
Por Adolfo G. Riande
Cuando se piensa en un tema como el de la caricatura, inmediatamente se liga uno a la situación de escudriñar el entorno social. De reflejar en un pedazo de papel, toda una circunstancia por medio de trazos depurados, pulcros, bueno algunas veces no tan pulcros, pero que de igual forma reconstruyen para nosotros, un mundo, o mejor dicho, una visión caricaturizada del mundo que nos lleva al análisis y a la crítica.
En esta entrega, no deseo hacer un esbozo histórico de la caricatura, pero sí deseo sembrar la inquietud de utilizar la caricatura como un excelente material pedagógico, sobre todo cuando se trata de materias de ciencias sociales. Por lo tanto, he de referirme inicialmente al tema, con una brevísima relación entre la caricatura y la sociedad, para finalmente, hacer un análisis de contenido de un grabado de José Guadalupe Posada.
Los orígenes
Al decir de Rius, los orígenes de la caricatura en México, se remontan a 1785, cuando alguna mano anónima, hace una caricatura del virrey Bernardo de Gálvez, y la coloca en la puerta del Palacio. No obstante, continúa Rius, la caricatura, podríamos decir ya como género periodístico aparece en 1812, con la publicación de “El Juguetillo”, que era una revista satírica, ampliamente ilustrada con caricaturas.
Años más tarde, en 1826, aparece el periódico “Iris”. Estos dos ejemplos, de acuerdo con Rius, muy probablemente sean los difusores de las primeras caricaturas en México.
Asimismo, cabe recordar, que El Dictamen de Veracruz, el decano de la prensa nacional, forzosamente tuvo que haber jugado un importantísimo papel en la tarea de difusor de los caricaturistas de aquel tiempo, que en palabras de Carlos Fuentes, “Veracruz de principios de siglo, era el lazo vital con el mundo, o bien la puerta de entrada de las ideas de la Corona hacia el Nuevo Mundo, hacia la Roma de América como citara Octavio Paz”.
¿Qué es la caricatura?
De un modo simplista, digamos que la caricatura es “aquélla manifestación gráfica del acontecer público, que se presenta de manera humorística, aunque no necesariamente”. La caricatura entonces, tomémosla como un reflejo del mundo.
El caricaturista es una especie de recolector de situaciones, y su obra una ventana por donde entra a nuestra vida, un mundo en trazos, a veces irónicamente maquillado, y en otras fríamente conservador y superficial.
Cabe señalar, que cuando se desea aplicar una definición de caricatura, tal vez el contenido de la misma nos rebase, y tal vez no logremos alcanzar la precisión del concepto. Digo lo anterior, en base a que muchos de los lectores, por ejemplo, al contemplar una caricatura de Rogelio Naranjo, pueden muy bien definirla como una mera descripción de una realidad en meros trazos entintados, y hasta ahí.
La misma observación de la caricatura de Naranjo, tendrá un significado diferente para otros tantos lectores, los que podrían definirla como una realidad tangible, donde los trazos son una realidad compleja que se presenta ante nuestros sentidos más allá de una mera manifestación artística de trazos entintados.
José Guadalupe Posada como un ejercicio
Como complemento a esta entrega que hoy hacemos, pensemos en un rapidísimo ejercicio de análisis de contenido sobre un grabado del genial José Guadalupe Posada (1852-1913). Coloquémonos ante el grabado “Las posadas en provincia”, y observemos con detenimiento cada una de las líneas de la escena que se describe. Lo primero que podemos advertir es una dicotomía social, es decir, por un lado la clase popular y por otra la clase alta.
Podemos apreciar, como la escena divide claramente a ambas clases, la popular en la calle, y la alta en el interior de una casa. Los individuos que integran la clase popular, participan en el tradicional festejo de la piñata, pero participan de un modo muy diferente a los de la clase alta.
Por ejemplo, el pueblo o la popular recibe el interior o “los beneficios” de una “piñata” raquítica que proviene de un elemento ajeno a la clase popular, es decir, la piñata es un obsequio de una clase social a otra muy diferente.
José Guadalupe Posada
Analicemos como Posada destaca en un primer plano a la clase alta, esta disposición en el plano de la caricatura, puede remitirnos a la idea que en el marco social siempre una clase se mantiene por encima de otras. En el grupo que el autor delinea, precisamente se destaca la figura de una mujer llamada Alcaldadas, quien empuja a otra mujer que está vendada caracterizada como Doña Arbitrariedad. La dama vendada, al parecer no sabe lo que ha hecho, es decir, no sabe que ha roto la piñata-pueblo, cuyo contenido o beneficios, son representados por los empleos, abusos, las concesiones y las amistades.
Finalmente, la escena delinea también, a los receptores de los beneficios, los cuales han sido tipificados como los barberos, como los beneficiarios de la riqueza interna de la piñata o del pueblo, como alguien pudiera definir.
Como se advierte, ninguna caricatura está exenta de una carga ideológica, no hay una neutralidad inocente en la obra de los creadores. Pensar que Posada no tenía una postura ideológica cada vez que realizaba un grabado, sería pensar muy ingenuamente.
Taller de Grabado de J.G. Posada
Finalmente, este análisis de contenido, puede muy bien servir de asignación o ensayo para clases como Contextual, donde se quiera o no, el estudiante se enfrenta críticamente a la realidad de su ámbito cultural.
