60 Segundos: POR QUÉ AMAGAR A JÓVENES EN LA PROTESTA SOCIAL


Por Raúl González Rivera

 

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Una nube de fotógrafos apareció en la escena que ofrecieron alrededor de cien muchachos que se hicieron presentes en la plaza Lerdo, para tomarles o imprimirles la gráfica a una distancia de centímetros, que obviamente no era para los periódicos, porque una mayoría de éstos ni las publican, pero entre los manifestantes queda la seguridad de que tienen patrones perfectamente identificables, a los cuales fueron entregadas.

Y en este contexto, cabría hacer una reflexión a la altura de los señores diputados locales, en el sentido de saber, a ciencia cierta, qué se gana en días como éstos con amagar, hostilizar y retratar a los muchachos que esbozaron una condena a la violencia, como también un punto de apoyo a los estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
Son tantos los problemas que aquejan a la sociedad, que bien valdría la pena que los jóvenes tuvieran la más amplia de las libertades para escucharlos, atenderlos y entablar con los mismos el diálogo.
No hay que olvidar lo dicho por el rector de la UNAM, José Narro Robles, al advertir que en las aulas universitarias se están formando los profesionales que deberán atender las exigencias y necesidades de este país en los años subsiguientes.
La ausencia de los legisladores, en esta hora de protestas, reclamaciones sociales y llamados de atención a los gobernantes, para esclarecer la desaparición forzada de los 43 normalistas, les dice a la sociedad civil, que los curulecos requieren necesariamente de una actualización muy exigente y puntual, de cara a las problemáticas que afectan a la propia humanidad.
Son tiempos diferentes radicalmente al reciente pasado, inclusive.
La ley del garrote ya no puede volver a utilizarse. Esta acción corresponde a una etapa de barbarie, ya largamente rebasada.
La conciencia social gana terreno a pasos agigantados, nadie puede ponerlo en duda, por favor.
Si aparecen enmascarados que irrumpen para causar destrozos en las protestas y manifestaciones públicas, seguramente también entrañan una posición ideológica que se reprocha, pero que estaría a la par de los enconos que gustan de lanzar con brutalidad que impone la fuerza de quienes se ostentan como policías embozados.
Fuera máscaras y que prevalezca y privilegie el diálogo, la confrontación, claro, verbal, y que se le reconozca la razón histórica, social y legal a quien o quienes les asistan realmente. Es hora de elevar las anclas del entendimiento entre seres de la misma raza y país.

* FERNANDO BENÍTEZ OBESO
VA CONTRA FINAMED

Le asistía la razón al ex cardenal del sector salud, Juan Antonio Nemi Dib, cuando denunció y no quiso convertirse en cómplice por omisión del atraco cometido en contra de hospitales y clínicas médicas del sector salud, por alrededor de 800 millones de pesos, la mafia metida en el sindicato de trabajadores de la institución y por supuesto la venta de plazas.
Más vale que digan aquí se fue y no aquí quedó, en el caso de Nemi Dib, quien dejó como legado a Fernando Benítez la denuncia puesta contra la empresa que alquilaba equipos para los hospitales públicos dependientes del estado y, por otro lado, la mugre que persiste en los interiores de la agrupación sindical, que está a la caza inaudita de cinco mil plazas, cuando menos, que les han prometido desde hace dos años.
Acorralado como fue, el doctor Fernando Benítez aseguró que le gusta la ética, que ha sido honesto como funcionario público en el ámbito de la medicina institucional y que es un apasionado de su profesión de médico, y que, por ende, se encontró al asumir el cargo de secretario, con hospitales y centros de salud a medio construir y el problema que representa la firma que alquiló equipos supuestamente, por los cuales se pagaron 800 millones de pesos, pero que Nemi Dib aseguró que no vio por ningún lado.
La entonces contraloría interna sabía mucho de este desgarriate financiero, pero silenció cañones, con lo cual, igualmente, al ex titular de esa dependencia le resulta la responsabilidad penal inclusive, por haber omitido con pelos y señales dar cuenta de las cuentas no muy claras, que ahora toca pagar o al menos aclarar antes de que concluya el mandato constitucional del sexenio, al moderno cardenal de la secretaría de salud.
Finamed, es la firma colocada contra la pared, al no haber podido rendir las cuentas que no salen y que tienen a los nosocomios públicos con la inoperancia en sus salas de emergencias y los quirófanos, que como ha solido ocurrir en el hospital Doctor Luis F. Nachón, les han faltado un foco, unas sábanas y jabones para lavarse las manos los cirujanos y enfermeras, ya que su tramitación ante las instancias de rigor cuestan tiempo, esfuerzos y oficios librados en cascadita ante despachos locales y se dice que hasta los federales en la ciudad de México.
La obra que narró el doctor Fernando Benítez Obeso, y que como nota periodística lamentablemente nadie lee, allí está, se cuenta que puede ser cotejada en la realidad y que no faltan ni un punto ni una coma, porque las realizaciones materiales también existen. Enhorabuena, por lo dicho y sostenible, porque el rubro de la salud pública lo merece.

* CONTRADICE IVAI A PGJ Y
LOS EX ALCALDES, SE RÍEN

Otro round para el entretenimiento político ha iniciado el IVAI, aparato burocrático para la búsqueda de la transparencia –se dice oficialmente– que su titular José Luis Bueno Bello acaba de entablar contra el procurador general de justicia, de quien dijo que en sus oficinas no existe ninguna denuncia contra ex alcaldes y ex funcionarios públicos de cometer actos de corrupción, como tampoco sabe algo acerca de la pesquisa que se siga contra de aquellos.
El titular de IVAI así se expresó de su antecesor, que es el actual fiscal del estado y quien en repetidas ocasiones, desde hace meses, éste último ha advertido que anda a la caza de los ex alcaldes, de quienes se cuenta que cometieron daño patrimonial, que suma alrededor de los cien millones de pesos, entre los perseguidos por lo menos a través de la emisión de boletines oficiosos de prensa.
Para ser más concretos, son ocho los ex ediles colocados bajo la picota y quienes fueron detectados por los fiscales dependientes de la procuraduría general de justicia, como responsables de cometer el atraco del último trienio, al provocar el daño al patrimonio que constituye el acervo económico y cultural de los ayuntamientos bajo su encargo y que, sumados entre los ocho, alcanza cerca de 200 millones de pesos, empero el caso de mayor escándalo es el túnel sumergido, en el cual se han invertido diez mil millones de pesos y cuyas obras continúan sin terminarse.
Cierto es que el IVAI ha tenido que enfrentar su falta de credibilidad como instancia encargada de difundir la verdad sobre acontecimientos que tienen que ver con el mundillo de la administración de recursos públicos y bienes administrados por servidores de gobierno particularmente, como son los alcaldes, sobre quienes pesan acusaciones desde antes que concluyera el anterior trienio, pero es la hora en que sólo son objeto de chismes, dimes y diretes, y por su lado el IVAI niega que tenga en sus archiveros una sola denuncia contra los ex alcaldes, como lo ha venido diciendo el procurador de justicia, cifra que dio cuando operó como responsable precisamente del IVAI.
Hoy, ambos funcionarios, pertenecientes al mismo régimen, tienen que aclarar cuentas y cuentos, porque la ciudadanía confía en que sabrán sancionar a ex servidores públicos ratones, pero su tardanza, en principio, hace reír a carcajadas precisamente a los ex alcaldes, como han sido vistos dos de ellos caminando plácidamente por las calles de Xalapa, sin que nadie hasta el momento los haya molestado, como lo confiaron a este espacio.

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