60 Segundos: Clamor de justicia, persiste en el país


justiciaPara los acelerados, el registro de candidatos

a diputados federales será entre el 22 y 29 de
marzo del próximo año de 2015, y no antes.

Por Raúl Gonzalez Rivera

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Analistas, académicos, investigadores y gente sencilla del pueblo mexicano, desde hace largos años han patentizado una preocupación consistente en que la justicia sigue ausente y las manifestaciones, quiérase que no, son una constante para demostrarlo a la opinión pública.

El encanto de tener un sistema que aspiraba a la democracia, entendida ésta como el ejercicio de todos los sectores sociales para buscar como fin la felicidad colectiva, acabó cuando el presidente Gustavo Díaz Ordaz, intolerante, creyendo ver moros con tranchete, da su autorización para que los granaderos aniquilaran a cientos de jóvenes congregados en las planchas de la plaza de las tres culturas de Tlatelolco.
Empero, la justicia, una de las partes o elementos sustanciales para presumir que una sociedad avanza en favor de los intereses de las mayorías aplastantes, continúa pendiente de resolverse.
Las insatisfacciones populares en días como los que corren, no encuentran paralelo. Se cuentan por cientos las manifestaciones de protesta y el amago policiaco está presente en cada una de ellas. El sentir popular es de rechazo, condena y desconocimiento de cuanto acusan los timoneles policiacos, que sus cuerpos han cambiado y que se han capacitado y hasta certificado.
Como puede apreciarse, esto se dice y ocurre en la ciudad de México, pero también en nuestra enorme provincia azteca. Desde hace un año, los estudiantes y maestros siguen a la espera de que haya un castigo ejemplar en contra de los sabuesos que los golpearon en la plaza Lerdo y que barrieron igualmente hasta con periodistas, agrediéndolos y robándoles sus instrumentos de trabajo profesional, como son sus cámaras fotográficas y las grabadoras.
Ejemplifica el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, que persiste el clamor de justicia acumulado por años. En efecto, los gobiernos de turno pueden librarla, pero no del todo. Les ha tocado responder por los olvidos y abandono en que mantuvieron a la sociedad mexicana a lo largo de sexenios enteros.
Y en los que elementos sustanciales de un estado de derecho, fueron soslayados evidentemente por autoridades de todos los rangos burocráticos. Las consecuencias, algunas de ellas brutales, se tienen ahora enfrente de la casa de gobierno que usted quiera y mande.
Los sinsabores sociales, el resentimiento que la sociedad civil acarrea con ella, no se integraron en este 2014 o hace un año. Es algo que viene con los reclamos de cien años, los últimos, para no ir más atrás. La criminalidad, la inseguridad, el desempleo, la falta de una educación que garantice el éxito de quien la realiza, la hambruna, la auténtica división de los poderes constitucionales, una policía que vigile y cuide y no que golpee y torture, son los pendientes más sentidos y exigidos en cada una de las protestas públicas, que tienen precisamente al estado de derecho en un tris de convertirlo en un estado fallido. Al tiempo.

* CARLOS NAVARRETE
NO QUIERE IRSE DEL PRD

Con la publicación de lo que pretende sea un manifiesto a la sociedad azteca, se propone el señor Carlos Navarrete convencer de sus «buenas intenciones» para continuar al frente del liderazgo maltrecho del Partido de la Revolución Democrática.
En su parte medular, el líder Navarrete propone la creación de una comisión de la verdad para que ventile el caso de Iguala, Guerrero, proyecto que plagió de una sugerencia que hizo el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, al momento de darse a conocer la desaparición de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa y que los altos mandos del PRD soslayaron e inclusive algunos de ellos dijeron que dicha propuesta era sólo para el entretenimiento de los políticos.
Cuando Carlos Navarrete dio a conocer la noticia del bárbaro atentado cometido en contra de los normalistas, además de negarse a hacer el viaje a Guerrero, como algunos se lo proponían, se concretó a brindarles una excusa, con un ‘disculpen, pero no fue nuestra intención apoyar a un presidente municipal que cometiera un atentado semejante’.
Lo cierto es que el PRD asumió con extrema tranquilidad y frialdad los hechos, que necesariamente involucran a altos dirigentes del partido del sol azteca. Y no sólo ello, sino que ninguna acción determinante han asumido los perredistas en torno a los sucesos en que uno de sus abanderados, el señor José Luis Abarca, alcalde criminal al momento, era también salido de las filas de su membrete partidario.
Hundido como se encuentra el partido en cuestión, su guía moral Cuauhtémoc Cárdenas arremetió como corresponde a su papel de fundador de la maquinaria partidaria en cuestión, pidiendo una justa renuncia a la directiva nacional del partido del sol azteca, a la par que el político de Michoacán sugiere la integración del constituyente y que éste elabore una nueva Constitución, que concluya los feos episodios de la inseguridad, la desigualdad social, la falta de elementos para vivir el país dentro de la democracia y la cauda de males que vienen detrás de todo esto, como son la injusticia, la pobreza extrema y por supuesto la ingobernabilidad que en mucho experimenta la sociedad mexicana.
Navarrete puso oídos sordos al pedido de Cárdenas, con un «voy a buscarlo para platicar», cuando el heredero del Tata Lázaro Cárdenas, el ex presidente más visionario del siglo XX, está atendiendo los temas de una agenda de especial trascendencia para la vida nacional y no respondiendo exclusivamente al interés particular de los grupúsculos, mafias, tribus y bandas que explotan en buena medida las mieles que recibe el PRD de las instancias del poder público, como pago a sus servicios.

* ENTRE CLÉRIGOS CATÓLICOS,
EVANGELISTAS Y PASTORES

Hay entre la sociedad una gama de curiosos personajes que la hacen de sacerdotes y arzobispos, porque siendo adolescentes sus papis los obligaron a enlistarse en las aulas del seminario y convertirlos algún día en curas y arzobispos y obispos, vaya usted hasta lo más alto de la jerarquía católica.
Pero también existen los pastores, que sin acudir a una escuela ni un seminario que exprofeso los capacite para ocupar peldaños de responsabilidad eclesiástica o religiosa, se convierten por obra y gracia de su elocuencia en el hablar o su supuesta vocación de servicio a los necesitados espiritualmente, fundaron sus distintas órdenes bajo las siglas de decenas de iglesias, las cuales, por cierto, se avistan muy concurridas, porque en horas de desencanto, tristeza y decepción colectivas, algo debe existir que sea diferente.
Sin embargo, cuando a la manera de un Fidel Velázquez, pero a él lo apoyaba medio siglo de liderazgo de la central otrora más poderosa de trabajadores, como fue la CTM, destapaba candidatos a puestos de elección popular, como en las iglesias sus feligreses, en aquellos las trincheras de asalariados concurrían en masa a sufragar en ánforas electorales. Pero estaban en su papel. El negocio de la política así lo exigía.
A contrario sensu, como dicen los abogados, si un evangélico hace grilla o un arzobispo la hace de destapador como cualquiera otro priista, la muchedumbre agrupada en sus parroquias sufre igualmente, porque queda en shock. Para nadie cabe la menor duda de que las cuestiones espirituales corresponden a la iglesia, y las materiales, como son las ambiciones políticas, toca verlas a los membretes partidarios y la ciudadanía.
Es por esto, que a los señores de sotana y biblia en la diestra, se les pide que sepan calmar sus aspiraciones y hagan de lado las que quizá siendo buenas intenciones, para anunciar sus preferencias electorales, se coloquen al otro lado de la orilla, viéndolos como simples humanos, con las perversidades que cualquiera que aspira al poder, para poder saciar así sus apetitos de dinero, de poder terrenal, mafiosas influencias y algo más.
O en caso contrario, como hace la recomendación el diputado Julen Rementería al arzobispo Hipólito Reyes Larios, que cuelgue la sotana, abandone el púlpito en la iglesia católica y se dedique a hacer política promoviendo a los precandidatos que más le gusten, pero como ciudadano común o agente de publicidad e imagen y relaciones públicas. Empero, que toda una feligresía no sufra los choques que les produce en su más íntima sensibilidad y vocación de ver por los demás, moralmente, anuncios como tales, desde lo más alto de su chamba o responsabilidad espiritual, tratando de fabricar candidatos. Enhorabuena.

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