Por Héctor Saldierna Martínez
Parece todavía que cerca de 2 mil 500 presidentes municipales en la república no están debidamente enterados de la propuesta de Enrique Peña Nieto en torno al decálogo en seguridad que pretende, entre otros objetivos, desaparecer el municipio libre y por consecuencia eliminar el artículo 115 constitucional en materia de seguridad que le otorga vigencia en el marco de una tesis que argumenta del eslabón más débil que ha permeado la criminalidad en todas sus expresiones.
Este hecho implicará también la desaparición de mil 800 corporaciones policíacas municipales, con lo que también dejarán de obtener recursos en el orden de 4 mil 894 millones de pesos que en forma directa el gobierno federal les entrega a través del Subsidio para la Seguridad en los Municipios (Subsemun), aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio 2015.
Además, en el caso que los legisladores aprueben la iniciativa planteada por el ejecutivo, los gobiernos locales prescindirían también de los porcentajes que cada uno de ellos tiene asignado del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP), por 8 mil 191 millones de pesos; el relacionado con la prevención de delitos por 2 mil 600 millones de pesos y el subsidio de mando policíaco por 2 mil 759 millones de pesos
Estos datos que reproducimos en este espacio fueron proporcionados por el diputado Damián Zepeda, presidente de la Comisión de Hacienda en San Lázaro y que fue cedido a un medio de alcance nacional.
Los alcaldes que se encuentran organizados en la Asociación de Autoridades Locales de México (AALMAC) y la Asociación Nacional de Ayuntamientos y Alcaldes (ANAC) que conjuntan respectivamente a los municipios de extracción perredista y panista coinciden en rechazar que la solución de la colusión de las policías municipales con el crimen organizado se encuentre en la desaparición de los cuerpos municipales de seguridad.
Ricardo Bautista, director ejecutivo de la AALMAC, que encabeza un grupo de 292 municipios, advierte que la posición de esta organización no coincide con la del jefe del ejecutivo y advierte:
“Si bien coincidimos en la problemática, de que nada puede seguir igual, porque el municipio mexicano en varias regiones está muy debilitado, éste es un tema que ya en el sexenio anterior con Felipe Calderón y Genaro García Luna nos plantearon lo mismo: la desaparición de las policías municipales, y un mando único y no prosperó”.
Renán Barrera, más exhaustivo, indicó que luego de hacer un análisis de la iniciativa presidencial, ésta “nos parece a todas luces un retroceso monumental. En principio, no garantiza la erradicación del problema con la desaparición de las policías municipales y, segundo, siempre hemos estado a favor del fortalecimiento del municipio”.
No cabe duda que los alcaldes tienen un reto encima. O aceptan mansamente la instrucción presidencial o adoptan una actitud más analítica en virtud que en la medida que tengan menores ingresos, sus posibilidades de ofrecer mejores servicios a la ciudadanía se diluirá al grado que sus carencias serán extremas, empezando porque no tendrán el control básico de la seguridad.
El municipio podría convertirse tan sólo en una autoridad administrativa y dejará de tener la esencia que le otorga su existencia. Por eso es que el movimiento armado de 1910 le otorgó esa fortaleza para convertirlo en un medio eficaz de gobierno a través de su validez institucional. Los legisladores tendrán que pensarlo dos veces antes de adoptar una decisión que será, sin duda, un salto hacia atrás.
LAS VISIONES DIVERSAS DE
LA CUMBRE IBEROAMERICANA
La organización de la Cumbre Iberoamericana en su edición XXIV en Veracruz y Boca del Río logró la presencia de 15 presidentes de la región, con siete ausencias importantes. Se dieron varios puntos de vistas divergentes, pues en el caso de Rafael Correa, presidente de Ecuador, resaltó la importancia del desarrollo humano y social por encima del desarrollo de mercado. José Mujica, presidente de Uruguay, subrayó que los políticos que les gusta el dinero, deben ser echados.
Esos puntos de vista de carácter social y liberal contrastó con las opiniones de Mariano Rajoy, presidente de España, quien destacó las reformas estructurales como una forma de impulsar el progreso material y de Enrique Peña Nieto, consecuente con los conceptos capitalistas y de inversión.
Se dieron a conocer las valiosas experiencias de Ecuador y de Bolivia de la nacionalización de sus empresas estratégicas y que han permitido el beneficio hacia grandes núcleos de población. También se advirtió sobre el fondo petrolero de Noruega, el cual ha servido para apuntalar las pensiones de los noruegos, hecho que le otorga un alto sentido social y validez en el manejo de sus recursos petroleros.
Y para culminar estas apreciaciones, la secretaria general de la CEPAL, Alicia Bárcena, se refirió también al capitalismo desbordado que ha afectado el bienestar de los pobladores de muchas regiones de América Latina. Es decir, se dieron puntos divergentes que muestran que hay ausencia de unidad en objetivos, pero coincidentes en algunas áreas de innovación, cultura y educación.
En el marco externo de la Cumbre, se generaron molestias de parte de ciudadanos y comerciantes a consecuencia del excesivo cordón de seguridad que implementaron en calles circundantes. Se produjeron pérdidas millonarias de parte del comercio y el ciudadano en general se quejó al trastocar sus derechos de libre tránsito. A pesar de ello, eso no fue impedimento para que estudiantes de la UV, del ITV y de la UPAV se pronunciaran en solidaridad con los normalistas de Ayotzinapa, expresión que no fue acallada a pesar del empeño federal.
Y hasta la próxima.
EfACICO 