Una de las obras emblemáticas de la arquitectura hospitalaria de la modernidad en México se ubica en un entorno que ahora puede parecer insólitoEn la década de 1950 fue una escuela de maestros pero ahí tambien servia de internado para los alumnos, de los cuales se dice que eran adinerados, pues el edificio tenia todo, como dormitorios, salón de baile y aulas.
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Un desafio que obliga a un llamado al compromiso, el apoyo y la participación de entidades gubernamentales, educativas, universitarias y académicas sin cuya participación el proceso de deterioro progresivo habrá de continuarLa importancia del rescate, rehabilitación y puesta en uso de una obra emblemática de la modernidad arquitectónica para México y en particular para el Estado de Veracruz, y de su creador, Mario Pani, constituye un reto de formidables proporcionesFue en Perote donde la Normal se constituyó como todas las demás de su tipo en el país, en el apoyo y sustento de la llamada reforma educativa y el plan de once años, primero y único proyecto serio para llevar la educación por senderos de superación que se ha realizado en México y que tuvo el aval de la capacidad incuestionable de entonces el Ministro de Educación, Jaime Torres Bodet.Hace ya casi 44 años, en una acción relámpago, fuerzas regulares del Ejército Mexicano tomaron por asalto el edificio que ocupaba la entonces Escuela Normal Rural “Enrique Rodríguez Cano”, en Ximonco, comunidad enclavada en las faldas del Cofre de Perote.La ocupación, sin resistencia alguna de los pocos alumnos que habían quedado en la institución a causa de no haber contado con recursos económicos para trasladarse a pasar sus vacaciones a sus lugares de origen, se convirtió en un desalojo con carros de mudanza que trasladaron todo el equipo y mobiliario de oficinas, así como sillas y pizarrones de las aulas, la maquinaria de los talleres de carpintería y de la lavandería.Los instrumentos de laboratorio,-así como las pesadas literas cuádruples de los dormitorios- que bajaron de cada uno de los siete pisos que formaban el cuerpo del edificio para trasladarlo todo a las bodegas de la Secretaria de Educación Publica en la Ciudad de México y a las escuelas Normales de otros estadosLo poco que quedó, sin importancia para los militares, fue incinerado en una gran fogata en cuyas llamas se pretendió borrar todo el archivo de la institución así como toda documentación que acreditara el paso de las 13 generaciones de alumnos que habían cursado allí sus estudios de la normal primaria.
Reportaje gráfico de Mario Jesús Gaspar Cobarrubias
Fotografía de Mario Jesús Gaspar Cobarrubias, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad VeracruzanaFue en Perote donde la Normal se constituyó, como todas las demás de su tipo en el país, en el apoyo y sustento de la llamada reforma educativa y el plan de once años, primero y único proyecto serio para llevar la educación por senderos de superación que se ha realizado en México y que tuvo el aval de la capacidad incuestionable de entonces el Ministro de Educación Jaime Torres BodetLa clausura de la oportunidad de crear verdaderos maestros de solida preparación nacionalista y formación universal que motivaron los cambios en las comunidades rurales, con iniciativa y, sobres todo, con amor a la empresa de educar y la certeza ineludible de que es ese el único medio de alcanzar la libertad de los hombres en el trabajo y el esfuerzo bien aprovechadoDicen que lo ultimo que cayó de las paredes de aquel viejo edificio de la Normal durante la ocupación fue el escudo, que pregonaba el lema de las generaciones de maestros que en esta escuela se formaron.