La política de comunicación de la presidencia


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Llama la atención, por otro lado, el bloqueo que muchos medios de información enfrentan en materia de publicidad. Proceso es un ejemplo claro. El semanario fundado por Julio Scherer en noviembre de 1976 padece una sequía de publicidad desde hace varios sexenios, no obstante que es la revista política más influyente de México.

Por Ricardo Ravelo Galo

—Negar publicidad a medios críticos.

Retrasar los pagos durante meses.

Manga ancha para los aduladores del poder.

 Ricardo Ravelo
Por Ricardo Ravelo Galo, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Resulta muy interesante el editorial que el periódico La Jornada publica en su edición del viernes 19, en el que critica puntualmente no sólo el manejo parcial del gobierno con respecto a la publicidad en los medios de comunicación sino la falta de pagos por parte de las dependencias gubernamentales.

Sin duda, ambos problemas —la falta de publicidad y el nulo pago de la misma— ha golpeado severamente las finanzas de muchos medios de comunicación, obligando a los periódicos y revistas a reducir sus tirajes, ajustar páginas, modificar la calidad del papel y, en el peor de los casos, a despedir a reporteros, editores y a trabajadores en general.

Aunque el presidente Enrique Peña Nieto dijo en su informe —y lo ha pregonado por doquier— que el país no está en crisis y que no hay recesión, nadie se explica por qué las dependencias gubernamentales tardan tanto tiempo en pagar la publicidad.

La Secretaría de Hacienda, por ejemplo, responsable de administrar los dineros públicos, tarda entre tres y cinco meses en pagar una plana de publicidad de ochenta mil pesos. Eso sí, nadie se quita de encima el acoso de Hacienda por el retraso en los pagos de los impuestos y otras responsabilidades fiscales de los contribuyentes.

Las fechas de pagos no se respetan. Si se fijan para un día, de buenas a primeras pasan el cumplimiento del compromiso para dentro de un mes, dos o hasta tres meses bajo el argumento de que no hay dinero.

En el Senado de la República, por ejemplo, el área de Comunicación Social disponía hasta julio del presente año de un aproximado de 200 millones de pesos para gasto de publicidad, pero el área de Comunicación Social no tenía autorización para gastar un solo peso hasta que el equipo de senadores responsables de esas decisiones diera la llamada “luz verde”.

—¿Por qué no se ejerce el presupuesto? —se le ha preguntado al jefe de comunicación social.

—Porque se argumenta que en el pasado hubo muchos abusos y que ahora se trata de cuidar los recursos.

—El hecho de que a la mitad del año no se ejerza el presupuesto, sin duda también constituye una forma de abuso, pues todo esto causa crisis financiera en los medios informativos que vivimos de la publicidad. Otras dependencias como la Secretaría de Educación Pública, El Conaculta, entre otras, trabajan a marchas forzadas para gastarse en tres meses el presupuesto de un año, con planes de publicidad al vapor tanto en medios impresos y electrónicos que poco benefician por la falta de planeación.

Llama la atención, por otro lado, el bloqueo que muchos medios de información enfrentan en materia de publicidad. Proceso es un ejemplo claro. El semanario fundado por Julio Scherer en noviembre de 1976 padece una sequía de publicidad desde hace varios sexenios, no obstante que es la revista política más influyente de México.

Para el gobierno eso no importa. La publicidad se sigue manejando por intereses. Quien critica al presidente, no tiene ni tendrá publicidad; quien adule y elogie sus “logros” no enfrentará problema alguno. Esa parece ser la regla que se marca desde Los Pinos y desde la Secretaría de Gobernación, donde se concentran las decisiones para asignar la publicidad a los medios.

Con toda esta política fallida de comunicación, que en nada ayudan al gobierno, se genera una aguda crisis en los medios pero también se lanza un mensaje permanente: hay que alinearse con el poder, para poder obtener publicidad.

Nada más aberrante para los medios críticos, y que por la historia hacen un periodismo de fondo crítico y cuestionativo, que los medios que ya se arrastran con el poder, como Televisa, no tienen problemas aunque nadie les crea nada.

La pregunta se impone: ¿Para qué quiere Enrique Peña Nieto una prensa alineada? ¿Para qué le sirve al gobierno y a la sociedad un periodismo servil y lisonjero? ¿Qué no les basta con lo que hace Televisa las 24 horas del día durante los 365 días del año?

¿Para qué quiere el presidente que los periódicos y revistas adulen y elogien y reconozcan lo que a todas luces está mal? El país está en la bancarrota. ¿Hay que decir que estamos en la más alta bonanza para tener derecho a la publicidad? ¿Hay que escribir que el gobierno de Peña Nieto es el mejor y que este país será boyante con las reformas estructurales?

Pues quien ha diseñado esta política de comunicación autoritaria se equivoca. Falta mucho sentido, mucha estrategia para poder llevar las riendas de una política de comunicación que no está a la altura del país y que más bien se parece a las imposiciones y negativas que día a día se enfrentan los estados más atrasados del país o en el más alejado de los municipios, donde nadie protesta, exige y ni cuestiona nada.

Eso es política ramplona, pueblerina. No es la política de comunicación social que el presidente necesita. No es guardando y escondiendo los recursos como se hace mejor política de comunicación social. La mejor política en este sentido es la que abre los espacios a las ideas, al debate, la que permite que la sociedad se informe y se enriquezca para normar y formar criterios. Así se construye la opinión pública y de ninguna manera imponiendo una suerte de Ley mordaza, negando la publicidad —y retrasando los pagos— para obligar a los medios a que hablen bien del inquilino de Los Pinos.

Ese es el rostro del PRI de siempre.

Es el PRI en el poder que no tolera la crítica

Enrique Peña Nieto y su equipo de trabajo en el área de Comunicación Social deben de entender que ya no están en el Estado de México. Ahora gobiernan el país. Ojalá les quede claro.

Publicado en: http://www.revistavariopinto.com/vblogger.php?id=219

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