
Un tema añejo y complejo el del Centro Histórico de Veracruz. La mayoría de los propietarios del los inmuebles históricos son de gente pudiente en el puerto, otros no viven en el país y otros más ya fallecieron.
Los propietarios -aunque son de familias adineradas- prefieren que los edificios caigan para sólo invertir en lo nuevo que se tenga que construir, mientras tanto todo se lo dejan al tiempo, pues siendo patrimonio históico, no tienen permitido hacer modificaciones sustanciales que les permitan alquilar.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) responsable de preservar el patrimonio tangible e intangible en Mexico, siempre responderá que su responsabilidad es de vigilancia, protección y de proyectiva, y no de inversión. Que asesora y planea siempre y cuando haya recursos.
Por su parte, diversas administraciones municipales han implementado programas de rescate de centro histórico, que no es más que pinta de fachadas. Programas que utilizan recursus públicos municipales para inyectarlos a inmuebles que tienen dueños que no son precisamente pobres, algunos millonarios.
Tanto en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos como en el Reglamento del Centro Histórico de Veracruz únicamente existen sugerencias de mantener en estado óptimo el patrimonio edificado, además de que no represente riegos para el transeúnte. De tal manera que no hay normatividad que estipule una obligatoridad clara y precisa para los propietarios, y el resultado es lo que vemos en nuestro centro histórico en ruinas, lamentable en una ciudad de casi 500 años.

