Desde el Rincón: Tolerancia y Respeto para todos


Por Celia Rosadoembarazo

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Por Celia Rosado, egresada de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

En días pasado leí la columna de Arsenal , publicada en el periódico Excélsior, sobre el actuar del senador José María Martínez sobre su postura y la de su partido político en contra del aborto, los matrimonios gays y la adopción por personas del mismo sexo, con expresiones que los perredistas calificaron de “fascistas”.
A decir del autor de la columna textualmente dijo: “Tenemos que cerrar la puerta ya a algunas entidades, a algunos políticos que están pensando más en modas y tendencias, incluso que nos han llevado a pensar en la muerte”
Tan de moda hablar de discriminación- observemos la protesta de la FIFA por el epíteto utilizado cuando el portero toma el balón- este funcionario utilizando la tribuna instiga a la Comisión Ordinaria de la Familia y Desarrollo Humano, en su calidad de titular, para una persecución contra esos grupos y sus demandas.
Como también por las mujeres que deciden por el aborto voluntario.
Lo que este senador debe desconocer que numerosas organizaciones feministas y de mujeres de diversas organizaciones civiles destacan las consecuencias del aborto- clandestino- en la salud de las mujeres y concientizar al Estado con sus parlamentarios que la penalización del aborto no disminuye su práctica.
Es condenable para la sociedad que mujeres abandonen a sus hijos –en las puertas de casas o de instituciones- o se los “encargue” a la abuelita, tía y se desentienda de sus retoños. Sin embargo, si hay razones, lo que no son justificables para esa sociedad. Ambas partes, mujeres y sociedad, están en una lucha perene por empotrar sus razones.
Ana María Pizarro miembro de la organización nicaragüense SI MUJER, lanzó al ciberespacio los resultados de un estudio de la situación de la mortalidad materna, la legislación sobre el aborto, la influencia de los cultos religiosos sobre el tema y las causales por las que el aborto es permitido en algunos países.
En México, dice, el aborto es la tercera o cuarta causa de muerte materna y constituye el 25 por ciento de los ingreso del Hospital General de la Ciudad de México, donde si es permitido el aborto bajo asistencia médica, a partir de agosto del 2000.
Bajo la legislación mexicana la Constitución señala “todo hombre es libre de profesar la creencia religiosa que más le agrade”, no incorpora la defensa de la vida desde la concepción, como el senador argumenta para condenar la practica abortiva.
El debate nacional sobre el aborto no ha dejado de ser tema, a pesar de la lucha de miles de mujeres en defensa de su “cuerpo”.
Una arista que se ha tratado de problematizar es la parte de responsabilidad que tiene el varón en el proceso de concepción de otro ser y desde luego en el proceso de formación.
Si bien es cierto, ya existe una mayor rigurosidad en la legislación para obligar al hombre en su responsabilidad, la mayor carga de penalización es para la mujer.
En un “Desde el rincón” titulado: Responsabilidad compartida en el aborto ¿qué hacer con el hombre que no asume su responsabilidad? escribimos.
Ante una sociedad confundida por el desorden económico, social y político imperante, hablar del aborto es enfrentar la furia de los congresos de los estados del país que junto con la mitra, legislaron para penalizar el aborto, y desde luego, con la jerarquía eclesiástica.
Además, de una sociedad que no escucha razones, que ve como solución el encarcelamiento de las mujeres, como si así, se resolviera las muertes de miles de mujeres que abortan en condiciones insalubres y la angustia de otras, por no saber que hacer ante un embarazo no deseado.
No pretendo en erigirme como defensora de los derechos de la mujer sobre su cuerpo o utilizar otros argumentos para inclinar la balanza en cualquiera de las dos posturas: pro o contra el aborto, pero no se puede cerrar los ojos ante el rezago educativo, falta de acceso a los servicios de salud, a la seguridad social, alimentación, vivienda y a la calidad de espacios de casas-habitación, que señala el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).existentes en México, donde la mujer embarazada debe salir adelante.
Dónde queda entonces la responsabilidad del varón para hacer frente a una mujer embarazada que se le sataniza, a la que se concentra la total carga para salir adelante; aunado a centrar en ella la “culpabilidad” de salir embarazada por no “cuidarse”.
Es por ello que me atrevo a escribir sobre el tópico, no en la postura de la defensa ni la aprobación del aborto, sino porque la realidad golpea de frente a los miles de casos de adolescentes que las coloca en tal situación.
Antes de legislar a esos senadores y diputados debería de salir a la calle y enfrentar la cotidianidad que viven miles y miles de mujeres, en este México tan dado a enjuiciar sin brindar soluciones.
A cuáles casos me refiero, en la segunda parte, describo lo que una estudiante de tercer periodo de la licenciatura me pregunta: ¿Maestra que hago estoy embarazada?

Deduzco que no he sido la única maestra a la que se le acerca una joven para, con angustia, externar tal situación. La encrucijada es, ¿qué contestar? Los docentes no podemos, ya que no nos corresponde tomar parte de esa decisión.
¿Cuál camino deberán tomar, aborto o sostener el embarazo?¿ quién responde a esa interrogante?
Los maestros sólo podemos escuchar, a esas jóvenes desorientadas, angustiadas.
Sin embargo, al verla, joven con un futuro prometedor, me aterra la criminalización a la que podría ser presa o a un aborto insalubre y con riesgo de muerte.
Tras investigar descubro el x número de embarazos no deseados que se dan en las esferas universitarias, inclusive en chicas del sistema medio superior; ¿penalizarán a todas aquellas que opten por el aborto?
Llego más lejos en la investigación y la interrogante sería ¿encarcelarán a todas aquellas mujeres que sus maridos las obliga a realizarse el aborto? ¿O las jóvenes que sus compañeros de amores las amenazan, ¿o abortas o te dejo?
Si consideramos que las mexicanas embarazadas, sólo el 60 % culminan su embarazo.
Consecuentemente para entender la problemática deberían de concientizar a congresistas, clérigos y la sociedad en general.
¿Cómo?
Reflexionando e informándose de las cifras de organismos oficiales y asociaciones civiles, que arrojan porcentajes de los embarazos deseados y no deseados, para tomar las decisiones acertadas antes de satanizar el aborto.
A continuación detallo algunas de esas cifras :
Estadísticas proporcionados por el INEGI: el porcentaje de embarazos en México que culminan en nacimientos deseados en la última década del noventa era del 60%. La otra estadística que proporciona el Instituto
Alan Guttmacher es, el porcentaje de embarazos en México que culminan en nacimientos no deseados era(d)el 23%; porcentaje de embarazos en México que culminan en abortos inducidos (d)el 17% al año. En relación a las adolescentes embarazadas, la CONAPO, señala: número de mujeres entre 15 y 19 años que ya tienen hijos 642.
El INEGI proporciona otras cifras que hablan de los embarazos de niñas entre 12 y 14 años que ya tienen hijos 12,720. Total de mujeres menores de 19 años con hijos 524,362. Porcentaje de adolescentes con hijos en relación con el total de las adolescentes del país 10.43%. Número de nacimientos de madres adolescentes 450,000 cada año durante los últimos lustros. La CONAPO arroja: número de nacimientos de madres adolescentes 390,000 cada año; porcentaje de alumbramientos de adolescentes en relación con el total de nacimientos al año 17% cada año.
Con relación a los abortos la CONAPO da las siguientes cifras: número de abortos en México (incluye espontáneos e inducidos) 1, 700,000 cada año con maternidad sin riesgos; número de abortos en México (incluye espontáneos e inducidos) 200,000 cada año durante el periodo 1993-1995; número estimado de abortos inducidos en México 533,100 1990. Sin embargo el Instituto Alan Guttmacher tiene otras cifras: número estimado de abortos inducidos en México 850,000 cada año con maternidad sin riesgos a diferencia de las estadísticas que proporciona la CONAPO 110,000.
Más datos del Instituto Alan Guttmacher: abortos por cada 100 nacidos vivos en México 21 no especificado. Tasa anual de abortos en México por cada 100 mujeres en edad fértil 2.33% no especificado. Por su parte la CONAPO da el porcentaje de mujeres en edad fértil, que han experimentado un aborto en 1995 en México fue del 17.8% y número de camas que se ocupan a causa del aborto en los servicios de salud en México 600,000 cada año con maternidad sin riesgos. Y según el INEGI en 1994 el número de casos de hospitalización por aborto en México fue de 166,380 1994.
Pero, la otra pregunta que está en el aire, es ¿y el varón que embaraza no tiene responsabilidad? Porque en todos los artículos nadie menciona encarcelar a los hombres, ¿a ellos no se les aplica la ley ni la acusación de la iglesia como asesinos?
La lógica y la reflexión nos dice: la mujer tiene un embarazo que dura 9 meses de gestación más los 40 días de la “cuarentena”, y el hombre puede embarazar 365 días al año y no sólo una vez.
Ante ello la interrogante se revierte ¿qué hacer con los hombres que embarazan y no asumen su paternidad? Nada, sólo se obliga a una pensión, a la cuál muchos de ellos evaden.
Si ellos son parte de la toma de decisión del aborto, a ese respecto la legislación no llega.
Por ende, el índice tan alto de abortos no tiene un (solo) responsable, son dos, a los cuales igualmente se les debe de aplicar la sanción, cualquiera que fuera, o la absolución de responsabilidad.
Así que mi pregunta a la chica fue ¿y tu pareja que piensa de tu embarazo? La respuesta fue un encogimiento de hombros con un NO QUIERE SABER NADA.

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