Por Héctor Saldierna Martínez
Pocos son los diputados que puedan jactarse de una actitud digna y congruente con el compromiso que contrajeron con sus electores, pero sobre todo, mantenerse libre de presión y adoptar la mejor decisión en las iniciativas de ley que atentan contra el bienestar de la ciudadanía.
Un ejemplo de ello lo constituye el diputado Ricardo Ahued, quien ha sabido mantenerse enhiesto conforme a las circunstancias. Cuando pasó en el congreso local el asunto de la Reforma Energética, por lo menos no la aprobó y dijo que en base a su análisis consideraba que no era correcto ni adecuado respaldarla.
No hay que olvidar que los congresos de las diversas entidades del país votaron en coro, de acuerdo a la directriz nacional, sin siquiera tomarse el mínimo tiempo para analizarla y votarla de acuerdo a los más elevados preceptos de la ciudadanía.
Muchos representantes de las cámaras deben estar ahora arrepentidos de lo que hicieron, sobre todo porque han seguido instrucciones superiores que les han indicado el camino a seguir, así perjudique el presente y el futuro de la nación.
A propósito de Ricardo Ahued, señaló que el presupuesto del gobierno estatal, aprobado en 94 mil 972 millones de pesos es deficitiario. Es decir, ni siquiera creció en más de 4 mil millones de pesos en virtud que el índice inflacionario está apagando tal incremento.
Tomando tal consideración es evidente que el gobierno estatal tendrá ciertos problemas para afrontar los diversos compromisos. Hay que considerar que sólo el poder ejecutivo ejercerá 69 mil millones de pesos, mientras que los 212 municipios tendrán un presupuesto de 11 mil 703 millones de pesos, siendo el puerto de Veracruz, con mil 112 millones de pesos el que ejercerá el mayor techo financiero en la entidad.
En lo relativo al Poder Judicial, tendrá un presupuesto de mil 500 millones de pesos, en tanto que el poder legislativo tendrá 577 millones de pesos.
Y la deuda pública estatal tendrá un pago anual de 3 mil 890 millones de pesos. Es decir, tal cifra reducirá las posibilidades de inversión que en estos momentos reclama, sobre todo en obras de infraestructura que han sido postergadas y que son consecuencia de reclamos no concluidos desde hace algunos años.
Precisamente, Gerardo Buganza, secretario de Obras Públicas, ha anunciado que en breve se estregarán 25 importantes obras que corresponden a la infraestructura de la entidad veracruzana.
DETIENEN A
SARA LUZ
Cuando se pensaba que la alcaldesa de Alvarado hasta el 31 de diciembre, Sara Luz Herrera Cano, se iría sin ningún problema a descansar a su casa, resulta que un comando de la Agencia Veracruzana de Investigación la detuvo 36 horas después que había dejado el encargo. Incluso, asistió a la toma de protesta de Jaime Octavio Ruiz, el nuevo alcalde de Alvarado.
La causa fundamental de su detención es sobre el homicidio de su secretario particular Michel Martinez, a cuya exalcaldesa se le acredita la autoría intelectual. Se trata finalmente de una triste historia de una mujer humilde que laboraba hace algunos años en el mercado de Alvarado y por circunstancias de la vida conoció al entonces gobernador Fidel Herrera, mismo que la impulsó y apoyó su carrera política, hecho muy relevante sobre todo porque Sara Luz era una persona sin estudios básicos.
Se decía públicamente que no se la haría nada porque estaba bien posicionada. Que tenía fuertes nexos con el exgobernador y, por ende, nadie podría detenerla. Sin embargo, un boletín expedido por la Procuraduría General de Justicia en el Estado, encabezada por Amadeo Flores Espinoza, informó que el Juez Tercera de Primera Instancia dictó orden de aprehensión contra Sara Luz por su autoría intelectual del asesinato de su secretario particular.
Sí este proceso se lleva en forma escrupulosa y correcta, se asentará un sano precedente en materia de justicia. Y podría ser el antecedente, que sería lo ideal, de procesar a aquellos alcaldes que cometen fraudes contra el pueblo.
TERMINA GESTION
CAROLINA GUDIÑO
Ha concluido la gestión de la primera alcaldesa en el puerto de Veracruz. Se trata de Carolina Gudiño Corro, originaria de Tuxtepec, Oaxaca y fraguada en la actividad política bajo el padrinazgo de Fidel Herrera Beltrán.
Su actuación, en términos generales, dejó mucho que desear. Se podría decir que su gestión no fue exitosa, enfrentó a diversos grupos sociales y no se constituyó en una autoridad que resolviese los diversos problemas de la ciudad.
Su principal obra fue la pavimentación en concreto hidraúlico de Díaz Mirón. Sin embargo, se confrontó con varios grupos ambientalistas que le solicitaron el proyecto, el que nunca entregó y además nunca tuvo el respeto de escucharlos. Esos grupos le solicitaban que respetase el entorno natural y su respuesta fue indiferente y prepotente.
Carolina fue una persona no estimada por la generalidad. En diversas pláticas, entre diferentes grupos sociales, se manifestaba un profundo rechazo hacia su persona y la antipatía era parte de su personalidad. Corrían también, con mucha frecuencia, historias urbanas en donde la colocaban como la villana ante vecinos que le iban a recordar sus promesas, las que nunca cumplió.
Sí acaso llevó alguna importante obra pública en las colonias, poco se conoció y tal vez su departamento de Comunicación Social no logró, ni siquiera, levantarle un poco de su deteriorada imagen pública. Ha concluido una vez más una triste historia de alcaldes. Esta vez mujer, pero sin logros significativos. Profundizó en el deterioro de Veracruz y siguió tolerando la invasión de vendedores ambulantes en el zócalo de la ciudad, el más emblemático, en el malecón y en el parque Alvaro Obregón, que ahora es asiento de vendedores y de sillas de restaurantes que obstruyen el libre tránsito de las personas.
Algo para olvidar. Dos historias de dos mujeres, ahora ex alcaldesas, aunque con signos diferentes.
Y hasta la próxima.
EfACICO 