Por Rodolfo Calderón Vivar

Lo menos que uno puede pensar respecto al mensaje enviado ayer, en cadena nacional, por el presidente Enrique Peña Nieto es que, una vez más, se lanza con todo para empeñar de su palabra en el sentido de que este año se verán ya las consecuencias de las reformas estructuralas aprobadas el año pasado, mediante un crecimiento económico que habrá de corroborarse en los próximos meses.
Lo que pasó el año pasado fue también en ese tono. Se lanzó con todo en pos de dichas reformas, que sus antecesores no lograron concretar, dando muestras de una capacidad política para unir intereses encontrados, como los perredistas y panistas, en pos de acuerdos al borde de fracturas previstas y sopesadas a la hora de contar los votos.
Se lanza con todo, pese a que su popularidad no está en su mejor momento, sobretodo en este inicio de año donde se corrobora ya que la inflación creció significativamente, bajo la influencia de la nueva cauda de impuestos que es recibida con poco agrado por la mayoría de los mexicanos. En especial, en los estados norteños, como Baja California, se dan acciones de desobediencia civil para no pagar el impuesto del IVA, del cual estaban exentos en años anteriores.
También en el escenario de convocatorias a la revuelta como la de un supuesto general, Jesús Jaime García Miramontes, quien hace un llamamiento al ejército mexicano para derrocar al actual gobierno por traición a la patria. El caso incluso ha merecido la atención de autoridades de la Defensa Nacional ya que, el supuesto militar ha manifestado incluso amenazas de muerte contra el presidente de la república. De entrada, se corroboró que García Miramontes no es militar.
Caso aparte es la actividad política de Andrés Manuel López Obrador, eterno aspirante a la presidencia de la república, quien ha mantenido una lucha constante en contra de los últimos dos presidentes electos y quien, al sufrir un infarto en el mes pasado, delegó el papel de líder de su movimiento, por unos días, a su hijo Andrés Manuel López Beltrán, en claro agravio a otros dirigentes de MORENA, por su evidente carencia de liderazgo, carisma y trayectoria política. López Obrador regresó ya a la actividad política pero su afán en estos primeros meses del año es lograr el registo de su partido político MORENA, y ganar adeptos con una supuesta lucha civil contra una reforma que, aprobada en las legisturas y regulada en la constitución, ya no tiene vuelta de hoja.
Hay un mar de turbulencias nacional porque el peñismo realmente está sacudiendo valores entendidos de la política nacional en su relación con los empresarios, poderes fácticos y organizaciones corporativas como lo son los principales sindicatos del país, SNTE y el petrolero, y el país aún no se recupera de los vertiginosos cambios del 2013, con una oposición divida en lo político, pero anuente en los congresos federales y estatales para aprobarlas reformas, y ahora el presidente anuncia que la bonanza comienza este mismo año. Es un gesto de audacia.
Tan audaz es la propuesta que los escépticos soslayan que, en su mensaje de este inicio de año, está hablando ya de propuestas inmediatas que serán posibles sostener con las nuevas reformas. Y todas ellas son de corte social, impactantes en grupos mayoritarios del país, otrora despreciados por los gobiernos anteriores, y a los que se les está ofreciendo seguro de desempleo, pensión vitalicia para los mayores de 65 años, educación de calidad en todos los niveles educativos mexicanos, mejores salarios a través de las nuevas inversiones extranjeras, apertura crediticia para los pequeños empresarios. En recientes días, un profesor lo increpó públicamente por la reforma educativa y le recriminó que, desde 2008, el gobierno ha prometido apoyar su comunidad con computadoras y no ha cumplido. Peña Nieto, en una expresión muy mexicana, le dijo que le diera chance para demostrarle que él si va a cumplir. En ese sentido, Peña Nieto, se compometió que en estre mismo año el crecimiento económico comenzará en México. Reto tan sorprendente e increible, como el que lanzó el año pasado al proponerse sacar la aprobación de las reformas estructurales en el Congreso, mediante la cuña del pacto por México. ¿Volverá a salir airoso en el 2014? ¿Rebasará ahora por la izquierda?
