60 Segundos: Vicente Leñero y los periodistas


Vicente Leñero presenta "Gente asi"Por Raúl González Rivera
Al licenciado José Luis Poceros Domínguez,

la felicitación sincera de cada año, con motivo
de festejar su día de días, y el deseo de su amigo
porque haya muchos más días con salud, paz y éxitos.

Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana
Por Raul González Rivera, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana

Una de las grandes figuras del ejercicio periodístico con sello académico, literalmente refinado y sencillo, fue Vicente Leñero, autor del libro Los Periodistas, y que nos reseñaría durante el primer curso de periodismo patrocinado por la Universidad Veracruzana bajo la rectoría del licenciado Héctor Salmerón Roiz.
Habían transcurrido los primeros seis meses posteriores al golpe propinado por el presidente Luis Echeverría Álvarez al periódico Excélsior, en su mejor época, pues éste había conquistado el galardón de ser el medio impreso más influyente de América Latina.
Así que el extraordinario y numeroso equipo de reporteros, más de 300 que acompañaron en dicha aventura al periodista Julio Scherer García, la vendría a difundir personalmente el escritor, dramaturgo y periodista Vicente Leñero, durante el curso que se impartió en uno de los salones del hotel Xalapa y que entre otros lo dictarían Miguel Ángel Granados Chapa, José Reveles y el mencionado Vicente Leñero.
Excélsior, advertía Leñero, era el mejor periódico que circulaba no sólo en la república mexicana, sino en América Latina, y competía con El País de España, The New York Times, el Washington Post y cualquiera de los que circulaban en Francia, Alemania e Italia.
Con gran versatilidad, carismático, risueño, el periodista Leñero narraba a los escuchas seis meses después del golpe asestado a Excélsior, aquí en Xalapa, que sin duda se habría dado muerte a uno de los medios que hacían valer el uso de la libertad de expresión en su más amplia acepción. Ninguno como el «periódico de la vida nacional».
Y enseguida puntualizaba, que el periódico valía porque era el único que contaba con enviados especiales y corresponsales en todas partes del mundo. La información que publicaba era de primera mano y contaba con un ejército que se distribuía las tareas del diario, con la nota de los reporteros, las entrevistas, los reportajes, las crónicas y el trabajo que realizaban los enviados especiales en los estados en guerra y por supuesto toda América Latina.
Vicente Leñero acompañó en este tránsito de ser el mejor periódico, a quedar en la calle, cuando el asalto ejecutado por mozalbetes acabó con la estrella de Excélsior, el periódico –advertía Leñero–, que formaba la opinión pública. El periódico, señalaba Leñero, no es juez ni un dictador, es tan sólo el interlocutor de quienes careciendo de los medios para decir lo que quieren y piensan, el medio lo transmite.
Esa es la libertad de expresión, pero contra ella, acusaba Leñero, el presidente Luis Echeverría se ensañó. Su gobierno cavaría la tumba del periodismo que se ejerce con objetividad, sencillez e imparcialidad. Difícilmente habrá otro que se le asemeje al Excélsior de aquellos años de ejercer realmente el periodismo. Pronosticaría Vicente Leñero, un maestro de la palabra con la pluma, el teatro y la producción literaria. Descanse en paz.

* BAJA POPULARIDAD
DEL REGIMEN FEDERAL

Al reinaugurar de hecho las tareas de información que se realizan desde canal 11 de la televisión mexicana, Javier Solórzano, economista y periodista, dio a conocer que la popularidad del gobierno federal va a la baja, y que temas como los desaparecidos de Ayotzinapa son del dominio del 95 por ciento de la población nacional y un 85% sabe lo que se ha dicho acerca de la «casa blanca».
Es decir, que las dos noticias que más han afectado el sentir de los mexicanos, se sitúan en la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la normal rural «Raúl Isidro Burgos» y, por supuesto, el anuncio que se hizo acerca de la «casa blanca», cuyo costo se acerca a los nueve millones de dólares, conforme a los dichos que se difundieron al respecto.
Se asegura que estos dos botones dan muestra de la caída en la popularidad de la primera autoridad nacional, lo que nunca había ocurrido en una final del segundo año de gestiones públicas. No hubo ex presidentes bastante denostados, como fueron Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y Carlos Salinas de Gortari, a quienes la conseja popular continúa acusando de todos los males que enfrenta este país en días como los que corren.
Inclusive, en relación a otros jefes de estado del resto del mundo, el gobernante mexicano se encuentra por debajo de Evo Morales, de Bolivia, Putin, de Rusia, y en forma similar al mandatario de Colombia y por arriba del presidente de Guatemala, por ejemplo.
Se considera que el hartazgo en la sociedad civil azteca ha tocado fondo y en la medida que se acrecientan la hambruna, la desocupación laboral, la inseguridad, impunidad y corrupción, los mexicanos del común, ahora interrelacionados por las redes sociales, mantienen una constante de cuestionamientos y señalamientos que en nada benefician la imagen de los mandatarios de los países en la región latinoamericana.
Empero, como lo advierte el rector de la UNAM, José Narro Robles, es aún tiempo de recomponer las cosas y que la sociedad mexicana sobreviva en condiciones de paz, armonía y tranquilidad. El miedo, el terror y la zozobra que resienten los mexicanos de todos los rumbos de este país, está haciendo trizas la credibilidad en las instituciones y los hombres públicos.
Nomás imagine usted, a quién le dan confianza un secretario de la SEV como Emilio Chuayffet Chemor o un procurador que mucho antes que comprometer las indagatorias a fondo en la búsqueda de los 43 normalistas, afirmara que los estudiantes fueron entregados por policías municipales a la delincuencia organizada, y que ésta los mató, quemó y regó sus restos en las aguas de los ríos que atraviesan las serranías de Guerrero. Por favor.

* PENSIONES Y JUBILACIONES,
GARANTIZADAS EN EL ISSSTE

Soplan vientos renovados en las instancias burocráticas y de atención médica en el Issste.
El delegado estatal Renato Alarcón, ha advertido que las pensiones y préstamos que brinda la institución a sus derechohabientes, pensionistas y jubilados se encuentran caminando como relojito suizo. Es decir, todo puntual y sin tropiezos.
Lo suyo ocurre en instalaciones hospitalarias y sus clínicas, el personal médico y de enfermería funciona exitosamente y el abasto de medicamentos en sus farmacias, sigue sin sufrir mayores retrasos.
Es decir, que con la nueva administración nacional de los servicios médicos, los beneficiarios del ISSSSTE ninguna muestra de rechazo o enojo tienen para con sus servicios.
El fantasma de Rafael Castillo, en la dirección médica nacional, nada tiene que ver.
La conducción de la nave nacional del ISSSTE, bajo el mando de Rafael Castillo, de siempre mantuvo una actitud hostil contra toda la comunidad médica. Esto a decir de los especialistas en siquiatría, lo definen como una conducta asumida tras de su papel de escalador social con un gran resentimiento y alteraciones de la conducta y una marcada tendencia a la homosexualidad y a la misoginia.
El «maldito sátrapa» –como lo definieron colegas del famoso doctor Castillo–, llegó a la dirección médica nacional engañando y sorprendiendo con una vocación de servicio inexistente, a quien en su momento lo proyectó y consiguió la chamba de director médico del organismo paraestatal citado antes, el líder Joel Ayala, secretario general de profesionales y técnicos de la CNOP.
Afortunadamente para la comunidad médica del ISSSTE, el doctor Rafael Castillo fue cesado de su cargo, no sin antes destacarse que los efectos del cambio también se han empezado a reflejar nacionalmente en sus oficinas burocráticas y, por supuesto, en los servicios que prestan galenos y farmacias que se ubican en sus clínicas y hospitales, de la provincia mexicana.
Enhorabuena, porque no todo está perdido en un sector tan sensible como es precisamente el de la atención médica a derechohabientes del ISSSTE y, por ende, a los pensionistas y jubilados, que durante la gestión de Rafael Castillo también fueron objeto de olvidos criminales, como de dejar de dotarles de los medicamentos de patente en sus farmacias.

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