Por María Guadalupe Rico Martinez
Con atención sigo desde hace tres semanas lo ocurrido en torno al accidente del avión de Malaysia Airlines. El dolor en las diferentes nacionalidades tiene el mismo denominador. Conmovedoras escenas de familiares cuando recibieron la noticia de que el Boeing 777 había caído al sur del Océano Índico. Por satélite localizaron basura flotando en el mar. Once aviones militares y cinco buques de diferentes países están en la búsqueda que no ha podido realizarse de manera intensa debido a la fuerte turbulencia y visibilidad casi a cero.
Cuando leí que hablaban de “basura” mi pensamiento voló rápidamente hacia las islas que flotan en los mares del mundo producto de la actividad humana y que día a día van incrementando sus dimensiones, parte de deshechos como bolsas de plástico, botellas, vidrio y todo aquello que de manera voluntaria o no tienen como fin las aguas del orbe.
Se les conoce con varios nombres como Isla de basura, Sopa de basura, Sopa tóxica, por mencionar algunos Es un vórtice de corrientes marinas causadas por la circulación del viento entre los continentes. Estiman los expertos que el 80% de los residuos proviene de zonas terrestres y 20% de barcos del océano
De los mayores giros oceánicos, considerados, el del Pacífico Norte, con aproximadamente el doble del tamaño de Texas y contiene unas 3 millones de toneladas de desperdicios. Otras manchas están en el Atlántico Norte, Atlántico Sur, Pacífico Sur y una más precisamente en el Océano Indico. Aunque existen las demás de menor tamaño.
Hoy, la alta tecnología satelital está jugando un papel preponderante, imágenesrevelaron la presencia de 122 objetos (varios de 20 metros de largo) en el mar, podrían ser restos del avión malasio. Ojalá este avistamiento sea el principio del lamentable epílogo de los 239 viajeros que ha mantenido a sus familiares en una traumática y larga espera de un futuro que no ven llegar.
TRANSGÉNICOS.-Ardua tarea tienen Monsanto, Aventis, Basf, etc., la Universidad Estatal de Iowa en Estados Unidos, dio a conocer que su investigador Aaron Gassmann detectó que el insecto conocido como gusano de la raíz causante de una de las mayores plagas en la gramínea desarrolló resistencia a plantas transgénicas. Otra batalla ganada por la naturaleza.
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