

La noticia recorrió el mundo inmediatamente.
Un ex presidente, el francés Nicolás Sarkozy, fue detenido por la policía y hecho vomitar valiosa información relacionada con la delincuencia organizada en su país natal de Francia.
El mandatario, que gobernó a placer, porque las diferentes ideologías lo avistaron como un político en su más amplia acepción. Brillante, crítico, diplomático y talentoso.
Cuando se habla sobre jefes de estado de Europa Occidental, los críticos suelen quitarse el sombrero. Se trata de personajes ligados a la política en su más caro ejercicio o de conocedores de la cultura en general. Sarkozy inclusive trascendió extra-fronteras europeas debido a su fortísimo juicio sobre cuestiones de justicia, diplomacia y los temas relacionados con la seguridad social y la pública.
En México se cometen verdaderos latrocinios y nada pasa.
Un ex presidente mexicano llena las alforjas personales y de sus familias, como fueron los antiguos shas de Irán y los reyes de países de Medio Oriente.
Aprehenden y es sometido a severo interrogatorio, por espacio de quince horas, es decir, que la enorme personalidad de Sarkozy les valió un soberano cacahuate a sus actuales verdugos. El ex presidente tuvo que rendir una declaración, bajo la presión de los fiscales, y es la hora en que se sigue presumiendo que vendrá más en contra del ex mandatario.
Obviamente, en países del oriente se han dado muestras similares.
Hay quienes aseguran en México que con la detención de un ex presidente, el país se apaciguará. Las detenciones siguen sin saber de un ex metido en chirona, lo que hace presumir a los mexicanos que la impunidad en la nación azteca continúa ejerciendo su predominio.
Presuntamente, los ex como Luis Echeverría, ordenó una matanza que quedaría incluida bajo el capítulo del genocidio o crímenes de lesa humanidad, pero al final de su enjuiciamiento se dijo que la denuncia habría prescrito.
En los casos de Carlos Salinas y Vicente Fox Quesada, el primero por enriquecimiento inexplicable y al otro por traición a la patria mexicana, nadie quiso secundarlos en seguimiento a sendos juicios, con lo cual los ex mandatarios en México cobran absoluta impunidad, lo que les permite hacer cuanto les plazca también como ex y no precisamente como lo hicieron cuando ostentaron el máximo poder.
Qué diferencia, con lo que está pasando en este momento al gran Nicolás Sarkozy, que culpable o no de lo que le acusan, sienta un precedente en la Francia de Napoleón Bonaparte.
* XALAPA DE LOS BACHES
Y LOS PARCHES
Cada tres años se suscribe la misma telenovela o historia.
Las construcciones que ordenó un administrador público, el siguiente las echa abajo.
Los murales le gustaron a Elizabeth Morales, ahora los ediles y los mismos que cantaron loas cuando los instalaron, se lamentan de su mala fortuna.
Los betuneros juraron y el Cabildo aprobó su reubicación en el mismo parque Juárez, los cuales además recibieron sus cajones de labor y por meses se fueron al otro lado, quitándole el feo rostro que mostraba el principal parque de la ciudad y que muchos, incluidos los empresarios, aplaudieron a rabiar.
Sin embargo, ahora los caprichosos betuneros o aseadores de calzado, se violentaron, cayeron en enojo y se apostaron en los sitios donde habían nacido, sólo que al Cabildo lo ponen en un verdadero lío. Aunque por otro lado, a nadie extraña que una comuna haya instrumentado sus personales planes de trabajo, el siguiente los anule, así de sencillo.
La política a la mexicana, eso es. Un chilaquil, en el que quien no los come, los traga.
Si hubiera –aunque se dirá que el término existe, pero eso es nomás–, una política pública real, auténtica, que obedeciera a exigencias materiales de la sociedad, se habría de levantar el total del pavimento hidráulico y con las mismas se sustituiría de uno moderno, duradero y con las especificaciones que la alta tecnología en la materia lo demanda.
Como es mucho soñar, entonces, los trienios se convierten en talacheros, tapando baches, que tres años más tarde se volverán a tapar.
Las calles atendidas en los últimos días, afrontan males endémicos, pero el chiste es anunciar que se hace y conforme al plan de movilidad urbana, le han recomendado a la comuna actual que bachee y ya lo está haciendo. Pasarán otros tres años y se volverá a lo mismo. Ni tantito lo dude usted.
Lo otro, si ya instalaron agentes de tránsito en el centro de la ciudad hasta en servicio nocturno, por favor, que amplíen sus acciones fuera del primer cuadro, en las avenidas 20 de Noviembre, Américas, Ávila Camacho, Xalapa, Orizaba, etcétera, en donde nadie respeta el uno por uno y tampoco los semáforos donde todavía quedan.
La vialidad y el tránsito es todo el territorio capitalino, no sólo los baches que se taponean en el principal y único cuadro del corazón de la ciudad.
* LO QUE NO GUSTÓ DE LA
DETENCIÓN DE MIRELES
En estas tierras veracruzanas, nadie conoce al doctor José Manuel Mireles, físicamente, pero su fama ha trascendido las fronteras de Michoacán y particularmente, en Veracruz, se sabe del personaje lo que alguna parte de la prensa ha difundido de su lucha contra la delincuencia organizada en las tierras de Cuauhtémoc Cárdenas, Felipe Calderón y el más grande de los expresidentes de México después de don Benito Juárez, el tata Lázaro Cárdenas del Río.
Amnistía Internacional y las dependencias encargadas por parte de la ONU de llevar a cabo la defensa de los derechos humanos y de luchar por el mantenimiento de las libertades consagradas en capítulos completos de los derechos humanos y las garantías individuales, en el caso mexicano siempre han dejado dudas, sobre todo por la constante de llevar a cabo las detenciones arbitrarias, ajenas a todo derecho y sin la orden consabida librada por los jueces de la materia.
El doctor Mireles, no deja de ser un luchador social.
Cuando lo detienen las fuerzas del orden público, lo que portaba en sus manos era una pierna de pollo y no armamento prohibido para uso de los civiles. Es un médico cirujano, con ansias de devolverle a Michoacán la paz social, que le fue robada desde hace cuando menos diez años y que sus diferentes gobernantes se negaron a reconocer que el mal había sido apapachado precisamente por sus propios gobernantes. O al menos esta imagen le ha sido retribuida a través de la difusión acerca de su participación en la limpia de delincuentes en aquellos lares.
Sin embargo, lo acaban de detener y quizá todo se deba a una confusión o un acto sostenido por los elementos que configuran algún acto delictivo, como es el que le imputan de portar armas para uso exclusivo de las fuerzas armadas.
Empero, aquí sale sobrando cuanto se difunde sobre el respeto a las garantías individuales y por ende de los derechos humanos. El personaje fue detenido junto con 70 de sus correligionarios y hechos hincar, atados de manos atrás sobre sus espaldas, lo que contradice el más escueto espíritu de la ley en la materia. Además, según lo que se lee en medios nacionales, le fueron prohibidas las llamadas telefónicas y lo trasladan a un penal de alta seguridad, en tanto a sus seguidores los confinan en un reclusorio en zona opuesta a la que sirve de domicilio forzado del doctor Mireles.
Esto último, es lo que causa un grave desagrado, qué decirle a los estudiantes de los primeros semestres de la facultad de derecho, cuando se abordan los temas ineludibles de las garantías y los derechos humanos.
Para qué tanto aprendizaje, diría uno de los futuros abogados, si basta meterle número y fuerzas a una aprehensión y ya con el preso en manos, atado y torturado, se difunde la especie e hincados los detenidos, porque seguramente van a cantar hasta de lo que no hicieron, y al final del día, por otro lado, se siga insistiendo en la permanencia del estado de derecho, lo cual irremediablemente queda en entredicho.
Lo que lleva a cuestionarnos, para qué tal exceso de brutalidad policiaca, con uno de los bandos buenos que están haciendo lo que sus huestes institucionales nada pudieron hacer para frenar los baños de sangre, corrupción, tráfico de drogas, extorsiones y secuestros ocurridos en las tierras michoacanas.
