
Por Ninfa Estrada Orozco

En otros países la democracia se vive de muy distinta manera a lo que los mexicanos estamos acostumbrados.
Un ejemplo es la democracia sueca, donde los actos de corrupción e impunidad son muy bajos y los costos políticos muy altos.
Hace algunos años, la entonces viceprimera ministra Mona Ingeborg Sahlin del país escandinavo, tuvo la osadía de gastar el equivalente a poco mas de 600 pesos en un vestido y dos chocolates, con dinero del erario público, esta acción la llevo a disculparse y renunciar a su cargo, pero lo más vergonzante, se ganó el repudio de la sociedad sueca.
En septiembre del año pasado, el entonces partido en el poder, perdió las elecciones y el Primer ministro, Fredrik Reinfeldt renuncio inmediatamente a su puesto, asumiendo la derrota de su partido, y declinando también a continuar en la vida política del país.
Hace dos días el actual primer ministro sueco Stefan Löfven, de extracción socio-demócrata, anunció elecciones extraordinarias el próximo año, ya que su propuesta presupuestal, no obtuvo la mayoría de votos en el parlamento; seguramente él y su partido deberán asumir el costo político de esta situación, que no se vivía en Suecia desde hace 56 años.
Sin lugar a dudas y sin entrar en detalles sobre la crisis política y social que aqueja en estos momentos a Suecia, esto es lo que se vive en una verdadera democracia, los congresistas no trabajan para el primer ministro, ellos asumen su responsabilidad ante los ciudadanos que les han otorgado su voto.
¡VIVA LA DEMOCRACIA!
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