
Unos cuantos días estuvo en Veracruz el barco insignia de Greenpeace “Rainbow Warrior”, el cual desarrolla una intensa actividad mundial para frenar intentos en contra del medio ambiente y acciones que vayan en perjuicio de la salud de la humanidad como es el caso de los transgénicos, alimentos que son modificados genéticamente y que podrían dañar la salud de millones de personas.
Los 17 miembros de la tripulación, que tienen el respaldo de 300 personas solamente en México y con presencia en diversas naciones en el mundo, han realizado una loable labor y que iniciaron en 1980 con protestas para frenar las pruebas nucleares en la zona ártica y que ahora cuentan con tres embarcaciones a fin de promover y difundir acciones que perjudican al planeta y que han propiciado el cambio climático.
Sin embargo no emitieron ningún punto de vista en torno a la ampliación del puerto de Veracruz y que tendría que ver con la vida de los arrecifes, importante área de conservación y ecosistema de gran importancia. Sus criterios más bien se enfocaron sobre los alimentos transgénicos y alentaron sobre la posibilidad que en el estado de Sinaloa, considerado el granero de producción del maíz, podrían asentarse inversionistas extranjeros promotores de los alimentos transgénicos.
Adriana López, quien es voluntaria de Greenpeace, dijo que la tarea de concientización que realizan a nivel mundial es concitar la participación de cada persona para que vaya modificando su conducta y contribuya hacia la conformación de un mejor planeta, ahora flagelado por diversas causas entre las que se incluye la ambición desmedida y la evidente ignorancia y ausencia de conciencia para detener el deterioro de la tierra.
LA NOTICIA DE
OCHO COLUMNAS
Sin duda, la noticia de la detención del capo Joaquín Guzmán, conocido como El Chapo, fue la que ocupó los titulares principales de los periódicos y las portadas de los sitios digitales a los pocos minutos que se llevó la acción de la captura del narcotraficante más buscado y que, paradójicamente, en este año 2014 debería salir libre de su condena que se le dictó a fines de 1993 y que en 2001 se escapó de la prisión de alta seguridad Puente Grande, luego conocida como Puerta Grande y en plena etapa presidencial de Vicente Fox.
El Chapo Guzmán se le considera como uno de los criminales más célebres en la historia del México moderno. Durante estos primeros años del siglo XXI logró afianzar un gran imperio al grado que la revista Forbes le catalogó como uno de los hombres más acaudalados de México, que además es otro hecho muy relevante dado de su trabajo en la oscuridad y en el ocultamiento permanente.
En el marco de la falsa guerra de Calderón se especuló mucho que protegía a un cártel y atacaba a otros. Inclusive, la leyenda urbana, que se repetía por varias ciudades del país, indicaba que el Chapo había llegado a un restaurante y entonces pedían cerrar las puertas y quitaban momentáneamente los celulares a los comensales y luego indicaban que la cuenta estaba pagada. Ese fue un tema muy recurrente y que pasaba bajo el sistema oral, de boca en boca.
Otra anécdota del caso, sí le podemos llamar así, es que el obispo de Saltillo, Raúl Vera, dijo cierta ocasión a la prensa que no había razones para que el gobierno no detuviese al Chapo, pues en diversas ocasiones se le veía tranquilo en algunas regiones del norte del país. Su presencia era bastante visible, pero ante los ojos oficiales no era visto.
Ahora todo ha cambiado. El gobierno de Enrique Peña Nieto ha detenido al capo más buscado, sobre todo por los Estados Unidos que ahora pide su extradición. No será fácil que se cumpla ese requisito porque tendrá que responder a los diversos cargos que se le imputan en el país, además que le han aceptado un amparo que ya interpuso a través de sus abogados.
Las versiones que corren a la velocidad de la luz, indican también que tal detención tiene como objetivo la formación de una cortina de humo ante la necesidad que el gobierno prosiga como caballo de hacienda en la conformación de las reformas estructurales que han sido bien negociadas con los diputados y senadores, incluyendo a las cámaras estatales.
Pero que, en contraparte, un apreciado sector de la población no comparte esa visión al considerar que sólo se están privilegiando los intereses extranjeros, como en las gloriosas épocas del dictador Porfirio Díaz, a inicios del siglo XX y que ahora se está repitiendo nuevamente.
LEY GENERAL DEL
EJERCICIO PROFESIONAL
El senador Miguel Romo Medina presentó como punto de acuerdo ante el pleno de la Cámara la Ley General del Ejercicio Profesional para certificación y colegiación obligatoria con lo que se pretende que se brinden servicios profesionales de calidad y amparados bajo un sistema ético.
En principio se oye muy bien, aunque habría que analizar los puntos finos. Para tal fin, según Romo Medina, se creará una Comisión Interinstitucional, la que tendrá como misión la de regular la colegiación y certificación obligatoria de quienes ejercen actividades en materia de vida, salud, seguridad, libertad y patrimonio de personas.
Precisamente en el puerto de Veracruz, el Colegio de Ingenieros Civiles ya se ha pronunciado sobre este tema y considera que es saludable en la medida que los profesionales de la ingeniería, sobre todo los colegiados, tendrán la oportunidad de ser reconocidos y escogidos para emprender las diversas tareas en materia de obras públicas y privadas.
El ingeniero Andrés Hernández, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles, indicó también que se han reunido con la secretaria de Protección Civil, Noemí Guzmán Lagunes, para vincular acciones en materia de riesgos y la necesidad de prevenir a fin de evitar desastres naturales.
Y hasta la próxima.

