Místicos y Terrenales • Veracruz ¿disminuyó la criminalidad? • ¿Una nueva escalada de violencia? • A los místicos la violencia no les llega


policiagraduadaPor Marco Antonio Aguirre Rodríguez

Por Marco Antonio Aguirre Rodrìguez, egresado de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicaciòn de la Universidad Veracruzana
Por Marco Antonio Aguirre Rodrìguez, egresado de la Facultad de Ciencias y Tècnicas de la Comunicaciòn de la Universidad Veracruzana

El Presidente Enrique Peña Nieto hizo un anuncio que ante las circunstancias que vive Veracruz se antoja incierto: los índices de criminalidad han disminuido.

Y es que en los últimos días en la entidad se han dado diferentes hechos de violencia y de criminalidad bastante llamativos, además de que aparecieron los cadáveres de la niña Karime Cruz y el de su tía Mónica Reyes.

Antes se dio el asesinato del policía Eloy Pozos presuntamente por parte de Simón Cruz Muñoz, quien fue abatido en una operación amplísima.

Arturo Mattiello Canales, presidente de la Asociación Nacional de Consejos de Participación Cívica (ANCPC), advirtió ya que se registra una espiral de violencia en la entidad veracruzana y el resto del país debido a que no se atienden las causas del fenómeno delincuencial por parte de los gobiernos.

La ANCPC es una entidad preocupada por la seguridad de los ciudadanos y en ese tenor Arturo Mattiello anunció que se entregará a la Comisión Internacional de Derechos Humanos de la ONU una relatoría sobre las violaciones de este tipo que se han preentado en México, debido a la inseguridad e intentos de coartar la libertad de expresión. La idea –puntualizó- es que se haga un llamamiento al estado mexicano.

La situación de violencia y de sujeción a los delincuentes es tan fuerte en Veracruz que incluso el senador priista Héctor Yunes dijo en una declaración: !ya basta! Ya estamos hasta la madre de esto», de la delincuencia, de la violencia.

Estamos hartos de la violencia, aunque disminuya – añadió Héctor Yunes-.

Pero también fue enfático en que “nuestra tranquilidad no va a depender del crimen, sino de la autoridad”.

Y en este sentido, y por eso, Arturo Mattiello tiene razón, porque los hechos de los últimos días marcan que en Veracruz podemos estar ante el inicio de una nueva ola de violencia, ante la incapacidad de los aparatos de justicia del gobierno del estado de detenerla.

Uno de los elementos más llamativos es un “comunicado” emitido por quienes se dicen “Corporativa Antrax”, el cual fue reproducido en diversos medios electrónicos dedicados especialmente a la difusión de notas policiacas.

El comunicado –con lo que pueda tener de verdad- dice así:

“Comunicado Corporativa Antrax:

Levantones y aparición de ejecuciones aumentarán a partir del 17 de agosto.

Estaremos trabajando las 24 hrs.

CIUDADANOS DE ESTE PUERTO.

Empezamos la limpia.

Las rataz enfermarán de viruz…

Att: ANTRAX… Corporativa CS.
Cartel de Sinaloa”

Una amenaza de este tipo, aunque vaya dirigida a una organización criminal por parte de otro grupo delincuencial, debería ser investigado por las autoridades.

De hecho algo así no debería de existir si la Procuraduría de Justicia del estado y la Secretaría de Seguridad Pública hicieran bien su trabajo, al igual que los demás entes gubernamentales dedicados a la seguridad pública.

Pero ambas entidades están más preocupadas en ser entes represores al servicio del gobierno del estado y contra los enemigos del gobernador Javier Duarte, que en ser verdaderos instrumentos de aplicación de justicia y salvaguarda de la seguridad publica, como en el caso de Maryjose Gamboa, la periodista y ex funcionaria de Boca del Río, encarcelada por arrollar y matar a un joven con su auto.

La Procuraduría de Justicia detuvo y encarceló a Eduardo Yáñez Hernández y Teresita Álvarez Reyes, agentes y médico de la oficina de Tránsito del municipio de Boca del Río, por supuestamente falsear sus declaraciones para obstaculizar la labor del Ministerio Público, al asegurar que Maryjose Gamboa no iba alcoholizada al momento del incidente.

El acto fue notoria y claramente represivo contra los empleados del ayuntamiento de Boca del Río y una maniobra dilatoria para evitar que la periodista y funcionaria salga libre bajo fianza.

Pero muchos –por desgracia muchos-, son los elementos que denotan lo que puede ser una escalada de violencia.

Uno de los últimos hechos violentos llamativos que se han dado en la entidad fue la agresión, robo y presunto intento de secuestro contra el regidor de Agua Dulce, Julio Cesar Morales Castillo, miembro del Partido del Trabajo, el cual se frustró cuando sus hijos huyeron del ataque y avisaron a la policía que detuvo a los perpetradores.

Esto no pasó a más, pero hay otros hechos que conllevan la muerte y que pueden ser muestra de la escalada de violencia.

El recuento podría seguir y seguir.

Y estos, más otros hechos que no llegan a los medios de información, pero que si son difundidos de boca en boca por los habitantes del estado, son los que crean la sensación de que en Veracruz no existe seguridad pública.

Los terrenales sí estamos hartos de vivir con esta sensación de inseguridad, que no es compartida por los místicos, por que ellos tienen una fuerte guardia de seguridad.

¿Algunos ejemplos de la violencia y muerte en Veracruz?.

Aquí están.

  • El 9 de agosto, en Omealca, Guillermo Aparicio Lara, alías “el Willy”, presunto líder de “Los Zetas” en Quintana Roo, fue abatido junto con su hija de 10 años cuando iban a bordo una camioneta Toyota Siena; un tráiler le cerro el paso y de dos vehículos descendió un comando armado que realizó por lo menos 150 disparos, sobre la carretera Mata Tenatito, del municipio de Omealca.

Su esposa –sufrió heridas- y otro de sus hijos viajaban en el mismo vehículo, más no fallecieron.

  • En Alvarado detuvieron y/o desaparecieron a Jimmy Roberto Pérez Gutierrez, hijo del propietario de los bares más famosos de ese lugar, vinculado con Mariano La Garza, quien fue secuestrado en días pasados.
  • El 8 de agosto en la autopista Cosoleacaque-La Tinaja, cerca de Acayucan, fueron encontrados los cuerpos de Edwin Yair Hipólito Antonio y Juan Zetina Antonio, con el tiro de gracia, semidesnudos, amarrados, vendados y con huellas de tortura, los cuales desaparecieron unos días antes, junto con otra persona.

Junto a los restos encontraron un mensaje cifrado que la policía no pudo descodificar.

  • El 8 de agosto es encontrado el cuerpo de Humberto Arriaga, empresario de Minatitlán, en la colonia el Naranjito, de Cosoleacaque, fue encontrada –gracias a una llamada anónima- una fosa clandestina en el patio de una vivienda y de ella exhumaron el cuerpo del también ex presidente de la Canaco de Mina. El empresario fue secuestrado por hombres armados lel 19 de julio a las afueras del antro «Dorsia», el cual él administraba, pero la familia no reportó llamadas para pedir rescate o extorsión. El cuerpo no tenía cabeza y estaba desmembrado
  • El 8 de agosto, también, por la noche tres hombres fueron acribillados en el restaurante El Chaparral, de Hueyapan de Ocampo, en la misma región. Un comando irrumpió en una fiesta infantil que se realizaba ahí y acribilló a Rodolfo Wirth Escalante, de 54 años; a Rodolfo Armando Wirth Cobos, de 29, primos del exalcalde de ese municipio, Gaspar Gómez Jiménez, y a José María Solís, de 17. Presuntamente la familia Wirth ya había sufrido un atentado meses antes, cuando su domicilio fue baleado.
  • El 5 de agosto fue encontrado en Cosoleacaque el cadáver de Teodoro Castañeda Yescas, de 25 años de edad, quien se encontraba en un bar de José Azueta la noche del sábado anterior de donde tres sujetos lo sacaron amenazándolo con armas y se lo llevaron.

En esa zona se han vuelto comunes los levantones y ejecuciones de comerciantes, agricultores, y demás, que al negarse a pagar el “derecho de piso”, son asesinados.

  • El 13 de agosto, en Huatusco, Alfonso Solabac Campos, taxista, hermano del líder de la Frosev, Leonardo Solabac, fue asesinado, descuartizado y decapitado. Sus restos fueron encontrados en dos costales, uno dentro de su taxi –puesto a un lado de la carretera- y otro en medio de la maleza.
  • Octavio Rojas Hernández, «El Negro», colaborador del diario El Buen Tono (periódico que sufrió un atentado con bomba y que no se ha esclarecido) y encargado de comunicación Social del Ayuntamiento de Cosolapa, fue asesinado a balazos en la puerta de su vivienda. El asesino llegó preguntando por un auto que tenía en venta y al salir fue asesinado de cuatro balazos en la cabeza, uno más en el abdomen y el sexto en el brazo izquierdo.
  • El 13 de agosto, Ismael Cruz Díaz, fue encontrado muerto en Ampliación Manantial Puente Chico, en Cuitláhuac; el cuerpo estaba descarnado y el occiso días antes macheteó a un campesino.
  • El 11 de agosto, a las puertas de su casa, de un tiro en la frente, asesinaron a Gabriel Nava López, uno de los líderes de la colonia Santa Cecilia y un fuerte colaborador de Elizabeth Morales –ahora dirigente estatal del PRI-, en el municipio de Emiliano Zapata, colindante con Xalapa. Cuando Nava abrió la puerta uno de los pistoleros le dijo «venimos por ti” y le disparó a boca de jarro.
  • Iván Miramón Herrera, fue muerto en los sanitarios de un antro del centro de Córdoba, por tres individuos que lo emboscaron en ese lugar.
  • El 10 de agosto un reporte al 066 alertó a las autoridades sobre la presencia del cuerpo sin vida de una mujer que se encontraba en el interior de una bolsa plástica en la calle 18 de Marzo de la colonia Burócratas de la capital veracruzana.
  • El 9 de agosto fue hallado entre unos cañales el cuerpo de un hombre, con una herida en el cuello, además de huellas de tortura.
  • El 5 de agosto, en Huatusco, se localizó el cadáver de un hombre, con señas de tortura, en la comunidad de Tlavictepan.
  • El 5 de agosto, también, Gilberto Hernández Huerta, un reo que cumplía una condena desde 1998 por homicidio calificado, en el penal de La Toma, fue encontrado muerto en el interior de su celda, aún cuando poco antes había recibido la visita de sus familiares y estaba por salir en libertad el próximo mes de noviembre por buena conducta.
  • El 1 de agosto, dos elementos de la Armada de México (Adrián Mariano Reyes y su hermano Damián Mariano Reyes) asesinaron a dos campesinos, en el exterior de una cantina, por los favores de una mesera. Los occisos quedaron tirados en la entrada de la cantina

 

El recuento podría seguir y seguir.

Y estos, más otros hechos que no llegan a los medios de información, pero que si son difundidos de boca en boca por los habitantes del estado, son los que crean la sensación de que en Veracruz no existe seguridad pública.

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