Por Héctor Saldierna Martínez
A 20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) nada bueno le ha sucedido a México. Al contrario, los resultados son muy concretos y lastimosos: la economía del país ha crecido hasta el 1 por ciento, por debajo de las principales economías de América Latina.
Hoy por hoy, México es una de las naciones que registra bajos índices porcentuales en su Producto Interno Bruto, lo que es indicativo que no hay desarrollo, sino más bien un atraso que se ha ido acentuado en los últimos años. Esto también quiere decir que el modelo económico que ha adoptado el gobierno federal desde hace muchos años ha ido de fracaso en fracaso.
Sin embargo, como que todavía no se han percatado que desde esta perspectiva no existe el futuro. O bien, el objetivo fundamental y básico es propiciar que el país siga en caída libre. Las reformas estructurales que han sido aprobadas por el Congreso de la Unión así parecen atestiguarlo.
Sobre el particular, Thomas J. Donohue, presidente de la Cámara Americana de Comercio, afirma:
“Los beneficios tremendos del TLCAN para los trabajadores, agricultores y empresas de Estados Unidos son escondidos a la vista de todos”. Y agrega:
“El TLCAN ha facilitado una “bonanza” para los granjeros y agricultores estadounidenses, con uno de cada 10 acres (un acre equivale a 4.047 metros cuadrados) de plantíos estadounidenses, dedicados a la exportación hacia Canadá y México”.
Esto quiere decir, en buen castellano, que hasta los mismos gringos pregonan las grandes bondades derivadas de un Tratado de Libre Comercio, donde ha prevalecido una excesiva ventaja hacia los Estados Unidos y, en contraparte, México ha perdido en este juego desigual.
No tiene nada que ver con lo que en enero de 1994, dijo Carlos Salinas, entonces presidente de la república:
“El Tratado de Libre Comercio fomentará la riqueza para México, se generarán empleos y habrá mejores oportunidades para todos”. Es un discurso, en cuya realidad, ha quedado diluido. Nada que ver.
Desde entonces, las políticas seguidas por los gobiernos mexicanos han sido de un franco retroceso, caracterizado por la falta de empleos, menores oportunidades y, por consiguiente, se ha multiplicado la emigración de miles de personas que buscan países extraños para aliviar sus imperantes necesidades económicas.
Las cifras de la migración son un resultado evidente de las políticas instrumentadas por los gobiernos. Cada año son más los mexicanos que emigran principalmente hacia Estados Unidos en la búsqueda de un trabajo que es negado es su propio país, consecuencia de las malas decisiones adoptadas por los gobiernos en turno.
UN DIPUTADO NO DEBE
OLVIDAR QUE SERA CIUDADANO
Tomás Tejeda Cruz es actualmente secretario general de la CROC y representa a miles de trabajadores en la entidad veracruzana. Ha sido diputado local en dos ocasiones y, en base a esa experiencia, afirma: “Un diputado debe tener mucho cuidado con lo que legisla y no perder de vista que debe tener siempre en mente promover leyes que beneficien a la gente”.
De otra manera, argumenta, la gente te empieza a ver feo.
Sin duda, se trata de una importante reflexión ahora que ha pasado una de las etapas más truculentas en la vida legislativa del país, donde se aprobaron leyes que son de una manifiesta intención de perjudicar la economía del país y a sus habitantes.
EL RETO DEL GOBIERNO
MUNICIPAL
Ahora que se ha iniciado una nueva etapa del gobierno municipal de Veracruz, el alcalde Ramón Poo tiene una serie de retos. Uno de ellos es regular el comercio ambulante, toda vez que ahora como nunca existe mucho desorden. La imagen que brinda el puerto de Veracruz es decepcionante y los turistas se retiran con un mal sabor de boca al conocer el centro histórico del puerto.
No sólo ha sido un trabajo decepcionante de Carolina Gudiño, sino que se unió al mal trabajo de sus antecesores. Pocos, muy pocos alcaldes, pueden ufanarse que entregaron su tiempo en beneficio de la ciudad. Es tan pobre la percepción ciudadana de los gobiernos, que no solamente es el municipal, sino también el estatal y el federal que le quedan debiendo mucho a su pueblo.
LA CIENCIA Y LA
INVESTIGACION
Sin duda, la promoción de la ciencia y la investigación es lo único que puede garantizar el desarrollo de una nación. Para variar, en México no se le otorga la mínima importancia a estos rubros básicos para progresar. Sin embargo, tenemos algunos ejemplos que son edificantes, que de suyo es la excepción:
Aguacateros michoacanos invertirán 50 millones de pesos en un fondo patrimonial para pagar una plaza de investigador, quien estará adscrito al Instituto de Ecología (INECOL) y se dedicará al tema de los aguacates.
“Este modelo es un ejemplo de cómo generar el círculo virtuoso para caminar hacia la sociedad del conocimiento”, dijo Martín Ramón Aluja Schuneman, premio Nacional de Ciencias y Artes 2013.
Sí este concepto fuese imitado por diversas organizaciones, con el apoyo gubernamental, estaríamos consolidando una nación viable.
Nunca se había visto un enorme y gigantesco despliegue de seguridad hacia un presidente de la república en su visita al puerto de Veracruz en la emblemática fecha del 6 de enero que celebra la Reforma Agraria. La ciencia de la semiología, especializada en los signos y los símbolos, podría dar una explicación muy amplia del por qué tanta seguridad para el representante del poder ejecutivo.
Y hasta la próxima.
EfACICO 