60 Segundos: * CARLOS PADILLA, EX ALCALDE DE XALAPA


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Carlos Padilla Becerra no es originario de estas tierras, pero cuando llegó a ellas se enamoró de su tradición, pasado histórico y su clima y paz provinciana. Vino con el grupo de los boyscouts, como uno de sus miembros más. Corrían los días del gobierno que encabezaba Rafael Hernández Ochoa y de alguna manera se apersonó en palacio de gobierno, seguramente alentó sus aspiraciones políticas y lo designaron director del DIF estatal

Por Raúl González Rivera

 

  • Pero de los 43, no hay nada
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Como un «gran avance», dijeron autoridades policiacas la detención del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y de su esposa María de los Ángeles Pineda, pero sobre el paradero de los 43 estudiantes normalistas las cosas siguen igual o peor, porque si atraparon a la «pareja imperial» y las culpas de la histórica desaparición se imputa a ambos, cómo es que no se sepa todavía nada sobre aquéllos.

Mientras tanto, ayer inició un paro nacional de estudiantes universitarios y de escuelas privadas y públicas también de todo el país.
Inclusive, la facultad de derecho, dependiente de la Universidad Veracruzana, pese a que sus directivos pretendieron contener la ola de la protesta, no pudieron con la acción cuerda y a tono con su condición de universitarios también, así que ayer tempranito tomaron instalaciones del plantel, desalojaron al personal administrativo y de base.
Explicaron los mandos de esta movilización, que con esta nota se suman a la queja nacional y reclamo porque aparezcan los 43 desaparecidos.
Por otro lado, si importante es la aprehensión del matrimonio Abarca-Pineda, no es menos cierto, que si fueron ellos quienes ordenaron a los policías bajo su mando la entrega de los muchachos a fuerzas de la delincuencia organizada, tendrían ya que haber hecho tal confesión a los fiscales federales y a estas alturas sus huestes tendrían que estar buscándolos en los puntos previamente pactados por el ex edil de Iguala.
Si los detenidos se niegan a abordar el tema, la importancia de su aprehensión se reduce a puro talco.
Lo que millones en todo el mundo quieren saber, es dónde están los 43 normalistas, o como dijo la madre de uno de ellos a las disciplinadas cadenas televisivas nacionales: que nos digan en dónde están, muertos o vivos, pero queremos verlos.
En un sistema tan increíble como es el mexicano, lo que el común espera es la reaparición de los normalistas, y si la aprehensión de la «pareja imperial» no los trae, deja de impactar en la conciencia de propios y ajenos en este país.
Aunque es de sospecharse que el suceso da para más y los responsables de este crimen de lesa humanidad, como internacionalistas, comienzan a calificarlo que podría darse, son algunos más de los connotados perredistas, que siguen bajo un buen resguardo confiando en que las ligas que los conectan a José Luis Abarca se vuelvan invisibles. Esperemos.

* NI CON LUPA, SI
SON MALOSOS

La dirigencia estatal del PRI viene pregonando que buscará candidatos a las diputaciones federales, pero que para hacerlo primero los someterá a un escrutinio prácticamente con lupa, a efecto de saber que se trata de ciudadanos honestos, transparentes, sin nexos con las mafias y mucho menos que ostenten una riqueza personal, sin conocerse sus orígenes.
Obviamente, esto es como pedirle peras al olmo o un regalo a Santa Claus, cuando el bebé tiene máximo cinco años, porque más tarde, es menos que imposible que se convenza de la real existencia del gordo, barba blanca y que se ríe como loco.
Sobre la identidad y bolsillos de los aspirantes, todo puede pasar. Acaso José Luis Abarca en Iguala no aprobó el examen de honestidad, claro que sí, y cuando creyeron que andaba metido en las andadas le buscaron y no le encontraron, rezan las mismas instancias del poder público, que ahora lo meten en chirona.
Y cuántos de los 212 alcaldes de turno sobre tierras veracruzanas, eran aparentes blancas palomas y a un año de distancia sus vidas materialmente cambiaron en extremo. Muchos son adinerados, dueños de ranchos, fortunas personales calculadas en millones de pesos, con serios sangrados financieros en las finanzas públicas a su cargo; señorones de horca y cuchillo muchos de ellos, ignorantes de que la función pública es un compromiso social eminentemente y al menor rasguño tendrían que arrojar a borbotones la porquería en que están metidos hasta los codos.
Y si usted se va tan sólo tres, seis o nueve años atrás, se encontrará con verdaderos ejemplos émulos de José Luis Abarca, o quizá en sonados ejemplos lo rebasaron por amplísimo margen. Y quién dice algo, absolutamente están protegidos y blindados.
Cada tres años es lo mismo, se anuncian planes y acciones para transparentar sus existencias, pero a la postre todo cuanto supieron de sus trayectorias anteriores, quedó en el anonimato. Sólo si cometen alguna pillería que trasciende a la vida pública, es cuando se accionan los dardos venenosos que los dejan en despoblado, porque ahora nadie es amigo, ni socio, ni conocido de José Luis Abarca.
Hay un centenar de pesquisas que se siguen en contra de ex ediles veracruzanos en y de sus casos han abordado historias impresionantes la contraloría estatal, el Orfis y la procuraduría general de justicia, en respuesta de que los señores diputados detectaron y expusieron las cuitas de ex servidores públicos, por caso, con la construcción del famoso túnel sumergido de Coatzacoalcos, en donde se invirtieron miles de millones de pesos, pero la obra está inconclusa y hasta el momento, pese a las denuncias públicas y penales presentadas, ningún tinglado ha sido tocado para aplicar la ley y atrapar a los visibles responsables de estos poderosos atracos que se cometen y se siguen haciendo, con recursos provenientes de los impuestos que pagan los contribuyentes veracruzanos.
Por todo esto, cuando la ex alcaldesa también, Elizabeth Morales García, actual dirigente estatal del partido tricolor, advierte que serán auscultadas las vidas públicas de los aspirantes a cargos de diputados federales, muchos lo encuentran como un sueño guajiro o de buenas y hasta quizá sanas intenciones. Pero de ello al hecho, hay un trecho tridimensional. No se dude.
Basta echar un vistazo en torno a la vida en común de su municipalidad, para que usted pueda descubrir cuántos ex alcaldes enanos se transformaron en gigantes, como políticos mañosos, adinerados, soberbios, a cambio de sus orígenes de sencillez, afectos a ver por la gente del pueblo y después, ¡pamplinas! Soberbios y por ende implacables con los débiles, sumisos y serviles ante el poderoso. Pero ratas, al final del día.

* CARLOS PADILLA, EX
ALCALDE DE XALAPA

Carlos Padilla Becerra no es originario de estas tierras, pero cuando llegó a ellas se enamoró de su tradición, pasado histórico y su clima y paz provinciana.
Vino con el grupo de los boyscouts, como uno de sus miembros más. Corrían los días del gobierno que encabezaba Rafael Hernández Ochoa y de alguna manera se apersonó en palacio de gobierno, seguramente alentó sus aspiraciones políticas y lo designaron director del DIF estatal.
Como tal, al lado de una ejemplar primera dama, como fue Teresita Peñafiel de Hernández Ochoa, el abogado de profesión Padilla Becerra, pronto aligeró su estancia con el conocimiento que adquirió de esta entidad. Por eso dijo, al abordar el tema de los próximos Juegos Centroamericanos, que Veracruz tendrá la oportunidad de mostrar a los tantos países que vendrán a la justa, su historia, tradiciones y sabores.
Su vida política no se detuvo en el DIF, así que ya como hijo adoptivo de Xalapa, Carlos Padilla buscó la candidatura del PRI a la presidencia municipal y la obtendría sin mayores complicaciones. Entonces la oposición era tan reducida, que no se veía ni se sentía, para parafrasear al politólogo, uno de los tres que tuvo el PRI en sus años de enorme poderío en la conciencia de los mexicanos.
Ya como alcalde, Padilla Becerra emprendió una amplia obra que en las entonces 50 colonias periféricas de la ciudad, aún recuerdan quienes conocieron al entonces edil. Empero, con la gestión de presidente municipal a mitad del camino, le sorprendería el cambio de gobierno estatal. Se fue don Rafael Hernández Ochoa y arribaría Agustín Acosta Lagunes.
Obviamente, como suele ocurrir en la política a la mexicana y quizá a eso se deba el rezago ancestral en lo que hace al crecimiento material de este país, pero Padilla Becerra, también pagó los platos rotos de un pastel, que ya no era, como cuando ascendió al DIF estatal.
El gobernador emprendió una cacería singular contra los políticos no adictos a su gestión y hasta sus afectos personales. Padilla Becerra no se disciplinó, así que hubo que abandonar el cargo de presidente municipal, prácticamente. El gobernador no te quiere, le dijeron amigos suyos.
Y por botón de muestra, para las familias xalapeñas, Carlos Padilla había inaugurado la apertura del parque zoológico de Los Tecajetes, un espacio que recibía a cientos semanalmente. Había animales salvajes en cautiverio de mar y tierra, vegetación copiosa y una piscina en su centro, los juegos mecánicos y la algarabía de niñas y niños que acudían todos los días que podían con sus papis.
Desde entonces Carlos Padilla se fue de la ciudad para no volver, hasta estas fechas, en que tendrán lugar los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
A propósito, el hermoso parque zoológico que fue, don Agustín Acosta se encargó de desaparecerlo y cerrarlo como tal. Empero, Padilla no deja de ser político y el más carismático de los ex alcaldes, cuando habla de las bondades de que goza su terruño adoptivo y referirlo bajo esa apreciación en este su retorno obligado como autoridad del deporte a Xalapa.

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