Por Luis Velázquez Rivera
•Le nombran notario adscrito
•Camino a una curul federal
I

De la primera quincena del mes de a la fecha cuando Gabriel Deantes Ramos y Édgar Spinoso Carrera fueran despedidos del círculo rojo del sexenio próspero, muchas cositas han ocurrido, entre ellas, que ambos han sido, según parece, exonerados.
Y pronto, digamos, antes de que los muertos resuciten, Édgar Spinoso habrá sido declarado ángel de la pureza y restituido en algún cargo público, por ejemplo, la candidatura priista a diputado federal por el distrito de Martínez de la Torre.
Los hechos, pues, son los siguientes: Uno. El lunes 9 de junio, en la habitual rueda de prensa, el gobernador reveló que las irregularidades por más de 6 mil millones de pesos para el ramo educativo detectadas por la Auditoría Superior de la Federación se estaban cubriendo.
Así, y salvo lo que diga la astróloga de los llanos de Sotavento, significaría que Deantes y Spinoso van camino a la santidad.
Dos. Ese mismo día, el jefe máximo también aseguró que al momento la Procuraduría General de la República investiga a un funcionario y/o ex funcionario de su gabinete.
Y, por tanto, queda ratificado que Deantes y Spinoso serán canonizados.
Tres. El miércoles 18 de junio, 2014, la Gaceta Oficial del gobierno de Veracruz, número 241, publicó un acuerdo donde el poder Ejecutivo otorga licencia a Édgar Spinoso Carrera para “estar separado del ejercicio de la función notarial por el término de un año renunciable” de su notaría número 20, en Emiliano Zapata, “por lo que se autoriza a la licenciada Carolina Grajales Castro en su carácter de notaria adscrita suplir la licencia temporal”.
Y lo anterior significa, sin ninguna duda, que en efecto asistimos a la rehabilitación de Édgar Spinoso como miembro del círculo rojo del jefe máximo, a tal grado que en un descuido, y como fue paseado en algunas columnas periodísticas, saldría nominado candidato al Congreso de la Unión por el distrito de Martínez de la Torre, donde su tío, Roque Spinoso Foglia, fuera señor de horca y cuchilla en el siglo pasado.
Desde luego, en ningún momento (incluso así se estila) la Gaceta Oficial publica el futuro inmediato de Spinoso; pero con el incienso que le están echando desde el palacio principal de Xalapa es suficiente.
II
Spinoso forma parte del círculo rojo del gobernador.
Bastaría recordar uno que otro episodio de su vida anterior.
Por ejemplo, cuando fuera uno de los secretarios ejecutivos del entonces rector de la Universidad Veracruzana, psicólogo Víctor Arredondo Álvarez, la fama pública consigna que tramitó un par de becas de la UV para dos estudiantes. Uno, Érick Lagos Hernández, secretario General de Gobierno, y dos, para Javier Duarte, sus amigos desde aquella fecha.
Por ejemplo, cuando Javier duarte tomara posesión, la fama pública registra que Édgar Spinoso le obsequió un escritorio de un millón de pesos, una copia del escritorio que John F. Kennedy tenía en la Casa Oval como presidente de Estados Unidos.
Y, bueno, primero en tiempo y en forma y en antigüedad, también lo es, ha sido y será ahora cuando “Los niños de la infidelidad” gobiernan y ejercen el poder sobre 8 millones de habitantes de Veracruz.
Lo anterior significa que con la fuerza política que representa, el gobernador cabildeó, y cabildeó bien en Los Pinos, quizá en la Secretaría de Gobernación, acaso en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para lavar el nombre de Spinoso y Deantes Ramos, el primo hermano de Alberto Silva Ramos, el segundo director de Comunicación Social.
III
Queda claro, entonces: hoy en Veracruz gobernar es robar.
Gobernar significa “meter la mano al cajón” y “ordeñar la vaca suiza tres veces al día”, sin que nada pase, pues la impunidad ha alcanzado el nivel más alto.
Peor tantito si se recuerda que ante la avalancha de las irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación, el mismo gobernador se vio obligado a despedir de la noche a la mañana a su par de colaboradores; ahora, con la misma intensidad y fuerza los exonera.
Ni siquiera Jesús, vaya, tuvo corazón para perdonar a Judas, quien luego de la traición, arrepentido, el remordimiento como camisa de fuerza, tiró las 30 monedas y se ahorcó.
Claro, hay el otro Jesús, aquel que resucitó a su amigo Lázaro, como es el caso de Duarte con, entre otros, Édgar Spinoso, Gabriel Deantes, Salvador Manzur, José Tomás Carrillo Sánchez, Harry Grappa, Guillermo Herrera Mendoza, Vicente Benítez (“El señor de las maletas voladoras”), Oliver Aguilar Yunes y Fabrizio Aguilar.
Javier Duarte, el magnánimo…
<!–
(function(d, s, id) { var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0]; if (d.getElementById(id)) return; js = d.createElement(s); js.id = id; js.src = «//connect.facebook.net/es_ES/all.js#xfbml=1»; fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs); }(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
–>
Publicado en: http://www.blog.expediente.mx/nota.php?nId=6996
