Crónicas del Poder: No importó el ultimátum del Yuribia


yuribia

Por José Luis Pérez Cruz

Por José Luis Pérez Cruz, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por José Luis Pérez Cruz, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

De nueva cuenta Coatzacoalcos se encuentra a días de entrar en una grave crisis por el agua.

El ultimátum de destrucción de la presa El Yuribia – 4 de diciembre – por parte de ejidatarios de Tatahuicapan, fue prácticamente ignorado por el Gobierno del Estado quien realizó tibios intentos para evitar la acción.

Ayer incluso a pesar de que todo mundo conocía la realización de la asamblea, ningún operador de alto nivel de la administración de Javier Duarte de Ochoa se apersonó para dialogar con los serranos.

A pesar de lo vital que es el uso del líquido, el gobierno duartista ha mostrado indolencia ante la problemática, aun conociendo que los ayuntamientos del sur -que sufrirán las consecuencias de la decisión- poca o nula maniobrabilidad tienen para intervenir en el diálogo directo con los ejidatarios.

Es un asunto del Gobierno del Estado y es Duarte el único posibilitado para solucionarlo.

Con discurso fácil, meses atrás el gobernador prometía, previó a la inauguración de la Expoferia de Coatzacoalcos, que el problema por el de agua acabaría, ya que con una inversión de 50 millones de pesos y la generación de 23 pozos todo quedaría solucionado.
AGUA INSUFICIENTE Y DE POCA CALIDAD

Al día ayer los pozos no estaban activados y hasta donde se sabe en poco ayudarán a solventar el problema.

Al menos así lo certifica un documento presuntamente emitido por el Director de Gobernación del Gobierno del Estado donde se asegura que “los pozos que se perforaron no garantizan la calidad, ni la cantidad suficiente para la ciudadanía.

Además de afirmar que se habría llegado a un acuerdo con integrantes del Comisariado Ejidal de Tatahuicapan para evitar la destrucción.

El texto firmado por el funcionario duartista, Roberto Álvarez Salgado fue desconocido en la asamblea.

Enfiestado por los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, la administración estatal ha dejado a su suerte a miles de usuarios del agua en Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque.

El exhorto en la tribuna del Congreso de Veracruz al gobierno de Duarte para que atendieran está problemática de manera eficiente no llegó.

Los diputados locales de los municipios involucrados poco forzaron para marcar posturas a través de los mecanismos legales existentes.

Sí acaso el discurso en los medios de comunicación, declaraciones que de poco sirven.

Como es conocido, la radicalización de la postura de los ejidatarios proviene de la presunta falta de cumplimiento de dotar de infraestructura a esta zona de Veracruz.

“Ahora sí ya no, ahora manda la máxima autoridad. El 4 lo vamos a destruir todo, lo vamos a romper todo. No le vamos a dar ni una gota de agua, ya aprovecharon 30 años. Nosotros estamos de acuerdo para romper el agua el día 4, no va a haber nada”, (AGENCIA AVC), decía ayer una mujer habitante de la sierra. Así la actitud de los pobladores.

Queda claro que si el gobierno de Duarte ha sido incapaz para llegar a solucionar el problema logrando acuerdos, será más incompetente para hacer cumplir la ley y llevar a cuentas a los culpables por destruir instalaciones que son propiedad estatal y que impactarán aún más la frágil gobernabilidad en municipios como Coatzacoalcos.

Todo generado gracias al gobierno estatal.

¿Pues no que el gobernador quiere a Coatzacoalcos?
AL OÍDO

Sin la presencia de miembros de la prensa y mucho menos generando boletines sobre el tema, el alcalde Joaquín Caballero ha iniciado un ejercicio de interacción con diversos sectores de la ciudadanía donde la única intención es conocer de cerca las necesidades de sus gobernados y mostrar lo que su administración realiza para atender los diversos rubros.

Así, un día el edil aparece en una escuela secundaria y se reúne con estudiantes donde informa de sus actividades pero también escucha peticiones.

Otros más, va a una cámara empresarial y habla de los intereses de su gobierno pero también de aquellas necesidades que poseen con los que interactúa.

Es una forma diferente de acercarse a sus gobernados, fuera de los reflectores mediáticos, y que le servirá a Joaquín para tener el pulso de primera mano de lo que ocurre en la ciudad.

Es muy común que luego los colaboradores oculten información o digan que “todo está bien” para no preocupar al jefe o poner en riesgo su puesto por lo inhábil que suelen ser para brindar soluciones.

La acción no debe ser solo una buena puntada, sino un ejercicio cotidiano que ayude a generar un corriente positiva de opiniones en su administración que ya entra en cuenta regresiva para cumplir un año.

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