
Por Héctor Saldierna Martínez

Sí se aplicara una encuesta, seguramente este inicio de 2014 sería una de las etapas más cruentas desde el punto de vista económico en los últimos 30 años, conservadoramente. En esto tienen que ver las decisiones gubernamentales que han perjudicado notablemente los factores de inflación y deterioro de la capacidad adquisitiva de los mexicanos.
A estos ingredientes hay que agregarle una agresiva reforma hacendaria la que está llegando hacia sectores muy vulnerables y que está inhibiendo la actividad económica y que ha repercutido en la incorporación de más pobres en el país, cuya cifra llega ahora a cerca de 60 millones de mexicanos.
Las cifras son las que nos permiten tener una idea más concreta. Por ejemplo, el costo de un tanque de gas de 20 kilogramos que en el año 2000 tenía un valor de 97 pesos, ahora a principios de 2014, el precio se ubica en 258 pesos. Estamos hablando de un incremento de cerca del 250 por ciento.
En forma paralela, el salario mínimo que era de 37.90 pesos, ahora llega a 64.76 pesos. Es evidente que las cifras son bastante desproporcionadas y no compensan ni siquiera en lo elemental.
El mismo caso ocurre con la gasolina, en cuyos incrementos implementados en el año 2009, bajo el pretexto inicial que era la de homologar los precios con los de Estados Unidos, ahora un litro de gasolina magna o Premium es más elevada que el litro de gasolina en el país mencionado, lo que invalida en automática el argumento que inicialmente manejó la administración gubernamental.
LA DESGRACIA
DEL PETROLEO
De nada ha servido que México sea un país petrolero porque ello no se ha reflejado en bien del país ni de los ciudadanos. Esto tampoco quiere decir que con la reforma energética el precio de la gasolina irá a la baja, lo que también constituye un sofisma.
Una vez que el hidrocarburo sea manejado en parte por extranjeros, la situación va a tender hacia la complicación en todos los sentidos. Sería muy ingenuo pensar que con la participación de las trasnacionales petroleras ello repercutiría en beneficio del país. Para nada, sólo se trata de otro sofisma.
La entrega de recursos a los extranjeros, bajo el argumento que hay que incrementar la producción no tiene el mínimo sustento. Más bien existe el peligro que aumente la contaminación y se deterioren las condiciones ambientales del país. Tenemos el caso de Ecuador, donde la trasnacional Chevron hizo daños a la selva ecuatoriana y le impusieron una multa por 19 mil millones de dólares, situación que un juez de Nueva York desechó para su pago en el vecino país.
Es una reflexión en doble sentido: por una parte los excesos cometidos por este tipo de empresas y, por otra, la impunidad basada en su arrogancia económica y de dominación.
¿QUE PASARA CON
MEXICO?
El futuro del país no se observa nada alentador. Las reformas que se han implementado, casi por decreto y sin consultar al pueblo mexicano, traerá más pobreza y la situación del país va tender a empeorarse. No se puede hablar de un futuro luminoso cuando no existen las bases para experimentar una certidumbre económica.
Precisamente, Pemex es una empresa altamente rentable. No tiene problemas y sí hay adeudos es por la excesiva carga tributaria que se le impone. Esta empresa deja al estado hasta el 124 por ciento de sus utilidades, lo que evidentemente ninguna empresa pública y menos privada podría sobrevivir.
El costo que tiene la producción de un barril de petróleo por parte de Pemex es de 6.5 dólares, lo que habla de la capacidad técnica de los obreros mexicanos y de las extraordinarias habilidades del personal de ingeniería y de administración de la paraestatal, hecho que evidencia la existencia de gente capaz y comprometida.
No así, lamentablemente, en el caso de sus autoridades y de la dirigencia sindical.
Si tomamos en cuenta que el precio comercial de un barril es de 98 dólares, entonces hablamos de un diferencial sumamente relevante y que permite dejar una carga tributaria en gran medida que la SHCP distribuye hacia la educación, la vivienda y diversos programas sociales.
Y, como consecuencia lógica del comentario ¿qué pasará cuando el estado mexicano ya no disponga de estos recursos?. Esto quiere decir en buen castellano que las autoridades en turno habrían de sacrificar a la gallina de los huevos de oro. México va a ser una nación más pobre y sus metas económicas van a ser también más mediocres
Eso sí, habrá grandes beneficiados. Serán unos cuantos y, en contraste, millones de mexicanos sentirán el flagelo de la pobreza extrema. Es decir, el futuro de miles de familias será cancelado, porque nadie en su sano juicio podría pensar que los inversionistas extranjeras vayan a beneficiar al país. Para nada. Ellos se llevarán las ganancias y no dejarán utilidades porque, además, exigirán exenciones fiscales.
EL EJEMPLO DE
COYOACAN
Siguen las protestas en contra de la instalación de los parquímetros. Los vecinos de Coyoacán en la ciudad de México se inconformaron, protestaron y pelearon en contra de los granaderos enviados por el gobierno del Distrito Federal. Esta actitud de los vecinos de Coyoacán habla del hartazgo del ciudadano ante las imposiciones de las autoridades.
El delegado de Coyoacán había dialogado con los vecinos y había prometido que reanudarían pláticas al día siguiente. Sin embargo, esa noche, cuadrillas de trabajadores siguieron trabajando en incumplimiento al acuerdo. Eso provocó una reacción de indignación de los vecinos.
En Veracruz se han reunido miles de firmas en contra de la instalación de tales aparatos, pero hasta ahora es una lucha inútil. Bogar Franco, el líder de la protesta, no tiene eco y a pesar de su lucha, las autoridades hacen caso omiso. Y no pasa nada porque ahora se ha documentado, según un regidor del PRD, que cerca de 450 millones de pesos que se han recolectado en los últimos años por la vía de los parquímetros, no se observa en la aplicación de obras públicas en beneficio del centro histórico.
Y hasta la próxima.
