
Frente a las cuentas alegres, tras el repaso de los temas de la agenda gubernamental puesta a los ojos de los mexicanos con motivo de la lectura del II informe de trabajo presidencial, aparece la reforma educativa, con la reprobación absoluta y que alcanza al cardenal Emilio Chuayffet Chemor.
El conflicto magisterial no termina y la educación en México continúa bajo un escandaloso rezago. Los programas de estudio muy lejos se encuentran de adecuarse a la realidad nacional y el cuadro de maestros está notablemente indignado porque en lo subsiguiente ya no podrá heredar ni vender sus plazas.
Sexenalmente ha sido lo mismo. Los inventos de los presuntos pedagogos al servicio de la Secretaría de Educación Pública, desde el régimen del general Porfirio Díaz, siguen sin poder abatir los déficits del analfabetismo, el ausentismo en clases y la penosa condición de las escuelas, que siguen padeciendo los estragos que les provoca el paso del tiempo y por supuesto la mano oficial que ni rehabilita ni realiza ningún remozamiento de sus instalaciones.
Hay doce millones de niños-adolescentes que dejan las aulas de la escuela primaria, sin concluirla, y otros diez millones de estudiantes que desertan de la escuela secundaria y la de bachilleres. De cada cien jóvenes que ingresan a las aulas universitarias, siete no concluyen ninguna carrera profesional y de la tercia restante, dos van a desempeñarse en menesteres ajenos a la profesión que los llevó a cursar una determinada especialidad.
Es decir, que los índices programáticos nada tienen que ver con el ejercicio en la vida real y práctica cotidiana, o simplemente son planes de estudio que forja la SEP de manera temporalera, pero sin que se procure la trascendencia entre la enseñanza-aprendizaje con vistas a preparar los educandos que la ciudadanía requiere efectivamente para llevar a cabo su desarrollo social.
En este contexto, la reforma promovida por el señor Chuayffet Chemor sigue estando coja o continuará sin culminar con la supuesta pretensión de generar planes y programas de avanzada o vanguardia, que emulen al país con las naciones más desarrolladas y que son precisamente las enclavadas en el continente europeo de occidente, específicamente.
La escuela mexicana continúa a la espera de ese paso milagroso, la pobreza va al parejo de sus escolares sin grandes atractivos para cursar una carrera profesional, habida cuenta que el desempleo aparece como espectro mortal de los futuros profesionales.
* INVADEN AMBULANTES,
LOS PARQUES PÚBLICOS
No es un invento.
La realidad allí está en los pasillos y montados inclusive en la jardinería de los parques que alguna vez fueron para la hora del esparcimiento, reuniones familiares y el deleite de los chiquitines, sobre todo los fines de semana y durante los periodos vacacionales, que a veces se pasan en el curso de los años.
Los parques Juárez y el de Los Berros, para sólo citar dos casos, se dan como espectros de la antítesis de lo que deben ser dichos lugares de esparcimiento al aire libre.
En ambos casos, y si usted quiere, un tercero, el Paseo de los Lagos, por ser los ejemplos más representativos, en días como éstos lucen deplorables con montones de basuras, vendedores ambulantes en cantidades que estorban y afean la imagen capitalina, amén de que los canes dejan sus heces fecales en el suelo y sus propietarios no las levantan y, por añadidura, la falta de agua provoca que los barrenderos no limpien precisamente sus espacios.
Los Berros es el que más apesta.
Un grupo de caballitos enanos, manejados por un grupo de regenteadores, semana a semana hacen su agosto, sorprendiendo a los padres de los menores, que tienen que acceder a montarlos en aquellos equinos, los cuales van dejando como herencia momentánea sus heces fecales, sin que la mano piadosa de sus dueños las levanten y retiren como debe ocurrir.
La jardinería desluce porque claramente deja ver las zonas en donde ya no es rehabilitada, está «pelona», y de manera indiscriminada sobre ella pasan y corren adultos y menores, mascotas, caballitos enanos y por supuesto los gandules que utilizan parte de sus jardines como descanso para los encuentros amorosos, hay que decirlo, lo mismo entre heterosexuales que homosexuales, como viene sucediendo en Los Berros y en el Paseo de los Lagos, particularmente.
En el parque que lleva el nombre del Benemérito de las Américas, algo semejante viene sucediendo. El común de familias difícilmente puede transitar por sus pasillos, debido a la aglomeración que propician no sólo los comerciantes «establecidos», que suman alrededor de 70, sin contar con los betuneros que allí lustran calzado a los caballeros sobre todo, sino la ola de ambulantes que arriba al lugar, en detrimento de la economía de los primeros, pero igual del parque que se asemeja a un muladar.
Inclusive hay quienes aseguran que si Juárez resucitara a través del fastuoso monumento erigido en su honor de cara a la calle de Enríquez, confirman quienes lo comentan, que el hijo pródigo de las Américas seguramente pediría que lo trasladaran a otro sitio, donde su descanso a perpetuidad sea lo más tranquilo y sin los amontonamientos de gente como viene ocurriendo en el que fuera parque de recreación y reencuentro familiar más sano de la entidad veracruzana.
Empero, el edil del rubro tiene la palabra. Una decisión en forma y rotunda debe sobrevenir, pero ya. Es de imagen y de salud pública, seguramente en principio.
* PARTIDO CARDENISTA,
MÁS PRIISTA QUE EL PAPA
A no ser que lo confirme con pelos y señales, el partido cardenista que dirige Antonio Luna Andrade, cómo es posible que mueva contingentes de muchos miles, que viajan en autobuses, comen, beben y toman el centro de Xalapa, con la supuesta demanda ante el gobierno estatal para que le atienda con la entrega de los bienes y servicios públicos que reclaman sus asociados.
El ex panista, porque Antonio Luna Andrade militó largos años en las trincheras del partido albiazul, las abandonó y se alejó por espacio de varios años también de las lides partidistas, a menos que probara ante su cauda de seguidores que haya trabajado en alguna función administrativa, porque del escenario político prácticamente desapareció.
Sin embargo, en el pasado proceso electoral, para elegir diputados locales, el personaje aludido volvió a hacer su aparición. Hizo un despliegue publicitario impresionante en las principales ciudades de interior del estado de Veracruz, a un costo que necesariamente fue millonario, pero evidentemente nadie le dijo algo, menos contuvo su avance.
Todavía el día en que Andrés Manuel López Obrador, en que obtuvo la bendición del INE para convertirse Morena en partido político, huestes con las banderas del partido cardenista recorrieron a medianoche las calles de la ciudad capital para protestar contra tal registro partidario.
Es decir, que además de realizar protestas, mítines, plantones y manifestaciones en la plaza Lerdo, con acarreados en cifras que ya las quisiera el PRI, el líder Antonio Luna Andrade se dio tiempo para condenar a Morena y a su fundador y continuar por la senda del convencimiento de su clientela, la cual, a ciencia cierta, no está muy convencida de que se trate de un proyecto que vaya a perdurar con el paso del tiempo.
Otros sostienen que hay una fuente que le genera una millonada de pesos, muy por encima de las que el IEV o ahora el INE le pudo haber autorizado para realizar tareas de proselitismo político, que valdría la pena que don Antonio, el cordobés de origen, aclarara, porque su promoción partidaria es impresionante, muy cara, y su membrete en cuestión no levanta, como consta a un electorado que ignora la existencia del partido cardenista.
Don Antonio Luna tiene la palabra, pero no más la difusión de sus políticas para salvar a los diabéticos y generar los empleos, que no salvan a este estado de tener uno de los primeros lugares con pacientes de diabetes y tampoco ha podido frenar el éxodo de veracruzanos, calculado en más de un millón que se ha ido a los Estados Unidos de Norteamérica, en busca de conquistar el sueño americano.

