Por Luis Velázquez Rivera
•Derroche en precampaña
•Buscan la curul federal

Mucho, muchísimo dinero han de tener Javier Herrera Borunda, hijo de Fidel Herrera, y Tarek Abdalá, tesorero de la Secretaría de Finanzas y Planeación, para andar en precampaña por la candidatura priista a diputado federal por el distrito de Cosamaloapan, uno de los más extensos de Veracruz. Y más porque para la elección interna del PRI y de cada partido político faltan unos ocho, nueve meses y, bueno, tanto activismo implica dinero para comprar desde ahora lealtades de cada grupo político y social, incluso, de cada ciudadano, sobre todo, en un Papaloapan tan lleno de pobreza, miseria, desempleo y subempleos y migración a la frontera norte y Estados Unidos.
Y, de ñapa, inseguridad.
De acuerdo con la crónica política manejada en algunos medios escritos y digitales, cada vez que el par sale al escenario hay comelitonas, donde, además, obsequian despensas alimenticias y escolares, y, bueno, significa una erogación.
Los quisquillosos dirán que las dos precampañas son financiadas, digamos, por la Secretaría de Finanzas y Planeación.
En el caso de Tarek, porque es el tesorero, el hombre de los billetes, en SEFIPLAN.
Y en el de Javier Herrera porque de los hijos del góber fogoso es quien mejor química tiene con el jefe máximo del priismo y lo miraría con toda la simpatía del mundo.
Se dirá, de igual manera, que Tarek está predestinado a la candidatura uninominal, mientras Javier Herrera a la pluri.
Pero, de cualquier manera, necesitan hacer precampaña, pues pudiera ocurrir que si la nominación de Javier cuaja y gana, aspiraría en automático a coordinar la bancada priista de Veracruz en el Congreso de la Unión y así reproducir el periplo de su padre (cuatro veces legislador, una senador y gobernador de Veracruz) “con el tiempo y un ganchito”.
Y más, mucho más porque en Chiapas está vetado por la elite local.
Primero, se miró secretario General de Gobierno nombrado por su amigo, el gobernador Manuel Velasco Coello; pero según parece la corte chiapaneca se opuso.
Así quedó como coordinador de asesores, claro, con todo el respaldo de su amigo y, por tanto, mirando hacia Veracruz.
II

Tarek y Javier, como tantos otros, están en precampaña.
Y por eso mismo resulta curioso, significativo, indicativo, que el Instituto Electoral de Veracruz (IEV) permita y tolere tales gastos, digamos, preelectorales, pues la experiencia demuestra que constituyen “un barril sin fondo”, excediéndose, y con mucho, en el tope de campaña.
Incluso, y por eso mismo, resulta una vacilada la iniciativa de ley que hoy será debatida en la LXIII Legislatura para reducir el tiempo de campaña argumentando que los aspirantes incurren en un gasto excesivo.
Pero, en fin, como el IEV y el Congreso y el ORFIS (Órgano de Fiscalización Superior) y el gobierno del estado son una unidad política, social, y económica, todo se permiten y todo se aplauden y en todo se encubren.
III
Un fin de semana, por ejemplo, Javier Herrera anduvo en el poblado panista de Medellín, que en materia electoral federal pertenece al distrito de Cosamaloapan, y que para efectos de operación política está lejos, demasiado lejos.
Y a su lado existió una comitiva de Salvador Manzur Díaz, el delegado federal de BANOBRAS, para arroparlo en una demarcación donde el extitular de SEFIPLAN, exdiputado federal y exalcalde de Boca del Río mantiene un liderazgo.
En contraparte, Tarek Abdalá se ha centrado en el pueblo de sus antepasados, Tres Valles, y en la cabecera, Cosamaloapan, donde se ubica el mayor número de ciudadanos en edad de votar.
Y, bueno, lo anterior significan gastos, y si ellos alentaran voluntad política para transparentar sus acciones y rendir cuentas dirían con claridad, sin fidelíneas ni trampas, las fichas que están jugando.
Nada de eso, porque sería tanto como descobijarse entre ellos mismos.
De cualquier manera, la duda está clavada en el sentido de la procedencia del billete que le están metiendo a su deseo de verse en el Congreso de la Unión.
Publicado en: http://www.blog.expediente.mx/nota.php?nId=6901
