Por Rodolfo Calderón Vivar
Tras la actitud en pie de lucha de los estudiantes del Instituto Politécnico, que movilizó a miles de indignados politécnicos por las reformas que verticalmente estaba imponiendo la cúpula directiva de la institución, encabezada por la Dra. Yoloxochitl Bustamante, a través de una nuevo reglamento y una reforma a los planes de estudio, carente de consenso entre las comunidades académico estudiantiles, el gobierno federal, representado por el Secretario de Gobierno, Miguel Angel Osorio Chong, recibió en pleno mitin callejero a líderes y estudiantes en protesta y les garantizó que su movimiento era legítimo y que tendrían una pronta respuesta a sus demandas, previa revisión punto por punto de sus demandas.
Poco más de 25 mil estudiantes, mirando hacia el templete que el Sindicato Mexicano de Electricistas prestó para el encuentro en las afueras de la Secretaría de Gobernación, escucharon como el propio funcionario federal leyó el pliego petitorio que le llevaron los dirigentes del movimiento, en una situación que contrastó radicalmente con las posturas de otras niveles de gobierno, estatales y municipales, que entraron a una recta de confrontación total y represión contra las protestas sociales, como es el caso de los trágicos sucesos del estado de Guerrero, donde estudiantes fueron masacrados por las autoridades, sin ninguna misericordia ni reconocimiento de la legitimitidad de su derecho a expresarse.
De que el gobierno federal está dispuesto a escuchar las protestas estudiantiles de una manera inédita en la historia del país, no quedará la menor duda cuando muy pronto deje de ser directora del Politécnico Nacional, la Dra. Yoloxóchitl Bustamante, quien nunca llegó a comprender que su posición en el encargo de la renombrada institución universitaria tenía doble función, una académica y otra política. Pretendió que su labor como dirigente era eminentemente académica y que las reformas que estaban por imponerse, tenían argumentos académicos suficientes (calidad, flexibilidad, acreditación, competitividad e innovación educativa) que solo tenían en contra intereses políticos .- así lo declaró ante la conductora del noticiero de canal 11, Adriana Pérez Cañedo, en días pasados) que de manera externa querían desestabilizar al Politécnico Nacional. Esta actitud evidenció la arrogancia de quien antes que dialogar, pretendió descalificar el movimiento, echando más combustible al fuego de las protestas estudiantiles.
Que 25 mil estudiantes de 44 escuelas de esa universidad se levanten en pie de lucha contra la decisión de una funcionaria de ese nivel, solo evidenció la escasa capacidad política y de liderazgo de la funcionaria universitaria. Obviamente, había fallado su equipo al no detectar ni amainar a tiempo la ola de inconformidades levantadas en sus comunidades académico estudiantiles por los cambios inducidos a los planes de estudio y reglamento del IPN, con las consecuencias del desborde de la protesta que llegó hasta las puertas del gobierno federal, en el contexto de una aniversario más del 2 de octubre, fecha ya de por sí cargada de simbólico resentimiento contra el estado mexicano.
Históricamente, este movimiento se convierte en una coyuntura que llena de energía intensa a las grupos estudiantles de una de las universidades públicas más emblemáticas del país. Es un movimiento organizado de tal forma que, al menos en la marcha del día 30 de septiembre, mostró orden y control para no dejar entrar entre sus filas a provocadores que los hubo, pero fueron rechazados y expulsados del marcha. Además, inusitadamente, toma una bandera olvidada por gran parte de las universidades públicas del país, la de dar importancia de la formación universitaria al compromiso con la patria y no a únicamente a los intereses del capital privado, como hasta ahora se han manejado las líneas de vinculación hacia el exterior del sector superior del país. En el documento del pliego petitorio, leido por Miguel Angel Osorio Chong, ante la multitud estudiantil, uno de los puntos así lo destaca.
También, el pliego petitorio rebasa las expectativas particulares del movimiento, para asumir una bandera nacional de la educación superior y, con audacia, pedir que un 2 por ciento del PIB sea asignado presupuestalmente para la educación superiora a nivel federal, en sus funciones sustantivas de docencia e investigación, cifra que rebasa toda expectativa hasta ahora planteada por un movimiento universitario a nivel nacional.
Destaca también en dicho pliego, leido por Osorio Chong, la propuesta de que las decisiones tomadas para el cambio en el Instituto Politécnico Nacional se democraticen a través de organismos de participación académico estudiantiles diferentes a los actuales, totalmente verticales y controlados por la burocracia universitaria. Indiscutiblemente, de la respuesta que de Osorio Chong al pliego petitorio del Instituto Politécnico Nacional el próximo viernes, como se acordó en el mitín al aire libre que tuvo con los miles de manifestantes, vendrán grandes cambios en la forma de gobierno no solo del IPN sino de todas las universidades públicas del país, hasta ahora espacios administrados de manera muy vertical por cúpulas de poder casi intocables. El gobierno federal, sin duda, aprovechará esta sinergia para comenzar a incidir en nuevas formas de elevar la calidad del sistema educativo superior mexicano, tan opaco y tan arrogante en su administración, como lo demostró la actitud de la directora del Instituto Politécnico Nacional, Dra. Yoloxóchtil Bustamante, hoy en desgracia pública.
EfACICO 