¿Qué está pasando?: Xóchitl Tress y los resabios fidelistas


Por Gonzalo López Barradas

piernasLa racha de homicidios de ediles, no se olvida.

  Por Gonzalo López Barradas, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Gonzalo López Barradas, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Se iniciaron desde noviembre del 2010, en los estertores de la fidelidad  -cuando el innombrable tenía “todo el pinche poder en la mano”, como procazmente presumía él mismo- cuando fue asesinado el exdiputado federal y alcalde electo de Juan Rodríguez Clara, Gregorio Barradas Miravete.

El panista había ganado los comicios locales pese a los soterrados cacicazgos priístas en la zona y además fue un crítico permanente, desde la curul federal, de la administración del exgobernante estatal, especialmente en el rubro de seguridad pública.  El 9 de noviembre de ese año, Barradas Miravete sintió  el piquete del  plan fraguado magistralmente, fue plagiado por un comando armado cuando estaba acompañado por el exdiputado local, Omar Manzur Assad y su chofer, Ángel Landa Cárdenas.

Horas después, los cuerpos sin vida de los tres aparecieron en un paraje de Tuxtepec, Oaxaca, con supuestos mensajes del crimen organizado sobre los mismos. Siempre se especuló sobre el caso pues se dijo que más que delictivo fue político e incluso, la viuda del edil electo, Xochilt Tress responsabilizó públicamente a una familia caciquil de la zona, los Gasperín, de ser los autores del crimen. Hasta la fecha las dudas persisten.  La zona sur siempre ha sido tierra encendida pues cerca de allí, en Isla, el municipio de donde es originario el actual secretario general de Gobierno y exdirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Erick Lagos Hernández, fue victimado el ex alcalde  Nahúm Tress Manica  -tres veces presidente municipal de Isla- y su hijo Oscar Tress  Pintado en agosto del 2012.

Descendientes de migrantes italianos, los Tress han sido caciques en la región de la Cuenca del Papaloapan, todos ligados al tricolor, al grado que les han llamado la “mafia siciliana” en Veracruz. También en junio del 2010, otro cacique descendiente de italianos, el empresario Jaime Gasperín Crivelli, cercanísimo al exgobernante  Herrera, fue asesinado mientras estaba en un céntrico restaurante de esa misma ciudad.

Gasperín Crivelli es padre de Amanda Gasperín Bulbarela, quien ya fue presidenta municipal de Juan Rodríguez Clara en el periodo 2008-2010 y ahora volvió al ayuntamiento por un segundo mandato.  Gasperín Bulbarela fue acusada en su momento por la viuda de Gregorio Barradas, de ser uno de los autores intelectuales de su homicidio. La lucha por el poder, pues.

Este proditorio y sospechoso asesinato fue la punta de lanza para que en lo subsecuente ocurrieran otros  ya en régimen de Javier Duarte, pero con el sello del régimen pasado.

Así, en diciembre del 2011 fue asesinado el exalcalde priísta de Ixhuacán de los Reyes, Fortunato Ruiz Blázquez, junto con su esposa, una de sus hijas y un sobrino.

Al anecdotario de exediles asesinados se adicionan otros tres casos y  aunque estos sucedieron en el sexenio donde “el pinche poder estaba enloquecido”, todos fueron en localidades de la zona centro de la entidad. El 3 de mayo del 2007, el exdirigente cañero y exmunícipe de Omealca, Alfredo Cabrera Castro murió al ser emboscado por un grupo armado en una carretera.

El 24 de enero del 2009, fue asesinado el exalcalde de Coscomatepec, Ignacio Álvarez Vargas, quien previamente había sido secuestrado, y el 9 de septiembre de ese mismo año fue abatido el exmunícipe de Tezonapa, el perredista Jafett Romero Mendoza.

Durante los tres años que van del gobierno de Javier Duarte, han sido asesinados tres presidentes municipales, dos más tuvieron que dejar sus funciones edilicias al ser  detenidos por sus vínculos con el crimen y otros dos exmunícipes perecieron en ejecuciones supuestamente vinculas a la delincuencia organizada que domina a Veracruz desde  que estuvo el innombrable. Se presume que es debido a la inseguridad pública y a la disputa por el control político en las cinco regiones en que está dividido el estado. Detrás de muchos de ellos se han escrito historias de feroces cacicazgos y vendettas entre rivales políticos.

Primero de la lista fue el alcalde priista de Aquila, Jerónimo García Rojas cuyo asesino material fue el comandante de la policía municipal, Adán González. El asunto, según la Procuraduría fue producto de una reyerta entre jefe y patrón por salarios atrasados, sin embargo  la viuda del edil acusó que hubo un trasfondo electoral en el caso y señaló directamente a un excandidato perredista que perdió las elecciones del 7 de julio. Esa fue la hipótesis que convino a la Procuraduría General de Justicia que hizo todo lo posible por cerrar el expediente. Todo quedó en una pelea de borrachos.

Antes del homicidio de García Rosas, se había, un año antes, el plagio y asesinato de la alcaldesa panista de Tlacojalpan, Marisol Mora Cuevas. El secuestro perpetrado por un comando armado fue  el 24 de junio y el cadáver de la edil se localizó el día 29 de ese mes, una semana antes de que se realizaran los comicios federales.

El caso, se dijo, derivó de una  supuesta extorsión por parte de delincuentes a la alcaldesa en funciones aunque siempre se mantuvo la sospecha que en el mismo también  hubo cuestiones político-electorales. El 25 de febrero del 2011 y con menos de dos meses de asumir la presidencia municipal de Tampico Alto, localidad limítrofe con el estado de Tamaulipas, el alcalde Saturnito Valdés Ramos desapareció tras viajar a territorio tamaulipeco supuestamente a entrevistarse con personajes de una banda delictiva, según lo expuesto en su momento por el entonces procurador, Reynaldo Escobar Pérez.  Hasta la fecha no se ha localizado al edil y aunque no se tiene evidencia física por el tiempo transcurrido la deducción obvia es que ya no estaría con vida.

Por todo ello, Xóchitl Tress Rodríguez ha sido jalada para que se monte durante tres años en el erario público duartista para hacer quién sabe qué en Espacios Educativos de la SEV, ahora como priista.

Ha dicho en su primera aparición como funcionaria pública: “no me afectan las críticas contra mi persona en los distintos medios de comunicación y redes sociales. Y yo estoy contenta, emocionada; ya me hicieron famosa por todo el estado de Veracruz, no me queda más que agradecerle a todos los medios de comunicación tanto los comentarios buenos, malos, negativos, yo estoy feliz, realmente he trabajado; por algo el señor Gobernador me dio la oportunidad de ser directora de Espacios Educativos».

Algún día, no muy lejano, tendrá que ir al municipio de Rodríguez Clara y se  mirará de frente con Amanda Gasperín. Va a ser muy interesante ese encuentro, seguramente.

 

 

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