Por María Elvira Santamaría Hernández
Hay un continuo paso por los pasillos, conversaciones ligeras, notas de una guitarra que acompaña a un grupo cantando, el zapateado en una de las aulas, donde estudian y rescatan las tradiciones populares.
Hay silencio respetuoso en la biblioteca -con poca gente, por cierto-, mochilas amontonadas en una esquina de la entrada a la USBI, clases, saludo de catedráticos, estudiantes repasando o conversando, gente con batas blancas, con jeans, con tenis.
Hay risas, estudio, juventud.
Esto es parte del escenario cotidiano de la Universidad Veracruzana campus Coatzacoalcos. Y seguramente es muy similar al de los demás centros de estudio de esta gran institución educativa.
Así descrito, el ambiente se parece mucho al que nos tocó vivir hace décadas, a quienes cursamos la carrera profesional en la UV. Pero desde luego, ahora se añaden otros elementos a la escenografía: hay mucha vegetación, porque las facultades se han edificado rodeadas de áreas verdes; y también hay muchos teléfonos celulares en manos de los estudiantes.
Y saben, allí, en medio de la saludable savia joven estudiantil, la Universidad Veracruzana ha abierto espacios para mujeres y hombres de todas las edades, que deseen volver al aula para refrescar conocimientos y adquirir otros nuevos.
Aprovechando esta oportunidad es que nos ha tocado a la reportera Irma Santander y a mí, disfrutar de un magnífico diplomado sobre creación literaria, impartido a distancia en coordinación con la Universidad Metropolitana, por reconocidos escritores, con especialidad en los géneros de cuento, poesía, novela, crónica, ensayo, crítica literaria, dramaturgia y guión cinematográfico.
Al aula tres, de medios audiovisuales, donde se imparte el curso, asisten alrededor de 22 personas. Y una de las más gratas impresiones que puede una tener, es que numerosos compañeros son maestros y maestras, unos en funciones y otros jubilados, que siguen teniendo ansias de aprender, de adquirir mayores conocimientos para poder transmitirlos.
Hay también estudiantes de áreas exactas amantes de las letras y personas vinculadas a la vida literaria y a la cultura, por el puro gusto y por profesión.
Durante varias horas, los martes por la tarde, nos sumergimos en la tarea de intentar crear textos, bajo la inteligente coordinación de la doctora Lilia Zamudio.
En el salón destacan desde luego los maestros, quienes contagian su interés en captarlo todo. Compartir con ellos el aula, nos reconcilia con el magisterio, ese que ha estado tan negativamente señalado y que sin embargo, tiene en sus filas, gente ávida del estudio y de la enseñanza, como los compañeros que tenemos en el curso.
Vaya un reconocimiento a la Universidad Veracruzana, por abrir sus puertas a todos los que quieran cultivarse, sin distingo de edades o profesión.
PD. Por cierto, la rectoria que encabeza la doctora Sara Deifilia Ladrón de Guevara, ha decidido descentralizar las actividades artísticas y culturales de la Universidad, de manera que éstas lleguen a todos los campus que existen en el estado. Esperemos que esta buena noticia, pronto sea una realidad en Coatzacoalcos.
Hasta Pronto.
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EfACICO 