En Pocas Palabras: Nadie les cree


Por María Elvira Santamaría Hernándezencuentroconperiodistas

Por María Elvira Santamaría Hernández, egresada de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por María Elvira Santamaría Hernández, egresada de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, desde Coatzacoalcos

El miércoles a las 7:15 de la mañana, fue secuestrado en las puertas de su casa Gregorio Jiménez de la Cruz, reportero de los periódicos Notisur y Liberal del sur de Coatzacoalcos. Las redes sociales dieron cuenta rápidamente del suceso y la noticia se extendió por todas partes, publicándose a nivel nacional e incluso en otros países.

La policía fue alertada y a partir de entonces las autoridades de los diferentes niveles, difundieron que habían iniciado inmediatamente la investigación y estaban siguiendo varias líneas, para dar con su paradero y atrapar a los autores del plagio.

La noche del jueves, 39 horas después de lo ocurrido y sin que Gregorio Jiménez hubiera aparecido, el gobierno del estado de Veracruz intentó dar un claro mensaje de que el asunto era de primordial importancia para Javier Duarte de Ochoa y con ese fin envió a Coatzacoalcos al secretario de gobierno Erick Lagos, al procurador de justicia Felipe Amadeo Flores Espinoza, al secretario de seguridad pública Arturo Bermúdez Zurita y a su coordinadora de comunicación social y vocera, Gina Domínguez Colío.

El encuentro de estos funcionarios, a los que se sumaron el fiscal que lleva el caso Enoc Maldonado y el alcalde Joaquín Caballero, fue tenso, difícil. Los enviados del gobernador pretendieron dar una sensación de acercamiento, de comprensión de la angustia que tienen los reporteros por el plagio de su compañero.

Dijeron que desde el primer momento se había implementado un operativo para rescatar a Gregorio. Los desmintieron: “la esposa nos dijo que el mando único se apareció cuarenta minutos después de que se dio aviso del secuestro”, le espetó una reportera en su cara al secretario de gobierno.

Señalaron que desplegaron mil elementos buscando a Gregorio, entre federales, estatales, soldados, marinos y 44 detectives. Lo pusieron en duda: “yo vengo de Rabón Grande, repuso un reportero y ni allí ni en Allende –lugar en donde ocurrió el levantón-, hemos visto a la policía investigando”.

En realidad, es evidente que sí existe una preocupación del gobierno del estado y esperemos que también toda la ocupación que dicen, por encontrar vivo al periodista Gregorio Jiménez. Es cierto que han tomado el asunto muy en serio.

Pero, la cuestión es que las autoridades han perdido tanta credibilidad, y está tan fresco en la memoria colectiva el reciente caso del secuestro y asesinato del joven Gibrán y otros anteriores en que ejecutaron a periodistas, que difícilmente, se les cree algo.

Quisiera pensar que a la hora de estar haciendo este comentario, ya se tengan noticias del exitoso rescate del reportero Jiménez de la Cruz sano y salvo. Ojalá.

Hasta pronto.

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