Por Francisco Blanco Calderón 

En un esfuerzo inédito de una sociedad harta de la entrega de nuestros recursos naturales, de continuar sometida al modelo neoliberal inoperante y con evidencias de fracaso político, económico y social, desde hace treinta años, mismo por lo que nuestro país no ha crecido más del 2 por ciento del PIB, menos que Haití, nación altamente castigada por la naturaleza y con altos niveles de pobreza.
Y mucho menos a naciones progresistas como Brasil, Chile, Argentina, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Uruguay, Perú, El Salvador y Nicaragua que han sostenido tasas de crecimiento entre del 4 al 12% de su Producto Interno Bruto. México solo ha estado creciendo en el sector servicios y ha sido debastado en los sectores agropecuarios e industrial. País con más de 62 millones de pobres y cerca de 45 millones de una clase media severamente castigada y pauperizada, conformada por empleados, trabajadores, profesionistas, pequeños empresarios y comerciantes y solo menos de 2 millones en la opulencia.
La pérdida de credibilidad en la partidocracia, la baja calidad de la enseñanza en todos sus niveles, la manipulación mediática por el duopolio televisivo e inmovilizados por una iglesia frívola y corrupta son las principales instancias que han mantenido pasiva, paralizada y desmoralizada a una ciudadanía ausente, desmotivada y enardecida.
El enojo ante un Congreso de la Unión sumiso, entreguista y corrupto compuesto de senadores y diputados, que se prestaron a la “bacanal” legislativa, en escasos meses del presente sexenio, para aprobar sin leer, discutir, modificar las reformas hacendaria, educativa, laboral, telecomunicaciones, energética más la que se avecina en salud, vivienda. Sumados los domesticados congresos locales de cada entidad federativa, salvo la digna posición de Tabasco.
El coraje ante un sistema de justicia convenenciero, sumiso al ejecutivo y a sus intereses.
La rabia ante la ineficiencia, ineficacia, de una corrupta y simuladora administración pública federal, estatal y municipal.
La entrega despiadada hacia capitales trasnacionales, la “ descomunal” fuga constante de capitales nacionales, la “impagable” deuda externa, la inseguridad, el secuestro, el robo, los asesinatos, La trata de personas y, más precisamente, la explotación sexual de mujeres y niñas, tráfico de órganos humanos de infantes, mujeres y migrantes, la cada vez más alta huida de mano de obra calificada sumada ahora a la preparada académicamente, el deterioro criminal del medio ambiente para favorecer la mezquindad de las empresas inversoras, han destruido la confianza y están destruyendo al país.
De ahí surgió la propuesta de constituir un Congreso Popular bajo la iniciativa de distintas personalidades, comprometidas con México.
“El Congreso Popular es un esfuerzo 100% ciudadano con total independencia de cualquier partido político, institución gubernamental o grupo empresarial. Frente a la traición y la corrupción de la clase política, la manipulación de los medios de comunicación dominantes y la avaricia de la oligarquía empresarial, urge construir desde abajo nuevas formas de ejercer y representar el poder popular.
Los convocantes son un grupo plural de casi un centenar de figuras públicas, intelectuales, artistas, periodistas y líderes sociales que se ha reunido para defender la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y auspiciar la participación ciudadana en los asuntos públicos del país”, afirman sus convocantes.
Convocantes
Intelectuales, académicos, artistas, periodistas, caricaturistas, líderes sociales entre los que destacan: John Saxe-Fernández, Julio Scherer Ibarra, Javier Sicilia, Alejandro Solalinde, Miguel Concha, Raúl Vera, Paco Ignacio Taibo II, Ricardo Ravelo, Jesusa Rodríguez, Daniel Giménez Cacho, Alfredo Jalife, Sanjuana Martínez , Ifigenia Martínez, Hugo Aboites, John Ackerman, Damián Alcázar, Julio Boltvinik, Virgilio Caballero, Lydia Cacho, Jaime Cárdenas, Elvira Concheiro, Carlos Fazio, Gerardo Fernández Noroña, Trino, Pedro Miguel, Enrique Dussel.
2652 miembros seleccionados
Se convocó a un registro libre de la ciudadanía, previa a la instauración del Congreso con una respuesta sorpresiva de más de dos mil hombres y mujeres mexicanos, en escasos tres días. El perfil de los participantes fue sumamente plural. Se encuentran representadas todas y cada una de las 32 entidades federativas, así como mexicanos residentes en 12 diferentes países del extranjero. Las edades de los participantes también tienen una gran variación, desde los 16 hasta los 76 años de edad, con una fuerte presencia juvenil y un promedio de edad de aproximadamente 36 años. Cuya principal misión es lanzar un ya BASTA al saqueo que se aproxima con la reforma energética.
Decreto de derogación de la reforma energética
“Es particularmente importante defender la soberanía popular cuando se trata de reformas constitucionales dado que el establecimiento de la rigidez constitucional, es decir, de procedimientos más rigurosos para su reforma que los necesarios para la aprobación de leyes ordinarias, tiene por fin asegurar una expresión de la voluntad popular más consciente y deliberada. Asimismo, la reforma constitucional a la que hoy nos oponemos constituye una modificación fundamental a nuestro régimen constitucional.
“Ello representa el cambio de una decisión política fundamental que ha definido nuestro pacto social durante el último siglo. Este tipo de reformas corresponderían al Constituyente Originario y no al Constituyente Permanente. Al permitirse que extranjeros reciban como pago, en las “licencias” y los “contratos de producción compartida”, una parte de la producción o del crudo extraído se violenta el principio de que los hidrocarburos son de la Nación porque se compartirán en propiedad con ellos.
Igualmente se infringe el principio de que la Nación es la que debe explotar esos recursos, pues las empresas trasnacionales participarán en todas las fases de la industria de los hidrocarburos, desde la exploración, extracción, refinación, almacenamiento, transporte, distribución y hasta las ventas de primera mano. Las empresas trasnacionales controlarán parte o la totalidad de la administración de estos fundamentales procesos“.
El pasado 5 de febrero se realizó la constitución del Congreso Popular en la explanada del Monumento a la Revolución. Fecha trascendental en la conmemoración de la proclamación de la Constitución Política Mexicana, misma que ha sido mancillada, violada en estas tres décadas de gobiernos priistas y panistas para satisfacer la voracidad y ambición insana, desleal, corrupta, impune y simuladora de nuestra clase política para saquear al país.
Se acordó una movilización masiva el próximo 18 de marzo, fecha insigne en la recuperación de nuestra dignidad nacional, misma que ha sido nuevamente entregada a los intereses trasnacionales, coludidos con sus nuevos socios nacionales para alcanzar la privatización desmedida del sector energético y extractivo. Petróleo, electricidad, minería ya formalmente en poder de los insaciables intereses extranjeros. Dos fechas claves para consolidar la unidad nacional: Nuestra Carta Magna y la expropiación petrolera.
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