
El II Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto resaltó la trascendencia de las reformas estructurales, anunció obras de infraestructura como la construcción del nuevo aeropuerto contiguo al actual y prometió que no habrá más impuestos durante el presente sexenio.
Sí alguien esperaba algo espectacular, sencillamente no ocurrió porque inclusive se volvieron a citar los proyectos de construcción de los trenes rápidos de México a Toluca y México a Querétaro, que fueron parte esencial de su primer Informe. Ahora se habla de la decisión de cambiar para mover a México, como un estribillo que ha sido la recomendación de algún publicista.
Lo importante es que todas las acciones que se anuncian y que se habían pregonado hace un año se lleven a la práctica y que se reflejen en el bolsillo de los mexicanos, hecho que se observa de manera distante y que en el curso de 365 días sólo ha incrementado el índice de pobreza, ha aumentado el número de connacionales que emigran hacia el vecino país del norte y que ahora cerca de 50 millones de mexicanos no gozan de un empleo formal.
Luego entonces, a los anuncios espectaculares no se les ha acompañado con un bien estructurado programa de trabajo que, en teoría, ya debería haber incrementado la plataforma de personas en actividad laboral. La supuesta reforma laboral que sería la catapulta para los empleos, sólo resultó una triste estrategia en la que se pretendía privilegiar el outsourcing, que no es más que la contratación de personal a través de un tercero, sin el otorgamiento de prestaciones laborales ni beneficios económicos.
El asunto del aeropuerto, que en principio se pretendía construir en el ejido de Salvador Atenco, tuvo que cambiar de dirección porque la obstinación y el coraje de un pueblo que no quiere entregar sus tierras, propició que tal infraestructura se trasladase hacia una parte contigua del actual aeropuerto.
La parte más débil del presente gobierno tiene que ver con la insuficiente maniobrabilidad para generar fuentes de empleo, o de perdida, mantener los existentes. Ello se ha reflejado en un pobre desempeño de la economía que tiene a millones de mexicanos en una situación paupérrima y de alerta continua.
En forma paralela la situación de violencia, los secuestros, robos y todo lo que significa la parafernalia de la delincuencia y del crimen organizado no ha cedido un ápice y en algunas regiones del país se ha complicado. Lo que es una obligación del Estado de ofrecer seguridad a un pueblo no se ha logrado todavía..
Es una falla que se ha ido extendiendo y lejos de contenerse como que existe la impresión de incrementarse, aunque las cifras oficiales muestren un panorama muy diferente. El Estado, a través de las autoridades debidamente constituidas, tiene la obligación de otorgar seguridad, bienestar y trabajo a sus gobernados, pero las facturas siguen pendientes y no se observa la manera en cómo lo van a resolver.
Precisamente ahora que han aprobado las reformas estructurales, que implica un cambio y mover a México, según palabras de Enrique Peña Nieto, pronunciadas bajo el concepto goebeliano de la repetición, será la apuesta que hará en los próximos meses y tendrá una fuerte presión de todos los sectores sociales que estarán al pendiente de resultados favorables.
Una buena parte de la opinión pública no está de acuerdo con todas estas modificaciones, a la que considera que no fueron afortunadas. Se trata de una de las grandes aperturas hacia el sector privado internacional, verbigracia trasnacionales, con lo que revivirá los capítulos de principios del siglo XX y en cuyo gobierno de Porfirio Díaz habría privilegiado al capital inglés y francés.
Eso trajo como consecuencia lógica el mayor empobrecimiento del pueblo mexicano y que las condiciones laborales y sociales se hayan complicado. Los movimientos sociales de Río Blanco y Cananea fueron derivados de la explotación obrera de parte de compañías extranjeras.
Sí la historia muestra que la irrupción extranjera nunca ha sido benéfica para el país, y tal vez para ninguno en el mundo, las desgracias sociales que en esa época fueron reseñadas por el periodista norteamericano John Kennet Turner en su libro “México Bárbaro”, describió las brutales condiciones de vida de trabajadores oaxaqueños.
Ello contribuyó a ir degradando la imagen de Porfirio Díaz, a pesar que en forma paralela estaba construyendo un México moderno, con funcionales vías de ferrocarril y la construcción de obras colosales en las que se incluyó el puerto de Veracruz en el año 1902.
Por eso es que en la percepción de millones de mexicanos existe el fundamentado temor que algunas situaciones se repitan en el presente siglo al permitir la llegada de trasnacionales, principalmente petroleras, que podrían agravar las condiciones sociales del pueblo mexicano.
PRONUNCIAMIENTO DE
LA IGLESIA
Esta semana llegó la plana mayor del gobierno federal al puerto de Veracruz. Las loas y el confetti fue el común denominador. Sin embargo alguien echó a perder la fiesta. Fue la Arquidiócesis de Xalapa, a través de su oficina de Comunicación Social, quien dijo que no se observan signos de recuperación económica y que los maestros, trabajadores, amas de casa no están nada contentos con la actual situación que vive el país y que las promesas de mejora todavía se encuentran lejos de llegar.
EMPRESAS PEQUEÑAS TRUENAN
A LOS DOS AÑOS
De acuerdo a estadísticas, sólo el diez por ciento de las Pymes llegan a los diez años de existencia y el 75 por ciento fracasa en los primeros dos años. Ante esta situación, Leticia Gasca, profesional joven, creó una empresa denominada Fuck Up Nights, la que tiene como objetivo aplicar una encuesta a los empresarios que han fracasado en sus negocios con el propósito de conocer las fallas que han incurrido.¿Cuál era su proyecto?.¿Qué salió mal? ¿Qué hará diferente?. Con estas interrogantes se pretende conocer las causas de la derrota. Tal vez podría encontrarse, en el curso de la investigación, que la reforma fiscal haya sido un detonante determinante.

