60 Segundos: Servicio urbano, entre la impunidad y los vicios


suxPor Raúl González Rivera
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Seguramente a estas alturas la protesta estudiantil se hará sentir en nuestras calles y avenidas, en contra de los cafres del servicio urbano, empresa que en el pasado lució por su atención al usuario y hoy día desluce precisamente por todo lo contrario. Cuando no colisionan sus unidades contra inermes ciudadanos, matan, como anteayer, a un joven estudiante, al que arrollaría primero debido a la alocada carrera que realizaba en las calles de Magnolia y Jorge Serrano Elías.

La titularidad de tránsito del estado sabe de la prepotencia e impunidad bajo las cuales operan los autobuseros en cuestión.
La constante de ilícitos en que se encuentran involucradas sus unidades, a decir de los registros en las agencias del ministerio público, no encuentra símil ni paralelo. Se trata del servicio de transporte humano más peligroso o por lo menos de riesgo, debido a que sus conductores corren dichas unidades a velocidades prohibidas, las condiciones mecánicas dejan mucho que desear y el común se autoprotege diciendo que la gerencia cuenta con los abogados suficientes para hacer frente a cualquier accidente, incluidas las matanzas, como la de anteayer en esta capital.
Hace dos semanas un autobusero persiguió a un automovilista, tan sólo porque éste último no le permitió pasar primero en el crucero que sirvió de pretexto para que el cafre de la línea camionera se diera a correr el autobús por numerosas calles de la ciudad, con el fin de alcanzar al automovilista, enderezarle una bravata y lanzarle escupitajos, cayendo uno de ellos en el rostro de un menor de cinco años de edad.
Y es que a los camioneros la gerencia les ha dicho que nadie les hará pagar culpas aun cuando las tenga que enfrentar el común de sus conductores, ya que el blindaje que pagan o tiene la línea ante los agentes de tránsito y su dirección general, son más que suficientes para salvaguardar el interés de la firma camionera y el nombre de sus choferes. Obviamente, la especie ha sido negada una y otra vez por las autoridades viales, arguyendo que en el caso del tráfico de influencias en dicha dependencia no tiene cabida.
Sin embargo, el que se reproduzcan los siniestros una y otra vez, a nadie le deja la menor duda de que se trata de un consorcio, el autobusero, de los más influyentes de la ciudad, que definitivamente, pese a cometer el atropellamiento de personas, causar la muerte de otras y correr las calles de la ciudad como si fueran carreras de autos, porque de otra suerte la ley habría asestado su mordisco más severo para poder evitar que se sigan cometiendo crímenes en las calles, sin ninguna atenuante y menos el órgano que los sancione.

* MILLONADA A LOS JUEGOS
CENTROAMERICANOS

A los cuatro mil 500 millones de pesos les agregarán otro monto más y poder sacar adelante las obras que reclama técnicamente la celebración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe que tendrán lugar el próximo mes de noviembre en diferentes sedes sobre la entidad veracruzana, entre las cuales destacan Xalapa, Veracruz, Córdoba, Coatzacoalcos y Tuxpan de Rodríguez Cano.
Cuando se difundió la información mencionada, a no pocos provocó que un hilillo de sudor frío recorriera sus espaldas, porque semejante conjunto de construcciones una vez que dejen de servir a los cinco mil 400 atletas que vendrán para confrontar sus habilidades, destrezas y condición física, para nada se utilizarán en eventos de carácter semejante.
Estudiantes de las más diversas escuelas y facultades de la Universidad Veracruzana coinciden en que la infraestructura de sus planteles está por caer de caduca, ya que de los 77 años que tiene la UV de haber sido fundada, cuando menos en 50 años, sus edificaciones son las mismas, ya que aulas, laboratorios, bibliotecas, áreas de juegos y otros espacios sobreviven en condiciones muy cuestionadas.
Inclusive, en las instalaciones que ocupa la facultad forjadora de nuevos licenciados en derecho, se preguntan en corrillos con docentes y sus propios compañeros de estudios, hasta qué punto será de trascendencia en que se vayan a modificar algunas aulas para poder así construir una sala de juicios orales, cuando el resto del plantel queda desmantelado por la ausencia de espacios decorosos, ventilados, puertas y ventanas aireadas y, por añadidura, con una biblioteca cuyas ediciones más actualizadas datan de hace treinta y cuarenta años.
En los últimos 30 años el programa de estudios para los juristas ha sido reformado hasta por cuatro y cinco ocasiones.
En la última se presume que se condicionó a la firma del tratado de libre comercio, que pactaron tres países, entre éstos México, pero a la fecha el mismo continúa sin consumarse en su totalidad, que ahora vienen los juicios orales, lo que dicho por despachos y juristas prestigiados del estado y el resto del país, tendrán que pasar cuando menos otros diez años para poder tener los abogados, agentes del MP y jueces del fuero común y federal capacitados para ver por la práctica consecuente con un ejercicio rápido honesto, imparcial y sin las consabidas componendas que se realizan hoy día en tribunales.
En tanto, los salones de clase, en las escuelas del común denominador, en cualquiera de sus jerarquías educativas se caen de destartalados y sin pizarrones, sin libros, sin los elementos más indispensables que una práctica didáctica demanda. Al tiempo.

* BIEN POR EL ALCOHOLÍMETRO,
¿Y CUANDO LOS REVENTONEROS?

Se vitorearon con fanfarrias los saldos que van dejando los operativos del alcoholímetro, que no obstante es uno de los procedimientos más deleznables para saber si el automovilista que cae en sus redes va borracho, pero también se soslaya que esta medida cuenta con numerosos cómplices para poder evitar que los alcance sus dientudas fauces.
Desde que se impusieron en la ciudad, cubriendo con soldados, patrulleros de policía y tránsito el corazón de la capital, igual aumentaron los antros donde la asistencia de los jóvenes es impresionante, porque además dicha concurrencia se ve acompañada muchas veces de menores de edad de ambos sexos.
Si bien es cierto que el mundo desarrollado hoy día reconoce legal y constitucionalmente la diversidad sexual, no es menos cierto que también aquí se practica, pero incluye a los menores de edad, los cuales repletan los antros, los bares y demás lugares donde se beben licores y se cuenta que se consumen además drogas enervantes.
Sin embargo, la constante vigilancia de seguridad pública y tránsito quizá haya contenido el caso de conductores drogados o ebrios en las calles céntricas de la ciudad, pero la cauda de muchachos que semanalmente consumen bebidas espirituosas y tienen otras adicciones hasta perder los sentidos, como se exhiben muchos de ellos, cuando salen de dichos lugares non sanctos al corazón de la otrora Atenas Veracruzana, dando tumbos y, por ende, muchos de ellos incurriendo en la soberbia de querer comerse el mundo de una sola bocanada.
Estos últimos suman cantidades por decenas y nadie los ataja y trata de llevar a sus domicilios cuando en brutal estado de beodez cometen tropelías a su paso con los demás transeúntes o automovilistas, pero a éstos nadie los visualiza. Una educación vial y de convivencia entre los xalapeños, como la piden los arquitectos daneses, bien valdría la pena, pero siempre y cuando se proceda a la eliminación de no pocos de los focos que contaminan al grueso de una sociedad solidaria, pero alerta, porque no todo son alcoholímetros, que se aplican más como negocio de unos cuantos, que en la realidad vayan a ver por la salud pública. Por favor.

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