¿El ocaso de Peña Nieto?


enriquepeñanietoPor Ricardo Ravelo Galo

  –La palabra presidencial, sin credibilidad

            –La impunidad campea por doquier

            –Parecen los aciagos tiempos de López Portillo

Por Ricardo Ravelo, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Ricardo Ravelo, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Los escándalos de corrupción desatados a raíz de que salió a flote la “casita” de la pareja presidencial -una residencia de 7 millones de dólares, según un avalúo independiente -, así como la ineficacia del gobierno para hallar a los 43 normalistas desaparecidos, parece colocar al presidente Enrique Peña Nieto en una crisis política y de credibilidad sólo comparada con el sexenio de José López Portillo, en cuyo gobierno el país fue saqueado hasta la saciedad.

Un presidente sin credibilidad y envuelto en la corrupción, es un presidente muerto. ¿Será este el ocaso de Peña Nieto cuando apenas han transcurrido dos años de su mandato?

El presidente habla de fuerzas oscuras que pretenden desestabilizar a su gobierno. ¿Acaso él no ha afectado muchos intereses? Los empresarios mexicanos están molestos por la Reforma Hacendaria; otros más están enardecidos por las reformas estructurales porque, aseguran, sólo abarataron al país.

Y lo grave también es el maltrato y la política perversa que se ha utilizado en contra de los medios de comunicación críticos. Cero publicidad, acciones perversas de no pagar a tiempo la publicidad, generando verdaderos colapsos financieros con costos humanos muy altos.

Y qué pensaba usted, señor presidente: ¿Qué esas fuerzas (no oscuras, parecen ser muy claras) le iban a perdonar semejantes atropellos? Si eso pensaba, pues ¡qué ingenuo es usted!

Gobernar es una tarea difícil, nadie lo duda, pero cuando el poder político se utiliza para afectar intereses sociales e imponer los de la cúpula del poder, pues sobrevienen los revanchismos.La crisis del país, como ya se dijo, rememora los tiempos oscuros de López Portillo. En el sexeniolopezportillista, la debacle llegó casi al final de su mandato, cuando salió a la superficie la residencia de la Colina del Perro, el saqueo de recursos y las cuentas multimillonarias en el extranjero; cuando el precio del petróleo cayó en el momento en que México dejó de estar sujeto al crédito internacional por las mentiras encontradas con las llamadas reservas probadas del petróleo que en realidad eran reservas probables.

Esos tiempos aciagos parecen regresar ahora con el presidente Enrique Peña Nieto: el país sigue paralizado, pues la economía está en bancarrota; el narcotráfico, desatado por todas partes, sigue haciendo de las suyas y pudre cuanto toca; la violencia campea por doquier sin que haya un dique de contención; las policías siguen sumidas en la corrupción y en el narco al igual que decenas de políticos que han resultado implicados en el crimen organizado.

Para colmo de males, el Ejército fusila a inocentes y eso no es todo: según las declaraciones que hizo el general José Francisco Gallardo Rodríguez a Variopinto –cuya entrevista íntegra aparecerá en la edición impresa de diciembre –el Ejército también participó en el operativo criminal que derivó en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, caso hasta la fecha impune.

¿Dónde estamos parados realmente? ¿Quién nos gobierna? ¿El narco? ¿Un presidente inepto y corrupto? ¿Un narco en la Resulta insoslayable la arrogancia de la primera dama, Angélica Rivera, para explicar los pormenores respecto de la residencia de Las Lomas que, dice, adquirió con recursos propios.

Con toda honestidad, ¡no le creemos!

Esto ha desatado una serie de críticas y vapuleos en contra de la pareja presidencial porque nadie se traga el cuento de que esa mansión de 86 millones de pesos fue adquirida con dinero propio. La gente piensa que es producto de la corrupción.

Tras regresar de China y Australia, el presidente, enfundado en un nuevo discurso, amagó con usar la fuerza para contener las protestas de repudio en contra de su persona y del gobierno que encabeza.

En realidad el colapso que enfrenta el país pareciera que ocurre al final de un mandato fallido. Pero no es así: se presenta en los primeros dos años, los cuales bastaron para poner la palabra del presidente en entredicho ante todo el mundo, pues su imagen está más que mancillada.

Las protestas, sin duda, continuarán por todo el país. Es jueves, por ejemplo, y estudiantes de toda la República llevan a cabo una marcha de protesta por la impunidad que envuelve el caso Ayotzinapa.

Se esperan disturbios. Es la fuerza de la sociedad frente a la del Estado. Y cuando la sociedad se organiza no sólo caen cabezas. También han rodado presidentes en varios países del mundo. ¡Cuidado!

Sin duda, el presidente enfrenta varios desafíos: poner calma en el país, aclarar el caso de los estudiantes desaparecidos, mejorar la economía nacional y transparentar sus acciones, además de su patrimonio, que está en duda. Hay demasiados Es el gran reto de Peña Nieto. O se transparenta y se auto-limpia su gobierno, o será en adelante un presidente, no sólo sin credibilidad, sino un presidente muerto. Sería mejor, bajo este escenario ominoso, que se fuera.

Para colmo de males La Tuta –el jefe de los Caballeros Templarios –volvió a hacer de las suyas. Ahora sacó de la llamada “tutateca” otro video en el que afirma que el comisionado gubernamental en Michoacán, Eduardo Castillo, está ligado a la organización criminal Guerreros Unidos, justamente los mafiosos que están acusados de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Es curioso que el capo de los Caballeros Templarios –impune y libre –siga haciendo de las suyas, pues es claro que le está haciendo el trabajo sucio al gobierno mediante el rodaje de videos cuya función es distraer a la opinión pública de los temas centrales.

¿Será que por eso no se le detiene?

Publicado en: http://www.revistavariopinto.com/vblogger.php?id=244

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