

En las aulas de la facultad de derecho, primero con don Othoniel Rodríguez Bazarte y luego con el querido maestro Joaquín Carrillo Patraca, cuando se abordó el tema del estado y poderlo explicar a los demás en la mayor certidumbre jurídica y política, advertían que el estado es el instrumento del poder estatal para satisfacer las exigencias y necesidades de la población gobernada, y de nadie más.
Desde los antiguos sabios griegos, la humanidad se dio la oportunidad de convivir en armonía y paz social, inventando una figura que hasta el momento existe, que es el estado.
Los alumnos de Othoniel y Joaquín, también convertidos en docentes en las mismas aulas forjadoras de nuevos licenciados en derecho, no encontraron otra definición, que la consistente en darle al estado el crédito de máxima institución creada para ver por el desarrollo del hombre -hablando genéricamente-, en aras de conseguir su bienestar y felicidad.
El estado, consecuentemente, tendría que conceptualizarse como la sociedad humana establecida en el territorio que le corresponde, que es creado y regido por un orden jurídico, encargado a un poder político, con el fin de obtener el bien público temporal.
Es decir, todo aquello es derecho, o se entiende como las buenas costumbres, para hacer de la convivencia entre seres humanos un escenario de satisfacciones y alegrías y todo dentro de un orden, que le permita a los hombres una convivencia justamente feliz.
Por eso cuando se lee en la prensa y las redes sociales que el titular de la SSP encuentra que la mayoría de casos de desaparecidos tienen que ver con la delincuencia organizada, como aquella declaración de que los 35 cuerpos de personas tiradas bajo el puente de cara a la plaza Américas, de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, pertenecían al crimen organizado, especialistas y estudiantes de derecho no pueden menos que jalarse los pelos, porque dichas acusaciones nada tienen que ver con el derecho.
Se supone que los presuntos denunciados debieron haber pasado primero por el tamiz de sus aprehensiones, porque un juez encontró como suficientes los elementos que constituyen un delito, y contra ellos libró las órdenes de detención, consecuencia del estado de derecho que dicen las autoridades están viviendo los mexicanos, los cuales deberán ser sometidos al escrutinio de los tribunales judiciales y, entonces, encasillarlos en el marco de los delincuentes, mientras no.
Razones suficientes para suponer o presuponer que el estado, al menos en el sistema político nacional, es a petición de parte, y que no deriva de las grandes instituciones públicas en los momentos de la historia que dio origen al Estado, también dicho sea de paso, como el instrumento del poder público para ordenar la vida en sociedad.
* TURISTAS ABARROTAN PLAYAS
Y AYER LAS CASAS DE EMPEÑO
Como una fotografía que se repite anualmente, es la cantidad impresionante de turistas que arriban a las playas de la entidad, para divertirse en los días de Semana Santa.
Festejo con el cual no comparte una buena parte de las iglesias, porque es dar rienda suelta a las pasiones, el consumo del alcohol, los cigarrillos y las adicciones, amén de las práctica del sexo en sus más diversas variedades, según consta del regalo que en dichos centros de diversión dejaron las autoridades sanitarias -se presume- de condones y otros preservativos.
Reseñan los cronistas de las notas de sociales, que las playas se vieron copadas por turistas nacionales, algunos extranjeros, y que dieron rienda suelta a su recreación con el consumo de las bebidas espirituosas, sobre todo.
La nota en Xalapa, enviada por el ayuntamiento municipal, informó que los visitantes recorrieron el Paseo de los Lagos, visitaron la Cueva de la Orquídea y conocieron el parque Juárez. Cuestión de apreciación, pero aquí no se dio la muestra del abarrotamiento que dicen se dio en las playas de Tuxpan, Veracruz puerto, Boca del Río y Alvarado.
Tal vez así ocurrió.
Lo cierto es que hoy, a temprana hora, las casas de empeño abrieron sus puertas y recibieron a multitud de pignorantes.
El empleado de una de estas casas confirmó que hubo quienes adquirieron un préstamo a cambio de su reloj, otro más su cadena y cristo de oro. En el caso más alarmante, una familia de seis miembros, que inclusive durmió en el hotel «Camarena» la noche del domingo último, en el vecino puerto de Veracruz, dejó empeñado su «vochito», porque se le acabaron los pesos y centavos al jefe de la familia y habían presupuestado sólo tres días y estuvieron cinco, en la tierra de Salvador Díaz Mirón.
A diferencia de los bancos y otros establecimientos comerciales y de negocios, como son las tiendas departamentales, que mantuvieron baja entrada de compradores ayer que reanudaron labores las casas de empeño, éstas pudieron ver cómo un desfile de cuatro, cinco y hasta diez solicitantes de recursos que utilizarían exclusivamente para poder subsistir y esperar la quincena que viene.
Lo suyo ocurrió en el corazón de la capital, como también en los establecimientos que se localizan sobre las principales avenidas, pero más hacia la periferia.
Ritual o costumbre que de antaño se viene practicando por las inmensas mayorías de vacacionistas. El hotel, la comida y los pasajes o el pago de gasolinas y carburantes les cuestan mucho o simplemente por arriba de lo que sus bolsillos cargan, además de que sucede que hay los imprevistos y otros gastos que no contaban entre sus proyectos de viaje, pero que a la postre al grueso de un turismo eminentemente popular les deja viendo estrellitas en el firmamento y los bolsillos desforrados.
Entonces es cuando tienen que acudir a las casas de empeño, que por cierto éstas sí se vieron abarrotadas por pignorantes y algunos más.
* SOBRE LAGUNA VERDE,
SE TEJEN MIL HISTORIAS
La planta de Laguna Verde no genera precisamente energía nuclear, pero sí produce energía eléctrica.
Esta apreciación se complementa con lo dicho por un personaje de la ingeniería que trabajó en dicha planta y nunca ha visto a nadie contaminado con radiaciones.
Esto viene a colación, porque grupos identificados como ambientalistas y otros como las Madres Ecologistas y los socios o miembros de la organización Greenpeace, consideran que dicho traste debe ser clausurado definitivamente.
Empero, profesionales de la ingeniería, que han laborado en sus instalaciones más de 20 años ininterrumpidos, suponen que esta es la factoría más importante que se haya construido sobre todo territorio veracruzano.
Cuando menos el tres por ciento de la energía eléctrica que consume el país se produce en la planta de Laguna Verde.
Ni ahora, ni en el pasado, ha sido motivo de peligro. Coinciden dos profesionales, quienes a su vez exoneran a la planta de los enfermitos de cáncer de la piel, y que radican en la municipalidad de Vega de Alatorre.
La planta alberga además El Farallón, lugar de residencia de varios centenares de funcionarios y trabajadores especializados de la factoría.
En sus instalaciones laboran poco menos de mil obreros, todos dependientes de las nóminas de Comisión Federal de Electricidad. Y que sepa, ninguno de ellos ha resultado enfermo por su contacto con radiaciones nucleares. Esto dicen con énfasis los profesionales que están en su retiro como pensionistas y sin que hayan recibido raspadura alguna en las instalaciones altamente temidas por numerosos sectores de la sociedad, no sólo veracruzana, sino de otros países que saben del funcionamiento de este viejo traste -como lo califican-, porque abrió puertas a la producción de energía eléctrica en las finales del régimen de Luis Echeverría Álvarez y se consolidó con su sucesor José López Portillo.
Acerca de la posible existencia de pacientes con cáncer en la piel, sobre todo de niños y niñas que habitan en la región de Vega de Alatorre, refieren que los rayos solares en la costa veracruzana son tan terribles, que la exposición de un brazo humano a dichos efectos durante un lapso de diez minutos, su piel se destruye y puede dejar ver inclusive la carne viva.
Empero, el proyecto sigue vivo, la conflagración nuclear tantas veces sigue sin registrarse felizmente y la CFE cuenta con una serie de visitas guiadas, las cuales tras de recorrer las instalaciones en cuestión salen convencidos de que allí todo continúa en orden. Estos dos especialistas, que laboraron en recintos de la planta de Laguna Verde, lo cual presumen, porque dicha planta a más de 40 años allí está de pie.
Por cierto, sus dos reactores están produciendo diariamente, siendo que se había dicho que uno no operaba desde hace varios quinquenios.
