Escenarios: «Yo, el Supremo»


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De vender cocadas y longaniza en el Papaloapan, Fidel Herrera está a punto de amacizar el Maximato jarocho, el país, Veracruz, de un solo hombre…

Por Luis Velázquez Rivera

•Yo, Fidel Herrera
•Yo, el jefe máximo

I

Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Luis Velázquez Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (Desde el puerto de Veracruz)

Igual que fue descrito en Tirano Banderas (Ramón Valle Inclán), El otoño del patriarca (Gabriel García Márquez), El señor presidente (Miguel Ángel Asturias), La fiesta del Chivo (Mario Vargas Llosa) y Yo el supremo (Augusto Roba Bastos), los políticos perpetuados en el ejercicio del poder absoluto, Fidel Herrera sueña con su Maximato jarocho.
Igual que el comandante Hugo Chávez iba para los 20 años en el poder en Venezuela…
Y el matrimonio Kirchner, para los doce en Argentina…

Y Adolfo Uribe para ocho en Colombia…

Y Rafael Correa para los diez en Ecuador…

Y Evo Morales para los diez en Bolivia…, el góber fogoso ha cumplido diez años en el poder jarocho y llegará a los doce hacia el año 2016, y a partir de ahí, irá, primero, por la mini/gubernatura, para alcanzar los 14, y luego enseguida por la de seis años para acumular 20 años.

Por eso, uno de sus libros de cabecera ha sido “La fiesta de El Chivo”, donde Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, retrata a su antepasado cuenqueño… en la República Dominicana, Rafael Leónides Trujillo, aquel presidente que ejercía, entre otros derechos, el derecho de pernada hasta con las esposas de su gabinete legal y ampliado.

Incluso, Evo Morales retrata la transformación neurológica, psicológica y psiquiátrica que experimentan todos los hombres del poder, pues años anteriores, cuando iniciaba, dijo que con él… “nunca habría la borrachera del poder”.

Y ni hablar, años después terminó haciendo lo mismo que criticaba, de igual manera que, por ejemplo, el héroe civil más limpio de la historia, junto con Francisco I. Madero,

 

Benito Juárez, llegó a 14 años de reelección como presidente de México y gracias, muchas gracias a la angina de pecho que lo llevó a la muerte pudo salvarse para la historia.

Dueños del poder, es decir, del día y de la noche, del presupuesto oficial, más los negocios lícitos e ilícitos, cortejados por mujeres y hombres, el político, además de volverse sexy y creer que se debe a su ligue, llegan a creerse y sentirse dioses.

Por eso la locura del Maximato en Fidel, el niño que vendía cocadas y longaniza en la Cuenca del Papaloapan para ayudar a su madre y abuela en el gasto familiar, y cuando la venta era baja declamaba poemas a las señoras para una limosnita.

El niño indígena Evo Morales también levantaba los panes que desde un autobús le tiraban los pasajeros al pasar por su pueblo.

II

Fidel, cierto, sigue empujando su Maximato.

Quiere borrar de la historia a Plutarco Elías Calles y Antonio López de Santa Anna.

Y, bueno, se trata de una actitud normal en un político que trascendió más allá de la pobreza y la miseria de su pasado y por eso, incluso, merece que la UPAV, Universidad Popular Autónoma de Veracruz, lo declare doctor Honoris Causa, en una ceremonia en el Poder Legislativo, siempre y cuando blinden el edificio para evitar que algún enfurecido por ahí le tire güevazos como ocurriera con Adela Micha.

Así, la UPAV le haría justicia, y más porque el profe Guillermo Zúñiga Martínez fue su maestro de oratoria en los jardines del Seguro Social.

Y más porque Fidel ha rebasado por completo a Fernando Gutiérrez Barrios, quien impuso a Dante Delgado de sucesor y a Fernando López Arias, quien heredó el poder a su amigo Rafael Murillo Vidal.

Y más porque de continuar así estaría a punto de alcanzar a Miguel Alemán Valdés, quien también designó a sus legítimos sucesores: Fernando Casas Alemán, Jorge Cerdán Lara, Adolfo Ruiz Cortines y Marco Antonio Muñoz Turnbell.

Sólo las mentes prodigiosas alcanzan tales niveles políticos.

Claro, una cosita es tener y controlar los hilos del poder público, y otra, años luz de distancia, que los pobres y los jodidos sean beneficiados en su calidad de vida…

Publicado en: http://blog.expediente.mx/nota.php?nId=9049

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