
Un tema recurrente en los últimos meses ha sido el tema de las autodefensas, organizaciones civiles que, ante la inoperancia de la autoridad, decidieron armarse y proteger a sus propias familias y comunidades. Aun con el riesgo que implica que se armen los propios ciudadanos, constituye hasta ahora una solución ante el notable incremento de la delincuencia en sus diversas manifestaciones.
No obstante que el mismo gobierno ha desacreditado este tipo de organizaciones, la realidad es que prácticamente en la guerra por Michoacán fue pieza clave para que, junto con el ejército y la armada, hayan aprehendido a líderes templarios y auscultar las casas de seguridad y puntos clave para ubicar a los miembros del cártel michoacano.
Pero no todo termina ahí. En Guerrero también diversas organizaciones de ciudadanos están en proceso de organizarse para constituir su propia defensa ante el embate sin piedad del crimen organizado. En Otumba, Estado de México, también se generó la necesidad de protegerse ante los asaltos, secuestros y toda la parafernalia que asola estas regiones del país.
En Veracruz se anunció la aparición de autodefensas en Zongolica, región paupérrima y que pese a los reiterados anuncios de parte del gobierno en el sentido que llevan beneficios económicos, la realidad es que se trata de una región carente de fuentes de empleo y con elevados niveles de marginación, así como expuestos a la criminalidad constante.
Sencillamente las autodefensas ciudadanas reflejan nítidamente que las cosas no se están haciendo bien de parte del estado mexicano, preocupado más en seguir en la abdicación de sus auténticas funciones y disminuyendo su presencia en todos los ámbitos, incluyendo el aspecto toral de la seguridad.
No es nada casual que en los últimos años el estado haya ido perdiendo en los aspectos básicos de regulación y de control de sus recursos naturales. Ha instrumentado, inclusive, regulaciones laborales en donde privilegia el interés de los poderosos, de los grandes empresarios y va descuidando al importante sector laboral que observa cómo va perdiendo prestaciones sociales y fuentes de empleos.
Las concesiones mineras representan grandes ventajas hacia los inversores extranjeros, los cuales tienen todos los privilegios y la capacidad para pagar bajos salarios, despedir sin ninguna objeción a los trabajadores y, lo peor, llevarse la riqueza del país hacia sus naciones de origen.
Se podría afirmar, sin duda, que los inversionistas extranjeros están viviendo su época de oro en México, donde reciben todo tipo de ventajas y de privilegios, sin que exista una autoridad que norme de acuerdo a la ética, sin la ventaja laboral hacia los trabajadores y un cómplice silencio de los líderes sindicales que no han sabido defender los intereses de sus agremiados.
Es como sí nos remontáramos a la historia. En la etapa presidencial dictatorial de Porfirio Díaz se dieron este tipo de síntomas. Díaz había privilegiado a los inversionistas extranjeros y le concedía todo tipo de privilegio al grado que se llegó al hartazgo y que culminó con las revueltas de Río Blanco, Veracruz y Cananea, Sonora, relacionada con las empresas mineras y posteriormente la revolución de 1910.
PATRIA EN PELIGRO
Diese la impresión que se están reeditando este tipo de situaciones. De nada sirve que el conocimiento de la historia debería de utilizarse como referente para no volverse a repetir, la realidad es que se está repitiendo una vez más. Inclusive, en la etapa porfirista no solamente fue una dominación económica, sino también fue una hegemonía cultural al grado que todo tenía que decirse en francés, nuestros poetas tenían que introducir términos galos en sus versos, como Manuel Gutiérrez Nájera en su famosa poesía de la Duquesa Job.
Y como hace cien años, precisamente con motivo de la invasión yanqui en el puerto de Veracruz, habría que utilizar la frase de José Azueta, quien afirmó ante las tropas norteamericanos que mancillaron el territorio veracruzano: ¡la patria está en peligro!.
Y es que en realidad la patria, ahora en 2014, está nuevamente en peligro. No se trata ahora de un grupo de soldados, de invasores, sino a través de tratados de libre comercio y de una exaltación a la economía de mercado, donde han quedado sepultados los índices de bienestar y que día con día se observa la agonía del campo, que debería ser ejemplo de producción y fuente asegurada de la soberanía alimentaria.
Los índices de crecimiento de nuestro país lo atestiguan. Tenemos cerca de 20 años que el país no ha crecido más allá del 2 por ciento en su economía y en su Producto Interno Bruto. Todo porque estamos metidos en una camisa de fuerza, implementadas por las políticas públicas que sólo beneficia a los poderosos extranjeros y paralelamente, ha ido desmantelando nuestras industrias y nuestra productividad en todos los órdenes.
Continuar con esta política económica habrá de garantizar, únicamente, que el pueblo mexicano siga empobreciéndose, que se incremente el número de pobres que están por encima de los 60 millones de personas y que se siga incrementado la corriente migratoria hacia los Estados Unidos ante la ausencia de oportunidades laborales en nuestro propio país. Y la delincuencia no es más que una consecuencia de lo anterior.
APARECE EL PERIODISTA
GOYO JIMENEZ
Finalmente apareció el periodista Gregorio Jiménez de la Cruz, quien había sido secuestrado por un grupo armado en Villa Allende, Coatzacoalcos. Se soltaron todo tipo de especulaciones y finalmente se le encontró muerto. Es grave esta situación porque evidencia la inseguridad en que trabaja el gremio periodístico y, en el ámbito nacional, Veracruz se ubica como una entidad en donde la práctica de esta profesión es un auténtico riesgo.
CORREN A 26 TRABAJADORES DE
LIMPIA PUBLICA EN BOCA
El ayuntamiento de Boca del Río ha despedido a 26 trabajadores sindicalizados de la Dirección de Limpia Pública. Es noticia preocupante porque deja a 26 familias sin el sustento diario y porque al ser sindicalizados no deberían ser removidos. Algo grave está pasando en este nuevo ayuntamiento boqueño y habría que conocer las razones bien fundamentadas del despido.
Y hasta la próxima.

