imaginación popular se ha desbordado y los amigos y enemigos y adversarios de la alcaldesa Luz Carolina Gudiño Corro apuestan (lo que uno se resiste a creer) que su fortuna ascendería a unos 400 millones de pesos.

Es decir, cien millones de ahorritos durante cada uno de los tres años.

Más cien millones con los que habría llegado al ayuntamiento, luego de su efímero paso como diputada federal y local y directora del Instituto de la Mujer; los tres cargos inconclusos.

Claro, en ningún caso existieron ni existen pruebas contundentes, notariales, copias de cheques, escrituras, del presunto ilícito.

Se consigna aquí lo que la fama pública dejó registrada hasta en las páginas de la prensa escrita de la época.

II

Y más, por lo siguiente:

Uno. Desde la edad de Piedra todo mundo llama “El año de Hidalgo” al último del ejercicio del poder público.

Y, bueno, Veracruz en ningún momento sería la excepción.

Dos. Desde el hombre en las cuevas de Altamira, el ORFIS (Órgano de Fiscalización Superior), la Comisión de Vigilancia del Congreso y el Congreso en pleno se han

Si Peperra Gutiérrez se habría beneficiado con 150 millones de pesos, y Jon Rementería Sempé con cien millones, las malas entrañas aseguran que Carolina Gudiño quedaría con 400 millones de pesos como recuerdo de su paso por la alcaldía jarocha

convertido en aliados, cómplices y hasta socios de los ediles en funciones a cambio, por ejemplo, de que todos se bañen en tina y chapoteen.

Tres. Nunca en la historia pública de Veracruz, ni del país, vaya, han funcionado las auditorías internas y externas de los alcaldes para evitar trastupijes y enriquecimientos ilícitos y lícitos, en todo caso.

Cuatro. Todo mundo apuesta a que, mínimo, un alcalde se queda con el diezmo de su presupuesto y se pasan copia al jefe máximo; la impunidad absoluta queda garantizada.

Cinco. Si el alcalde está lleno de imaginación, entonces el diezmo puede multiplicarse a doble, triple diezmo, para lo que basta con formar, digamos, una constructora, una empresa, y autoasignarse obra pública, para que así el alcalde quede con hacha, calabaza y miel.

Seis. Hay alcaldes, por ejemplo, que se venden a sí mismo desde una motoconformadora para el ayuntamiento hasta las libretas de taquigrafías, las hojas y los lápices.

Y por tanto, la ganancia se incrementa.

Siete. Basta y sobra con poner a sudar el presupuesto durante uno o dos años en el mundo bursátil para “ordeñar la vaca” sin riesgos.

Por eso es que los quisquillosos calculan que la primera alcaldesa jarocha se llevará unos 400 millones de pesos como recuerdo…

¡Hosanna, hosanna!

III

Habría, entonces, de preguntar al ciudadano si cree, está seguro, cierto, de que durante los tres años la Gudiño ejerció el poder sin caer en la tentación del dinero ni del desvío de recursos ni del peculado ni de la riqueza fácil y rápida.

Y si los familiares, por ejemplo, “Los hermanos Macana”, y el esposito, caminaron en el pantano sin mancharse.

Y si las amigas del primer círculo del poder gudiñesco también quedaron como ángeles de la pureza.

Y es que, bueno, una percepción es la que cada político tiene de sí mismo y otra la que cada ciudadano se forma de ellos.

El exalcalde Juan Maldonado Pereda lo decía así: “Si un alcalde dice que no roba, nadie le creerá. Si acepta que robó… en todo caso, le dirán que es un cínico”.

Publicado en: http://blog.expediente.mx/nota.php?nId=4762#.UqcyStLuLTo

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