
Este domingo 6 de abril volvió a entrar en vigencia el horario de Verano, mismo que fue establecido durante el gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000) y cuyo lapso de aplicación será hasta la última semana del mes de octubre. Se menciona que este horario propicia ahorros por varios miles de millones de pesos, aunque no se tenga la certeza de qué manera beneficia a la ciudadanía.
Para muchísimas personas, incluído un servidor, no existen razones válidas para que haya un horario de verano y algunos analistas estiman que las razones verdaderas de este esquema de horario es para empatar las operaciones financieras entre México y los Estados Unidos.
Para los defensores de este horario, se argumenta que desde hace muchos años se aplica con normalidad en Inglaterra debido a la necesidad de aprovechar las horas de luz e incorporarlas hacia una mayor productividad. En el caso de México existen grandes sectores que no la aceptan.
Incluso, un estudio dirigido por Amneet Sandhu, adjunto al departamento de Cardiología de la Universidad de Colorado, argumenta que el cambio al horario de verano, así como eliminar una hora de sueño, aumenta el riesgo de ataque al corazón en un 25 por ciento el primer lunes después del cambio.
“Este resultado se observó al comparar la cantidad de personas que ingresaron a los hospitales de Michigan antes y después del inicio del horario de verano, durante cuatro años”, agregó Sandhu.
De acuerdo a estas observaciones, 42 mil personas ingresaron al hospital anualmente y 32 presentaron un infarto en un lunes cualquiera. Sin embargo, la cantidad aumentó aproximadamente ocho personas el lunes posterior del cambio de horario.
En el estudio también se descubrió que el riesgo de ataque baja 21 por ciento cuando el reloj regresa al horario de invierno y las personas recuperan una hora de sueño.
El sector oficial estima que el ahorro durante el año próximo pasado fue de 0.4 por ciento que representa 282 mil GWh. En la práctica real, sin embargo, no se estima ningún tipo de beneficio porque no hay un reflejo en los recibos de la luz, por lo que no existen hechos tangibles adicionales que permitan un punto de vista coincidente con las versiones provenientes del gobierno.
Sería muy interesante que el Estado sometiera a una votación a través de una consulta ciudadana, referéndum o alguna otra modalidad ahora aprobada por la Cámara de Diputados para que en una acción de carácter democrático participativo, sean los ciudadanos los que configuren una voluntad expresada a través de las mayorías.
No se vale, por consecuencia, que sólo sean decisiones adoptadas desde las cúpulas y que sean los gobiernos de ambos países los que establezcan las reglas del juego, a sabiendas que existe un disgusto bastante extendido entre la ciudadanía mexicana. Y, lo peor, que la decisión sea impuesta desde los órganos de decisión de un país extranjero.
Muchos años se vivió bajo el régimen de un mismo horario y no pasó nada. Sin embargo, ahora que se cuenta con dos horarios es manifiesto el disgusto, las enfermedades y angustias que suelen presentarse por el sólo hecho de aumentarle una hora al reloj.
Es cuestión de analizar y no tomarla como un hecho definitivo. México, en este contexto, es un país democrático. O ¿será de otra manera?-
DESACELERACION
ECONOMICA
Existe una evidente, contundente e inobjetable desaceleración económica en el país. Nunca como ahora se ha observado un movimiento económico lento y que varios sectores han dejado de producir y la dinámica económica se ha manifestado con preocupantes síntomas de debilidad.
Dirían los médicos, en su jerga academicista, que el asunto es de carácter multifactorial. Es decir, que hay varias causas que implican una situación que no tenía un antecedente próximo. Ya en la década de los 90 se hablaba de cierta deficiencia económica.
Lo que pasa ahora parece que no tiene un símil por lo menos en los últimos 50 años. Tiene que ver con las escasas inversiones y también con las políticas seguidas por el gobierno en el sentido de subejercer el presupuesto, ya sea por razones de carácter estratégico con eso de espantar a la gente con las reformas (sí no se aplican, nos vamos al abismo, por ejemplo) o bien, por la escasa pericia para saber manejar los rubros presupuestales y que ha generado que varios sectores hayan llegado al grado de la inmovilidad.
Habría que dejarle esa falta de experiencia y sagacidad a los panistas. Pero no a los priístas que, incluso, lo han presumido para esgrimir que tienen la experiencia y la capacidad para gobernar (sin decir necesariamente que lo hagan bien), pero que tantos años en el poder así lo acredita.
La realidad es que en poco más de un año del presente gobierno federal no se ha observado tal experiencia y sagacidad tan propia de los gobiernos emanados del PRI y más bien han dado grandes traspies. Otro factor podría ser el de la reforma fiscal, lo que
ha apanicado a miles de pequeños comerciantes y empresarios que con el temor ante Hacienda, mejor han optado en abandonar su actividad laboral.. Esto ha influido en un mayor empobrecimiento y, paradójicamente, siendo la reforma de carácter recaudatorio, el efecto es totalmente contrario.
La evidencia de los números así lo determinan. Este primer trimestre registra una disminución mayor a la más baja registrada en el mismo período de 2008. El gobierno está obligado a reaccionar, pues de qué manera va a ingresar más recursos. Con más empresas privadas no lo va a lograr. Y el empobrecimiento de la población será cada día mayor.
Y hasta la próxima.

