
PARA SU PORVENIR

La frase aquella de que se trabaja para dar a nuestros hijos un patria más segura, hoy tendría que cambiar por la sentencia más firme, en el sentido de saber qué hijos se están formando para el futuro de este país, que es ya el presente.
Los menores de tres años ya abordan el tema de la violencia, según su entender, aunque sus progenitores se lo quieran ocultar o desviar la atención.
Y sabe usted cuál es el lenguaje que emplean los pequeñines, que apenas van al kínder o los primeros semestres de la primaria: pues véalo usted, nomás para darse un quemón sobre el tema.
El niño le dice a su mamá que está listo para enfrentar a los malos y con sus pequeñas manitas lanza al aire los golpes, que presumiblemente van a estrellarse en «los malos».
El pequeñín quiere ser Superman, Batman, el Capitán América y Thor, y conste que no ve la televisión comercial, tampoco lee periódicos ni revistas. Simplemente, los ve convertidos en muñecos, sus trajes de fina tela y los nombres pegajosos de quienes luchan contra el mal, en favor del bien.
Jura en pequeñito que cuando sea grande va a tener su pistola o su ametralladora, para matar a los malos. Es decir, que el personajito ya emplea los vocablos de matar, atrapar, herir y encarcelar.
Pero además, sugiere que como el gorila y la bella, el primero tiene que ser muy fuerte, para conquistar a la bella.
Fuerza bruta, pistolas, metralla, tanques de guerra. Este el mundo en que viven los pequeñitos, que nacen y comienzan a gatear y caminar oyendo de violencia, fuerza bruta y armamentos.
Y luego, ilusos los padres de familia modernos, cuando sugieren que trabajan para dejar a sus hijos un mejor mundo y un país inmejorable, siendo que éste ya se encuentra metido hasta los huesos de los niños y niñas, que hablan de la violencia, los asesinatos, las pistolas y metralletas.
* SECCIONES 32 Y 56,
DE CAPA CAÍDA
Nadie duda y menos los maestros enlistados en las siglas de las secciones 32 y 56 del Snte, que la organización magisterial en cuestión anda de capa caída y que su provenir se encuentra sujeto a los vaivenes de cómo la sigla ex más poderosa del país, enfrenta el serio reto de convencer a los maestros de que son siglas que trabajan sindicalmente por los beneficios y aprovechamientos, que les son regateados desde hace algún tiempo a los mentores de la escuela primaria y sistema de enseñanza media y el bachillerato.
Con el confinamiento de la maestra Elba Esther Gordillo en el cereso de Tepepan, el magisterio organizado en el SNTE se desplomó.
La transparencia con que es avistada la organización, tras el severo golpe asestado a la organización con el encarcelamiento de su guía, ama y dueña, los profesores sin ninguna idea de saber cómo sobrevivirían sin el manto protector de la maestra, tuvieron que dividirse y luchar para finalmente cuestionar, condenar y presagiar a sus líderes seccionales en el interior de la república, que el cambio tiene o tendrá que darse muy pronto.
La SEP a nivel nacional ha advertido que hay 65 mil maestros sin ninguna posibilidad de obtener una plaza. En tanto hay cien mil que gozan de tres y hasta cuatro plazas, seguramente ostentadores de éstas, los líderes gremiales, a los cuales hoy persigue la picota, seguramente para pedirles la rendición de cuentas que no llega a sus conciencias y espíritus.
En las secciones 32 y 56 hay desencanto y una gran desilusión, porque las promesas de decenios jamás se cumplieron. La impartición de la cátedra de los viejos maestros, arropada en las realidades que acompañaban el desarrollo del país en los años iniciales del pasado siglo XX, ahora es acompañada con el tráfico de influencias, un ejercicio pútrido de los cuadros de líderes magisteriales, ávidos de dinero y más plazas, mas no del servicio a la niñez y la juventud, como fue en el pasado.
Lamentable estado de cosas, que bien podría concluir con la reforma educativa, que en ese rubro sigue pendiente de darse con todas sus letras. Esperemos.
* MALOS CIUDADANOS,
ENSUCIAN LA CIUDAD
El nuevo cartel alusivo al llamado de la limpia pública es vistoso, decorativo y propio.
Saque usted su basura, al paso de la campana que trae consigo el camión recolector de basuras.
Sin embargo, mayorías aplastantes dicho mensaje se lo pasan por el arco del triunfo. Les importa un pito o un bledo a conglomerados que habitan en colonias periféricas, pero también las más urbanizadas y por supuesto las populares, las que se localizan en los cinturones de miseria, y hasta donde sólo llegan carretas tiradas por mulas para hacer dicho transporte de basuras.
Se aprecian en diferentes núcleos de la sociedad local los esfuerzos que realiza el servicio de la limpia pública, sobre todo cuando heredó un parque vehicular de la era cuaternaria, pues la compra de unidades automotrices no hace lucir a ningún gobierno, pero olvidan sus capitanes que la recolección tiene mucho que ver con la conciencia y, por supuesto, la negativa de ciudadanos para tratar de convivir en condiciones de decoro y higiene.
Cómo entenderse que la limpia pública anuncia medidas restrictivas para realizar el depósito de basuras sobre nuestras calles y cruceros estratégicos y la ciudadanía opte por burlar tal cometido y provoque el congestionamiento de las arterias públicas con basuras y el desoimiento propio de ciudadanos mal nacidos, para entender que las reglas se hicieron para cumplirse.
Se cuenta que existe un reglamento, pero no se cumple.
La denuncia ciudadana en este sentido falla, irremediablemente, pero una pesquisa puede llevar a los tradicionales adversaros de la ciudad, a los que importa absolutamente nada que la capital luzca porquerías en sus puntos estratégicos.
Empero, ante la llegada de la temporada de estiaje y fortísimos calores, lo menos que deberán procurar ciudadanos ejemplares y gobernantes y ediles del cuadro de regidores, que se desarrollen campañas, recorridos o actos que tiendan a limpiar de la mugre a la ciudad de una vez por todas.
Quienes habitan en Xalapa olvidan que es la capital del estado, asiento de los tres poderes estatales, así como del mayor número de centros de estudio, investigación científica y el arte en todas sus manifestaciones. Luego entonces, para nadie pasa inadvertida una felonía como es la que cometen los malos ciudadanos, amantes de la basura y la contaminación del entorno.
Y si existen sanciones para los malosos de la basura, bueno, que las aplique el régimen municipal, que las mayorías se lo van a reconocer. La mano en este contexto se espera que sea firme y no tiemble, como ha ocurrido trienio con trienio en la otrora ciudad de las flores.
