Por María Elvira Santamaría Hernández

Los gobiernos de México y de Estados Unidos, han sido sacudidos por las declaraciones de Phil Jordan, exdirector de la agencia estadounidense antidrogas, la DEA en El Paso Texas.
Este hombre dijo sobre la captura de Joaquín Guzmán Loera: “nunca pensé que con el PRI lo iban a arrestar, porque ‘El Chapo’ metió mucho dinero a la campaña de Peña Nieto, me sorprendió cuando supe que lo arrestaron”.
En la entrevista en Univisión, fue cuestionado sobre si tenía pruebas para justificar sus acusaciones, a lo que Jordan respondió que esa información está en los documentos de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, que dan fe de que ‘El Chapo’ siempre ha estado metido en política.
Las reacciones en ambos lados del río Bravo fueron tronantes.
El departamento de estado de los Estados Unidos, apresurándose mediante comunicados, a desmarcarse de su exfuncionario. Y por el lado mexicano, el vocero Eduardo Sánchez Hernández, en el programa de Carmen Aristegui, calificando de “disparates”, las aseveraciones de Jordan y anunciando que “el gobierno federal va tras los bienes de El Chapo, cómplices y redes de protección”, por todo el entramado que el capo del narcotráfico armó durante los 13 años que estuvo prófugo.
“Y vamos a conocer y a exhibir a quiénes lo ayudaron a huir de la cárcel“, advirtió Eduardo Sánchez.
LAS FUGAS
Según el portal Vanguardia.com, que reprodujo la entrevista a Phil Jornadan, Joaquín Guzmán, nacido en 1957, comenzó su carrera criminal en la década de 1980 como lugarteniente de Miguel Ángel Félix-Gallardo, jefe del cártel de Guadalajara, cuya detención en 1989 le llevó a fundar su propia organización en Sinaloa, su estado natal.
En junio de 1991 fue detenido en la capital mexicana, pero logró escapar después de sobornar con 100.000 dólares al entonces jefe de la policía local, para ser capturado otra vez en 1993, pero en Guatemala, país que lo entregó a México.
El 19 de enero de 2001, “El Chapo” se fugó de la prisión de Puente Grande, estado occidental de Jalisco, a bordo de un camión de limpieza gracias a la ayuda prestada por algunos funcionarios del penal. Desde entonces era el criminal más buscado tanto por México como por Estados Unidos.
CONFESIONES
Ateniéndonos a los hechos, más que a las declaraciones, Joaquín “El Chapo” Guzmán ya está preso otra vez. El hombre más buscado ocupa una celda, solo, en el penal de alta seguridad de “El Altiplano”, en el Estado de México.
Lo que confiese es oro molido. Puede desenmascarar a muchos prominentes personajes de la iniciativa privada y de la política implicados en la delincuencia organizada, pero también puede enlodar a quienes quiera, con el propósito de cobrar venganza.
Como sea, de todo lo que diga “El Chapo”, difícilmente nos enteraremos de primera mano. Quizá tengamos que esperar a leerlo dentro de algún tiempo en un buen libro de algún avezado periodista.
Hasta pronto.
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