Siete Párrafos: Javier Duarte seguirá hasta el fin de su sexenio


Por Rodolfo Calderón Vivar

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Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Rodolfo Calderón Vivar, egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Los últimos acontecimientos evidencian que Javier Duarte está más firme que nunca en su posición como gobernador de Veracruz y, pese al vendaval generado por el reciente caso de Gregorio Jiménez de la Cruz, seguirá en el cargo, pese a rumores y deseos que, a estas alturas, no hacen mella en su gobierno.

¿Qué factores pueden influir para que tal situación se de en este estado del sureste de México? El primero de ellos es el de la sucesión presidencial, sobretodo porque el estado de Veracruz aportará un buen número de votos y alianzas para el año 2018, y Javier Duarte parece ser el idóneo para que, permaneciendo en su puesto hasta el año 2016, garantice la negociación con el nuevo gobernador para apuntalar el que será el candidato de Peña Nieto a la presidencia de la república.

Mover ahora al gobernador equivale adelantar guerras que no deben todavía darse por la sucesión gubernamental.  Un cambio obligaria a pensar en los riesgos de sustitutos provenientes de fuerzas que, ligadas al altiplano, tomarían demasiada fuerza en la negociación sobre el sucesor de Peña Nieto. Por ejemplo, ni Jose Yunes Zorrilla, ligado a Luis Videgaray, ni Héctor Yunes, ligado a Manlio Fabio Beltrones, ni Erick Lagos, ligado a Fidel Herrera Beltrán y Miguel Angel Osorio Chong, actuarían solos al pactar con el centro, ni en calidad de sustitutos, ni en calidad de gobernadores electos en el 2016. Pertenecen a equipos políticos que velan armas por la presidencia.

Por eso, Javier Duarte las tiene todas consigo para enderezar imágenes y mover piezas en lo que resta de su sexenio. Es más, se valdrá que él tome la decisión de elegir a su sucesor, Al parecer, no hay el menor ánimo de parte del poder del centro por limitar su libertad al respecto. Prueba de ello es la llegada de Elizabeth Morales al PRI estatal, en donde ya ha empezado a hacer y deshacer, acotar y advertir, a figuras políticas de grupos políticos en pugna por la gubernatura, para que se estén quietos. Quien sabe si le hagan caso, pero tiene el respaldo del gobernador al respecto.

Esta actitud del centro hacia como se ejerce la política en Veracruz dará muchas ventajas, incluso, a quien es el principal aspirante a la gubernatura, el más cuidado y fortalecido por el grupo veracruzano que domina el estado. Se trata de Erick Lagos. El es el candidato real para la sucesión que viene. Por eso, todos los escollos posibles se pueden poner al paso de Héctor Yunes y José Yunes, sin ningún miramiento, para irlos debilitando en sus aspiraciones de sucesión., y todos los problemas en Veracruz  irlos alejando del camino del secretario de gobierno.  Preferible usar a otros funcionarios de pararrayos, antes que la tormenta se le venga encima a Erick, como se dió en el caso de la exposición al huracán del asesinato de Goyo Jiménez que sufrieron Gina Domínguez y Amadeo Flores Espinoza, originando, incluso, la renuncia de éste, en malos términos.

Claro está que las alianzas soterradas se tratan de generar como, por ejemplo, en acciones conocidas tales como el acercamiento de Héctor Yunes a Fidel Herrera, hace pocos meses, inducida por el grupo de Beltrones. Pero ahí no hay química. Menos aún, si el que está realmente en el ánimo de Fidel es Miguel Angel Osorio Chong. Tampoco se descartan las alianzas en el altiplano, allá en el centro del país, donde tendrían mano, José Antonio González Pereyra. Pero, como dijimos, eso implicaría negociar no con él, sino con Carlos Salinas, en el tramo del año 2016 al 2017 en relación al apoyo del nuevo gobernador hacia el candidato peñista.

Por eso, Javier Duarte camina, si no en camino de hacienda, si con paso firme hacia la conclusión de su mandato, porque para el centro, con él en el poder, todo es previsible. Solo una desgracia mayor, tal vez el asesinato de otro periodista, éste si de prestigio y con evidente papel crítico hacia su gobierno, alteraría el escenario de la permanencia de Duarte en el poder (situación que no deseamos en ningún momento para nuestro estado, ni para el gremio periodistíco ni para el gobierno de Veracruz). El punto clave de su apuntalamiento es la sucesión presidencial  del año 2018 y  el escenario de un gobernador veracruzano elegido en el año 2016,  afín al gobierno peñista, sea del color que fuere pero sin ligas a los jorocones de la política federal que están ahora, muy adelantados, en plena lucha por la sucesión, ante los ojos de un presidente de la república que ha mostrado, a la fecha, una gran capacidad política para conducir al país hacia donde él quiere, moviendo las piezas del tablero político de manera certera e implacable.

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