
Por Héctor Saldierna Martinez

Diversos acontecimientos a nivel nacional muestran esquemáticamente que no hay control y que los frágiles hilos del sistema político mexicano no tienen la suficiente firmeza que les permita una conducción adecuada de una nación que navega a través de la inconformidad, fragilidad y la ausencia de democracia y de justicia social.
Capítulos que ya se creían hace algún tiempo que estaban superados, resulta ahora que hemos retrocedido en buena medida y que un país que había llegado a los doscientos años de independencia, se encuentra ahora, paradójicamente, viviendo una traumática experiencia de gobernabilidad.
Este año ha sido particularmente difícil. Mientras que la autoridad federal estaba obstinada en lograr la aprobación de unas reformas estructurales a través del congreso de la unión, paralelamente fue descuidando varios aspectos que tienen que ver con los controles internos y la gobernabilidad, ahora más dúctil que en otro momento.
A las condiciones de inseguridad que distinguen a una buena parte del territorio nacional se han sumado ahora la desaparición de 58 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en el Estado de Guerrero, donde la policía sostuvo un enfrentamiento con un grupo de alumnos, cuyo saldo ha sido de 6 muertos, 17 heridos y los 58 desaparecidos por la misma policía municipal y que podría ser el principio del fin del gobernador Angel Aguirre.
A este escenario en esa entidad, que ha sido permanentemente conflictiva, se sumó también el asesinato del secretario general del PAN, Braulio Zaragoza, en el paradisíaco puerto de Acapulco que también en los últimos años ha vivido un auténtico infierno por la colusión de intereses de grupos criminales.
A estos hechos se encuentra también en la palestra el asunto de los muertos de Tlatlaya, donde militares ejecutaron a 22 personas y que ya llegó el tema a elevados niveles de la Organización de las Naciones Unidades, la que pide haya esclarecimiento y castigo a los culpables de tales ejecuciones.
Este hecho criminal había sido ocultado e incluso la Procuraduría General de Justicia en el Estado de México había dado una versión muy diferente, pero la evidencia de los hechos los ha llevado a otros niveles.
Obviamente este conflicto también abre otras puertas de inconformidad y que es de los mismos militares que manifiestan que no son los más indicados para enfrentar al crimen organizado, tal como se filtró a través de redes sociales.
Es decir, es la primera ocasión que surge la versión sobre el descontento que tienen las fuerzas armadas sobre la tarea que les asignaron desde el gobierno de Felipe Calderón, toda vez que la misión del ejército es la defender al país de cualquier agresión del exterior, pero que no tiene las facultades constitucionales para enfrentar a los cárteles de la droga.
REVUELTA DEL
IPN
Como sí esto no fuera todo, en la ciudad de México cerca de 30 mil estudiantes del Instituto Politécnico Nacional marcharon este lunes hacia el emblemático casco de Santo Tomás para manifestar su descontento en torno al nuevo reglamento interno que se les pretende endilgar.
En términos generales, se desprende que tal reglamento propiciaría que los estudiantes de las vocacionales que pertenecen al IPN tendrían la categoría de técnicos, pero no de ingenieros como establece la currícula. En consecuencia, miles de estudiantes salieron a las calles para defender sus derechos y que en, en su ruta de indignación, se les han sumado estudiantes de la UNAM de la UAM y otras instituciones educativas.
Este viernes próximo, el secretario de Gobernación, Miguel Osorio, se comprometió a tener una respuesta categórica que demandan miles de alumnos que llegaron a las oficinas de la Secretaría. Desde 1968 no se había observado tal número de estudiantes que protestaban en contra de una acción oficial, por lo que estarían calando a la autoridad federal.
Será muy importante conocer la actitud de la administración federal a través de la Secretaría de Gobernación, elegida como autoridad rectora en lugar del secretario de Educación Pública, Emilio Chuayfett, que sería el corresponsable de otorgar una respuesta a los estudiantes indignados.
LIDERES ACOSADOS
Como que existe una campaña mediática, perpetrada desde luego desde círculos oficiales, para exhibir ante la opinión pública la manera en que viven los dirigentes sindicales. Se han presentado una serie de reportajes por medios impresos y en la web, donde ha aparecido el dirigente del SUTERM, Victor Fuentes, a quien le exhiben en un vehículo de 2 millones de pesos y que a la salida de su oficina le esperan un grupo de bellas chicas, jóvenes y adultos para solicitarle un empleo en la CFE.
El segundo en la lista ha sido ahora Rafael Riva Palacio, dirigente del sindicato del Infonavit, a quien le acreditan cobrar una cantidad superior a la que percibe Enrique Peña Nieto. Es decir, más de 120 mil pesos mensuales, además que le gusta obsequiar boletos de cruceros a sus favoritos.
¿Cuál será el siguiente dirigente sindical exhibido?. Y, por otra parte, cuál es el objetivo siguiente. ¿Su destitución?. Es importante conocer cuál es la estrategia tras bambalinas, sobre todo en momentos en que vendrá una fuerte inversión extranjera y que podría suponer que se busca limpiar el camino para que empresas foráneas no tengan problemas de carácter sindical y más bien, se encuentren con líderes a modo que les permitan todo tipo de maniobras y no les obstruyan las captaciones de recursos económicos, sin perjuicio a sus empresas, pero sí en detrimento del interés de los trabajadores mexicanos.
EL PESO EN PROBLEMAS
En estas últimas semanas el peso ha tenido problemas de depreciación. Desde 2008 la economía nacional no ha podido recuperarse. Los gobiernos priístas han cargado lamentablemente con el estigma de la devaluación. En 1982 con José López Portillo y en 1994 con Ernesto Zedillo. En 2008, también Felipe Calderón probó el acíbar de la devaluación al llevar al peso hasta los 14 en relación al dólar.
Y hasta la próxima.
