
La afrenta toca las cuerdas más sensibles de los músicos que se plantaron en la plaza Lerdo, para hacer pública una reclamación que peca de justa inclusive, porque se trata del grupo que en diferentes eventos oficiales no ha podido cobrar pese a que se esgrimieron y firmaron con antelación los contratos de rigor.
Hombres y mujeres sensibles a las notas que implica interpretar las más bellas melodías alusivas a estas tierras veracruzanas.
Dueños del arte que implica rascar las cuerdas de la guitarra, el violín, el trombón, el toque del saxofón y el clarín y hacer vibrar la batería y otros instrumentos más, que utilizaron sus actores principales que en este caso son los artistas que adornaron o enriquecieron la realización o celebración de los actos con que el estado, en diferentes momentos, coadyuvó a ofrecer sus espectáculos con el atractivo de rigor entre sus asistentes, como espectadores, invitados especiales y los propios anfitriones.
Una protesta pública que atrajo la atención de quienes caminaban por la plaza Lerdo y las calles céntricas de la ciudad. Un reclamo inusual, que nunca había tenido lugar públicamente. Y una pregunta, que sale de todos los poros de quienes simpatizan con los artistas de la música, es saber en dónde están los funcionarios que hicieron su contratación y que después de sus diversas actuaciones se escondieron y no pagaron religiosamente a los músicos lo que les corresponde.
Es un asco. Los defendía un xalapeño que apuraba el paso para escuchar el mensaje del músico, que llamó a las cosas por su nombre, pero a quien nadie le hizo caso, por parte de quienes se debía.
A los músicos les adeudan dos millones de pesos, una cantidad importante para un grupo considerable de estos trabajadores, intérpretes de la canción romántica, ranchera y folclórica y que hoy, como dicen algunos de ellos, han llegado al extremo de parecer pordioseros.
Confiesan varios de ellos que nadie los conminó para salir a las calles de la ciudad y reunirse en la plaza Lerdo, para advertir públicamente que el gobierno les adeuda contrataciones incumplidas, pero que a los músicos no han querido reconocerlos, siendo que con tiempo signaron ambas partes, el que contrata y los contratados, para su presentación en diferentes foros de carácter cívico, político y estrictamente musical.
Empero, la de los músicos fue una protesta pública que mereció el aplauso y solidaridad de la ciudadanía en general.
* GOBERNADOR DE DOS AÑOS Y
PARA DIPUTADOS LA REELECCIÓN
Cómo la ve usted, para los futuros legisladores locales, entiéndase diputados, habrá la posibilidad de procurarse una reelección, en tanto para elegir gobernador, el próximo será sólo de dos años su mandato constitucional.
Hay varios tiradores a la silla grande de palacio de gobierno, que están bastante desangelados y cuestionan con sus asesores si vale la pena invertir un gasto millonario, jugársela, ganar supuestamente la primera magistratura y cuando empiecen a gozar las mieles del poder y el dinero, su gestión terminará.
El PRD les ha dicho a los partidos políticos que es bueno suponer un juego político por dos años, porque se reduciría el gasto que implica una campaña semejante.
Movimiento Ciudadano, dijo ya que con sólo dos años un gobierno es más que suficiente, porque daría oportunidad de conocer ampliamente cuál es el proyecto de un mandatario en esa tesitura. Es posible que un fenómeno político en un lapso tan corto, realice la faena de su vida, aunque lo más probable es que dicho personaje quede más como el chinito, nomás «milando».
José Yunes ya mostró su rechazo a la idea, lo que hace suponer a observadores que el hombre de Perote, quien de hecho recorre la entidad en precampaña política, lo que hace presumir que está seguro de ganar la bandera del partido tricolor, empero, el foro y la barra de abogados coincide en que resulta un tanto positivo que se realicen comicios por una gubernatura de dos años. Enhorabuena.
Sin embargo, como una contradicción, los señores diputados del futuro podrán reelegirse, aunque en la ciudadanía nadie duda que un proceso semejante demostraría el rechazo que tiene un 99 por ciento contra sus curulecos, los cuales suelen prometer mucho y a la hora buena, nones, resultan más falsos que un billete de 50 pesos.
El descrédito en los políticos es descomunal, lo revela una encuesta nacional y que define de entrada que solo diez de cada cien mexicanos confían en partidos políticos y en servidores públicos, incluidos los cuerpos de policía. Luego entonces, un proyecto, que se proponga recuperar valores idos, bien vale la pena practicarlo con un gobernador de dos años. Venga más.
* UNA SOLA RÚA EN CASO DE
PELIGRO, EN EL CASTILLO
La sola carretera que une a Xalapa con la congregación de El castillo y una docena de municipalidades, incluidas las poblaciones de Juchique de Ferrer y Actopan, Alto Lucero, Alto Tío Diego y otras, se encuentra en deplorables condiciones, no cuenta con cunetas y expone todos los días y a toda hora tanto a automovilistas como peatones.
Tal vez, toda la rúa hasta llegar a Actopan, esté reclamando su reasfaltado, porque dicha vía se asemeja a los hoyancos que muestra el suelo selenita, según los expertos de la NASA que suelen difundir las imágenes que nos brindan a través de las gráficas de sus potentes telescopios.
Una rápida visita de este matutino a los primeros diez kilómetros sobre la carretera –si así se le puede llamar–, que va de la avenida Lázaro Cárdenas a la congregación de El Castillo, cualquier automovilista la tiene que hacer de cirquero, tratando de evitar un profundo bache, porque acaba de salvarse de otro.
La laguna de El Castillo hasta pareciera que cobra alguna vida, pero el verdín y la hojarasca muerta la invaden. Los vecinos a ésta, temen que vuelva a llover como hace tres semanas, y entonces protección civil y el heroico cuerpo de bomberos saldrán al quite diciendo que se trata de la inundación de toda la vida en esa zona. Tan sólo porque de la mencionada laguna salió agua a raudales e inundó la parte baja de la congregación.
Cuentan los vecinos que a ambos lados de la carretera, la fila de casas, tendajones de productos chatarra y alimenticios, panificadoras, refaccionarias y expendios de materiales de construcción, así como se ven, viejos, sucios sus frentes, se debe también en buena medida a que sus moradores muestran poco cuidado por el estado de sus calles y construcciones. Una mayoría proviene de las rancherías y municipios costeros, así que por Xalapa muestran nulo o un perfil muy bajo en sus inclinaciones por favorecer a la ciudad.
Un espacio enorme destinado a la venta de automóviles usados, revela de alguna forma una práctica de este tipo de comercio en una zona que igualmente poco luce porque a dos kilómetros de los palacios legislativo y de justicia, muestra un caserío envuelto en el polvo y la mugre, sin pavimento hidráulico sus calles e inexistentes sus banquetas.
La única rúa a todo lo largo y a sus costados, se cubren con la hilera que forman las viviendas eminentemente populares, ya que no las define forma alguna arquitectónica, construidas al vapor, de condición en extremo pobrísima una mayoría de sus habitantes, lo que refleja la única vía de acceso a esta capital de cuando menos doce poblados importantes en región calurosa. La cual a gritos pide asfalto o pavimento hidráulico, porque la tragedia puede estar a la vuelta de la esquina.
En caso de siniestros, incendios forestales o cualquiera otro accidente o inundación, centenares o miles podrían quedar atrapados. Entrada y salida de Xalapa a El Castillo exige de un kilo de tolerancia porque recorrer cinco kilómetros le puede llevar a un automovilista una hora o más para cruzarla y llegar al súper.

