
El desencanto en la calle no es un mito, sino una realidad que lastima al común.
Al lado de la pobreza, está la injusticia, y a la gente del común, robotizada como se encuentra, no hay quién le estimule con un gesto de confianza en el provenir inmediato.
La pobreza que cobra a mayor número de compatriotas cotidianamente, la violencia que galopa, los funcionarios públicos mentirosos y los prestadores de servicio que se lamentan de sus escasas ventas, sobre todo en estos días en que aún las tiendas departamentales se quejan de su escasa afluencia de compradores y consumidores, sin que nadie les haga advertir alguna esperanza.
Este es el estado de decadencia a que el ex senador, ex candidato presidencial y ex embajador ante la ONU, Porfirio Muñoz Ledo, se refiere en una interesante entrevista que se publicó en el periódico tabloide más leído del país.
Avecindados de la ciudad se lamentan de la crisis que golpea todos los días a quienes caminan por nuestras calles y avenidas. Los rostros de la misma, son numerosos: como payasitos, limpiaparabrisas, pedigüeños, asaltantes comunes y lo más grave, que sean centenares de menores de edad pululando sobre las arterias públicas, sin tener un destino, como buscando de qué van a poder sobrevivir.
El politólogo, uno quizá de los siete que arribaron con vida a este nuevo siglo XXI, considera que poco habría que esperar de este estado en decadencia, con un binomio de partidos que poco se interesan en la democratización del sistema de vida público nacional, amén, por supuesto, de lo que ocurre en la calle.
Y advierte con una interrogante, de qué ha servido la alternancia en el poder, si la política es la misma.
Sostiene algo contundente, que se da en este país cotidianamente, cuando señala que la alternancia es de personas y de partidos, pero es la misma cosa.
Sobre una oposición que haga trascender el sistema de vida público nacional, nada hay.
La economía está mal, las mayorías aplastantes sobreviven en condiciones deplorables. Simplemente, no funciona la existencia de un estado sin grandes posibilidades para movilizarse.
Lo cual, en apariencia no tiene remedio a pronto plazo, porque dicho de manera simple, este país se encuentra en recesión.
* «FUNCIONAN, O SE VAN»:
AMÉRICO A LIMPIA PÚBLICA
Tenía que ocurrir de manera categórica.
Funcionan, o se van, les pide el alcalde de Xalapa a los titulares, trabajadores y demás colaboradores de la dirección de limpia pública y recolección de basura en Xalapa.
El problema no es nuevo, pero había que tomar al toro por los cuernos.
La comuna municipal de turno está por cumplir cinco meses de administrar los destinos públicos de la ciudad, pero no ha podido o sabido resolver uno de los problemas que más lastiman las cuerdas que mueven a los xalapeños cotidianamente, como es el rubro de la basura.
Como es sabido, Xalapa está calificada de ser una de las capitales con más mugre que cualquiera de otros 50 ayuntamientos, cuando menos, de los mejor desarrollados.
Inclusive, la ciudad se vio medianamente atendida en el trienio anterior por la alcaldesa Elizabeth Morales García, siendo que los municipios en este rubro suelen hacer más política elevando declaraciones, que en la realidad tratando de resolver un problema, que se debe única y exclusivamente a los servidores públicos, del ayer y los de ahora, quienes tienen en sus manos una verdadera papa caliente.
El cobro que realiza el ayuntamiento anualmente, como parte del impuesto predial que impone la autoridad administrativa-financiera municipal, incluye precisamente la recolección, que en el casco histórico se realiza diariamente, pero en colonias periféricas e inclusive los fraccionamientos residenciales, dicha tarea se lleva a cabo cada tercer día.
El común de trabajadores de la limpia pública, se dice o siente realmente atracado, porque la paga es mínima, pero los riesgos para su salud y seguridad son mayores, pues entre otras de sus exigencias incumplidas por parte de la autoridad edilicia -según su dicho-, es la falta de uniformes para poder llevar a cabo sus actividades.
Empero, con todo y esto, el alcalde acaba de dictarles una sentencia, que en limpia pública deberán responder y echar abajo en el lapso de un mes, porque de lo contrario, al terminar junio habrá ceses, sanciones y cambios. Enhorabuena.
* MULTIGRÁFICA,
ES DIFERENTE
La revista Multigráfica, edición especial, año 5 y número 61, cuyo director general es Alberto Morales García, imprime en excelente papel y con fotografías artísticas y altamente periodísticas, en un momento de dificultades para cualquiera de los editores de publicaciones, debido sobre todo a la ausencia de valores, alcance social y trascendencia ante una opinión pública que en efecto prefiere ver más que leer en ocasiones.
Así que en 42 páginas y portada y contraportada a todo color, hacen un legajo del periodismo trascendente, como lo calificara el autor del libro que lleva este último nombre, Vicente Borrego, de aquellos días en que se ejercía este oficio y profesión -le dicen generosos- para pensar y no justamente de diversión, que calificara el maestro José Pagés Llergo fundador de la revista «Siempre!».
Las gráficas hablan por sí solas. Y el surtido es rico y amplio. Cuestiones eminentemente políticas, rostros y cuerpos de numerosos actores de la vida pública en la entidad del hoy y el ayer. No podían faltar las gráficas alusivas a los cuerpos de seguridad pública y una más que llama la atención poderosamente de los lectores, que es la relacionada con los colonos que hacen la defensa de las ruinas que quedan del barrio de San Bruno y que resguardan la antigua fábrica textil afamada como fue en el siglo XX.
En sus páginas centrales, la revista «Multigráfica» incluye un reportaje extraordinario acerca de las ruinas que quedan de lo que fue la antigua fábrica de San Bruno, es decir, cuando Xalapa contaba y gozaba de algunas factorías que representaban producción, recursos, dinero y obreros trabajando.
En su segundo párrafo, la nota dice algo que difícilmente se conocía pero no se difundía:
La Asociación de colonos del barrio de San Bruno convocó a vecinos del antiguo barrio xalapeño a defender el espacio que fuera corazón de ese barrio, y no permitir que alguna organización ajena tome posesión del lugar, ante la falta de un sitio donde se desarrollen actividades culturales y deportivas por parte de los vecinos.
Oradores del barrio en cuestión, recordaron que la propiedad pertenece a Hacienda Federal, luego de la quiebra y cierre de la empresa textil.
En seis gráficas, ilustra el reportaje lo que está ocurriendo en el barrio de San Bruno, el cual a través de sus vecinos ha resuelto hacer la defensa de las ruinas en que se encuentra la que fuera una fábrica de ropa… ya que se sospecha que otras voces, ajenas al tradicional barrio de San Bruno, hacen lo posible por destruir el total de sus instalaciones, para levantar en dichos espacios un importante emporio que en principio rompería con la página histórica de uno de los rincones más legendarios de la capital del estado.

